Qué dice la calle… Sábado 29 de Julio

La frase de hoy: “La santidad está ligada a la solidaridad y al cuidado de la conducta”.

Camila Rolón, fundadora de la Congregación Hermanas Pobres Bonaerenses.

Nació en San Isidro, Pcia. de Buenos Aires, el 18 de Julio de 1842. Cuatro días más tarde, sus padres la hicieron bautizar. Recibió los nombres de Camila Corina. Se la llamó Camila por haber nacido el día de San Camilo de Lelis, un santo hospitalario del siglo XVI.
La pequeña era hija de Eusebio Rolón y de María Gutiérrez, ambos buenos cristianos, hondamente arraigados en el lugar. Se destacaba una chiquilla de rostro moreno, ojos grandes y negros, inteligencia despierta, y genio comunicativo, alegre y vivaz. Su infancia se deslizó en el seno de un hogar pobre, pero honorable y feliz, respirando aire puro en la placidez del paisaje sanisidreño, tan pintoresco por sus lomadas, sus barrancas y la costa del gran estuario del Río de la Plata. Tenía horror a las tormentas y al pecado. Aquellas le parecían un reflejo de la ira del cielo, por los pecados de los hombres.
En su adolescencia, su familia se trasladó a Buenos Aires y ella, participaba activamente de la vida Parroquial en la Basílica Nuestra Señora del Socorro. Se dedicaba a la catequesis de niños, visitar a los pobres y enfermos, sin desatender las tareas de su casa y ayudando al cuidado de sus hermanos. Desde los 18 años se sintió llamada a la vida religiosa.
Durante las epidemias de cólera y fiebre amarilla, que azotaron Bs. As., en 1867 y 1871, Camila se dedicó constantemente, al cuidado de los enfermos que quedaban abandonados en sus propias casas o en las calles.
En 1875 con el deseo de ser toda de Jesús, ingresó al Monasterio de Carmelitas Descalzas, donde sólo estuvo veintinueve días; ya que se enfermó gravemente. Fue una enfermedad que la acompañó toda su vida.
En 1877, se traslada a un pueblo de la campaña llamado Exaltación de la Cruz y también se dedica a la ayuda material y espiritual de los enfermos y pobres desamparados.
El 28 de enero de 1880 funda la Congregación de Hermanas Pobres Bonaerenses de San José, en Mercedes, Pcia. de Bs. As. El número de Hermanas aumentaba cada día y se iban multiplicando los Hogares, Asilos y Hospitales que amparaba a los más pobres y abandonados.
Purificada con grandes pruebas espirituales y una dolorosa enfermedad, Madre Camila murió en Roma, el 16 de Febrero de 1913, a la edad de 72 años.
El 19 de Marzo de 1882 hicieron su Profesión religiosa las primeras hermanas. La Congregación comenzó a desarrollarse bajo la dirección de su fundadora. En 1886 el Arzobispo, finalizado el primer período previsto de seis años, designó Superiora a Sor Catalina de Cristo. A partir del Primer Capítulo General, celebrado en 1890, la Venerable gobernó el Instituto hasta su muerte, desarrollando una actividad extraordinaria, a pesar de su escasa salud, para consolidar la obra. El 16 de Junio de 1891 obtuvo el Decreto de Alabanza; el 03 de Mayo de 1898, la aprobación Pontificia del Instituto y el 15 de Diciembre de 1908, la aprobación definitiva de las Constituciones.
La Madre Camila Rolón viajó a Roma, Italia, donde presentó al Papa Pío X, los estatutos de su congregación, con aprobación papal, además de obtener la gracia de trasladar a Roma la Casa Generalicia, en 1910.
Madre Camila tenía una gran experiencia acerca del dolor y el sufrimiento humano. Su corazón generoso la hizo volar en ayuda de los necesitados, dándose a ella misma, sin límites.
Del estudio de sus virtudes, surge una santidad sencilla, centrada lógicamente en la fe, la esperanza y la caridad. Su fe está sólidamente fundada en el convencimiento de que el Señor es el Señor, es decir el dueño absoluto de las personas y de las cosas. Pero está igualmente convencida de que el “Dios grande y poderoso, autor de maravillas y Señor de los Señores”, es “nuestro Padre bondadoso”, que la ama y vigila con amorosa providencia sobre ella.

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