AcerBrag desarrolló una jornada de disertación para reforzar los valores y principios de la firma
-Entre los disertantes se encontraba “Coco” Oderigo de la Fundación Espartanos, encargada de recuperar a personas detenidas
-La disertación de Jesús, un detenido recuperado por Los Espartanos, interpela algunos mensajes simples que circulan en nuestra comunidad
Con la intención de reforzar los valores y principios asociados a la firma AcerBrag, en el día de ayer, la empresa siderúrgica organizó el “Compliance Week 2022/Semana de la Integridad”. La misma se desarrolló durante la mañana en el Centro Cultural Florencio Constantino de nuestra ciudad, siendo esta una actividad que se realiza cada año y que cobra una importancia estratégica para la empresa.
La actividad dio inicio a las 10:00hs con un panel conformado por directivos de la firma, quienes debatieron sobre Integridad Corporativa y la importancia de ésta, en AcerBrag.
Posteriormente a las 11:00hs. se realizó la charla brindada por el disertante Eduardo “Coco” Oderigo de la Fundación Espartanos, quien se dedica día a día a transformar la vida de personas detenidas educándolas en valores.
Finalmente, a las 12:30hs. se desarrollaría el último panel de la jornada denominado “Lideres de AcerBrag”, en el cual se reflexionaría sobre los temas tratados durante toda la jornada.
EL DISERTANTE “COCO” ODERIGO Y JESÚS
“Coco” Oderigo es el creador de la Fundación Espartanos. De profesión abogado penalista, pero sobre todo un hombre marcado por el deporte y los valores que transmite el rugby. En el 2009 visitaría el penal de máxima seguridad de San Martín donde observó la desesperanza en los internos. Fue así que unos días después regresaría con una pelota de rugby y entrenaría a 15 personas privadas de su libertad, la primera base de Los Espartanos.
Hoy, ya convertido en fundación con más de 650 voluntarios, 3030 jugadores en 65 penales de la Argentina y siete países más y 80 firmas vinculadas al proyecto que brindan oportunidades de empleos, su proyecto contribuyó a cambiar la vida de muchos gracias al deporte.
Durante su exposición “Coco” compartió escenario con Jesús, a quien lo presentó como una persona que siempre busca sumar a alguien al equipo, nunca quedarse con la mirada “ya somos muchos”, sino en pensar en incorporar talentos para crecer todos juntos.
-Jesús contó su anécdota de su primer de trabajo fuera de la cárcel, donde tenía que cortar papas y limpiar su sector. Pero él no se quedó en eso, al finalizar la tarea asignada, ayudaba al cocinero a picar cebollas o preparar otras tareas. Contó que cuando le preguntaron porque lo hacía él explicaba que había aprendido a superarse cada día y aprender de las tareas de los demás.
“Yo no quería estar toda la vida pelando papas. Está bien hacer lo correcto, pero está mejor hacer un plus, eso suma a todos”, expresó. Tras preguntarle a la sala quien de los presentes le daría un trabajo a Jesús ahora que sabían su pasado, encontrando como respuesta una gran adhesión del auditorio, les recordó que dentro de los penales hay muchos Jesús como él que necesitan esa oportunidad.
Jesús agradeció a los presentes por empezar a “mirar por el otro y no por uno mismo”. Agradeció a gente como Coco que se dedican a darles oportunidades a los presos y a él mismo, quien expresó que “cada día en la cárcel pensaba como iba a morir cuando saliera del penal y volviese a repetirse la historia. Sin embargo hay gente como Coco que nos da otra posibilidad y creer que las personas pueden cambiar. Yo digo que no hay personas malas, sino que a veces tienen malas actitudes. No hay personas mal educadas, sino personas que no tuvieron quien los eduque. Las cosas se ven en el transcurso de la vida como uno va viviendo y se va golpeando. En ese transcurso de la vida hay personas que te tienden una mano, esas personas son santas”.
Explicó entonces que cuando era chico en la calle trataba de limpiar vidrios para ganar un dinero, que nadie le bajaba la ventanilla para darle una moneda y que regresaba a su casa sin nada para comer. “Hoy que pude comprarme una moto, veo a esos chicos limpiando vidrios, entonces saco los $100 o $200 que llevo y se los doy, no para alimentar esa idea que no hacen nada, sino porque me pongo en el lugar de él. Uno si no está en ese lugar no sabe, pero si puede sentir empatía. Por eso sigan apostando a dar oportunidades, que hay muchos pibes que quieren volver a vivir, una verdadera vida. Yo hoy aprendí a trabajar, a llegar a mi casa cansado, ver a mi hijo y a mi mujer. Es muy lindo volver a vivir gracias a gente como ustedes”, dijo Jesús.
Finalmente, Jesús comparó a los presos con los perros. “Vos si sacas un perro de la calle y lo encerrás en una perrera, le pegás, no le das de comer, lo maltratas, pero después lo soltás, no esperes que ese perro no muerda, ese perro va a buscar devolver lo que no se les dio. Eso pasa con los chicos detenidos, nos encierran, se olvidan y nos volvemos un número. Nos golpean, nos trasladan de unidad en unidad, sin familiares que nos puedan ir a ver, sin un buen plato de comida, sin un apoyo moral o psicológico. Llega ese día donde nos abren la puerta y nos dicen salgan. ¿Qué cambio podemos tener?”.