El taller de guión e historietas
Todo comenzó hace poco más de dieciséis años en la ciudad de Buenos Aires y, hace ya dos, «decidí retomar mi vida en Bragado», mencionó Pablo, su creador.
Si bien escribir guiones no es un medio de vida para él, resaltó que siempre lo hizo sólo por la necesidad de expresarse y no por otros motivos. Por las ganas de ver «cómo la idea se va haciendo obra, así se trate de un cuento, de una canción, una poesía, de un guión».
«No importa. Lo miras de acá, lo miras de allá, de abajo, de arriba, lo dejas un tiempo, lo retomás… en fin». Pablo lo considera como «parte de lo lindo del proceso creativo» sabiendo que ahí, también, «vas a conocer gente y que todo siempre es experiencia en ese constante ida y vuelta».
En contraste con esto último, Pablo agrega: «un arquitecto se enorgullece de ver que eso que dibujó en su plano se hizo realidad sobre el terreno. Lo mismo pasa con un pintor, con un carpintero, un albañil, una muralista o con una docente que sabe que su clase dio resultado, que los chicos disfrutaron haber aprendido eso que con tanto amor y dedicación estuvo planificando en casa por y para ellos. Creo que de eso se trata, de expresarnos, de hacer visible lo que nos mueve, lo que nos pasa. El arte es un canal infalible para eso y arte hay en todos los oficios y en todas las profesiones. A veces es cuestión de prestar un poco más de atención, de ver qué hay más allá de ese mirar, de abrir un cachito más los paneles para poder apreciar».
Sabemos que hoy son otras las formas de percepción, de concebir el tiempo. Pablo nos dice que esto no debe ser un obstáculo a la hora de crear y que la constancia, el ensayo, el borrador y la prueba y el error siguen siendo las «únicas fórmulas para crecer, sin distingos en cuanto al espacio en el que nos movamos u oficio que elijamos», y todo lo mencionado, siempre sumado «a una pequeña y necesaria cuota de autocrítica que no nos impida seguir divirtiéndonos a la hora de dar un paseo por nuestra imaginación para ver (en el caso del guionista) qué bajamos al papel».
Él mismo comenzó de grande a narrar por este medio: el guión.
Participó de un taller literario en la casa de Natacha Leguizamón, que para quienes no la conocen, fue una escritora muy experimentada, «quien fue una de las grandes maestras en mi vida». Nos resalta que ese recorrido de casi dos años «fue una experiencia hermosa que tengo bien fijada».
También ha estado presente en el taller de dibujo, cómic y guion de José Luis Gaitán en el Centro Cultural Rojas de la ciudad de Buenos Aires. Tomó clases de cómic americano en la Escuela Cazador con el dibujante Jorge Lucas y clases de guión con el guionista Gustavo Schimpp.
Años más tarde, un amigo de la vida, un cineasta, le hizo una pregunta: «me preguntó si nunca había escrito un guion». Cree que, a partir de ahí, comenzó esta aventura.
«Acercar el taller a Bragado y con una forma un poco más concreta empezó a hacerse realidad desde hace dos años, cuando tomé la decisión de dejar todo en Capital para volverme. Desde ese momento, claramente, todo se fue haciendo un poco más sencillo».
Pablo brinda sus clases de manera presencial o virtual. Esta última modalidad se incluyó a principios de este 2023, y para él, es un gran desafío.
Las clases presenciales las dicta en el patio de su casa, algo que modifica en el caso de que el clima no acompañe.
Otro gran cambio que ha implementado en el comienzo de este nuevo año, lleno de nuevas oportunidades, ha sido la ampliación del rango etario de alumnos, incluyendo adultos para que se sumen y también puedan ser partícipes.
Le preguntamos qué proponía con su taller, a lo cual respondió, «en principio, trabajar sobre la idea del alumno. Ver toda la información que hay ahí, no sólo para disponer un manojo de conceptos y recursos sueltos, sino de hacer una selección, un recorte que pueda ser útil para que, juntos, podamos ir dándole forma a esa arcilla y, como siempre digo, «sin prisa pero sin pausa»».
Por otra parte se encuentra en sus planes que logren comprender algunos valores que resultan tan importantes como lo que va por la vía de lo técnico o de lo teórico. «Hablo de valores que más tienen que ver con el artista en relación con su obra, con otro artista o con ellos mismos como personas».
Actualmente se está formando como profesor de Lengua y Literatura, por lo cual remarca que, «gracias al gran cuerpo docente que me ha tocado y a mis compañeras, puedo dar fe de que el aprendizaje tiene que servirnos para hacer de nosotros una mejor versión de lo que venimos siendo, tanto en lo profesional como en lo humano».
Como objetivo busca que su alumno pueda visualizar su guión terminado y que, llegado ese momento, «pueda tomar dimensión del recorrido, que sea consciente de que su criterio ya no es el mismo y que, todo eso que pudo incorporar, va a ser una herramienta para subirse a bordo de un nuevo proyecto».
Con cada clase brindada, su búsqueda como docente va por el mismo camino, y no sólo como docente, sino como guionista también.
«Creo que ya estamos muy lejos de la educación magistrocéntrica o de pensar al alumno, así como lo mostraba Freire, como a un envase vacío al que hay que llenar de contenidos. No. Yo puedo definir qué es un plano americano y dónde nace este concepto, pero si no me hago propia la idea de mi alumno y busco acompañar ese sentido que está intentando darle a una viñeta, a una secuencia, una página, etc., de nada sirve lo primero sin lo segundo».
Los requisitos con los que cuenta para comenzar el taller son, las ganas de leer y de escribir.
Pueden contactarlo al 1123772584 o encontrarlo en Instagram como @tallerguionhistorieta.