Los alumnos del C.E.N.S. Nº 453 son nuestros peripatéticos locales

En la previa a la sesión del Concejo Deliberante del pasado jueves, resultaba altamente llamativo y gratificante observar el número presente de público, sobre todos jóvenes. Es que no es normal hoy en día ver demasiado público durante el desarrollo de las sesiones de nuestra asamblea local en el recinto.
Con el propósito de interesarnos sobre los motivos que acercaron a cada uno de los grupos al recinto, fuimos dialogando con cada uno de ellos. Sin embargo, uno en particular llamó la atención de este cronista, pues al acercarnos claramente una de las personas del mismo se encontraba dirigiendo la palabra al resto. En ese contexto pudimos percibir que este joven acaparaba la atención del resto y de curioso antes de interrumpir decidí prestar atención.

El profesor Pablo Vallejos y los alumnos de 3º 2º del C.E.N.S. Nº 453

Esta persona, parada solo a unos metros de la fuente del edificio, les hablaba sobre lo que era un cuerpo legislativo a otros jóvenes que se encontraban sentados a su alrededor cual auditórium. Sus palabras explicaban que era el edificio que estaba a sus espaldas, que funcionaba dentro y las diferencias institucionales que existen con el poder ejecutivo y el judicial. Era mucho el frio en la tarde noche del jueves, pero aquellos jóvenes no dejaban de seguir con atención la conversación. Tras finalizar las mismas, los invitó a ingresar y presenciar una sesión del Honorable Concejo Deliberante. Hablamos del profesor Pablo Vallejos y de los alumnos de 3º 2º del Centros Educativos de Nivel Secundario, C.E.N.S. Nº 453 el cual funciona en la escuela Comercial.
Muchas veces se critica a los docentes por la realización de paros, por los salarios que cobran o por las vacaciones que tienen. Pero esa vocación de enseñar, en este caso con frio, de noche, a la intemperie, nos reafirma la esperanza en la educación. Educar desde la práctica democrática, para entender por dentro como es este sistema de gobierno que tanta sangre le costó a los argentinos, es una bocanada de aire fresco frente a las noticias diarias.
También lo es el espíritu de estos estudiantes, dispuestos a dejar la comodidad del aula para experimentar métodos pedagógicos de aprendizaje diferentes, emulando a los peripatéticos de Aristóteles, quienes profesaban aprender en el andar.

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