Qué dice la calle… Martes 29 de Agosto
La frase de hoy: “El tren llegó a Bragado en 1877, es decir, a 20 años del viaje de La Porteña”
Todos los 30 de Agosto se celebra el Día del Ferrocarril en la Argentina en homenaje a la inauguración de la primera línea ferroviaria del país, la cual tuvo lugar un día como este pero de 1857.
También conocido como Día del Ferrocarril argentino o bien como Día de los Ferrocarriles, esta efeméride conmemora una fecha más que especial en la historia del país. El 30 de agosto de 1857 se inauguró la primera línea ferroviaria del territorio que por entonces se dividía entre la Confederación Argentina y el Estado de Buenos Aires.
Este suceso significó todo un acontecimiento en la sociedad de la época y también marcó el punto de partida hacia lo que sería una extensa red de trenes a lo largo y a lo ancho de todo el país, con todas las ventajas que eso conlleva, sobre todo en lo que es comercio, transporte y comunicaciones.
Una de las mayores curiosidades recae en que el primer viaje en ferrocarril que se hizo en el país no fue en la fecha que se celebra hoy, sino el día anterior.
El 29 de Agosto de 1857 se realizó el viaje inaugural de la locomotora “La Porteña” y al día siguiente tuvo lugar el acto oficial, que se recuerda en esta celebración.
Cómo se gestó la idea
Las primeras reuniones se realizaron en Corrientes 537, en la mansión del gran anticuario Manuel José de Guerrico. Ahí se reunía lo más conspicuo de la sociedad porteña. Sarmiento llamó a esa casa el Club Argentino de París y en el Diario El Nacional, Juan Carlos Gómez la nombró como el Club de los Pelucones en clara alusión a sus miembros conservadores.
Ahí se gestaron, después de la caída del gobierno de Rosas, las ideas de un nuevo proyecto de país y, entre las densas nubes de humo de tabaco que ennegrecían las estatuas y los cuadros de la gran colección de su dueño, un 17 de Septiembre de 1853 se fundó la Sociedad de Camino de Hierro de Buenos Aires al Oeste. En esa casa, nació su bisnieto, Ricardo Güiraldes, escritor que heredó de la familia la estancia La Porteña, ubicada en San Antonio de Areco, cuyo nombre evoca a la primera locomotora
F. Llavallol, F. Balbín, B. Larroudé, M. Miró, D. Gowland, M. J. de Guerrico, N. de la Riestra, A. Van Praet, E. Ramos y V. Basavilbaso impulsaron y propusieron al Estado de Buenos Aires la instalación de un ferrocarril.
El 12 de Enero de 1854, después que la aprobara la Legislatura de Buenos Aires, el gobernador Pastor Obligado promulgó la Ley de Concesión del primer ferrocarril en territorio patrio, anticipándose al Presidente de la Confederación, J. J. Urquiza, que ambicionaba unir con vías Rosario-Córdoba, proyecto que recién pudo concretarse en 1870.
Las disputas inmobiliarias ejercían mucha presión para determinar el lugar de la estación cabecera, motivo por el cual las reuniones se hacían en secreto y así el 19 de agosto de ese mismo año una disposición permitió ampliar el número de calles posibles para el “arranque del camino” de hierro: Cuyo (Sarmiento), Corrientes, Parque (Lavalle), Tucumán y Temple (Viamonte).
La Sociedad solicitó un lugar para establecer la estación cabecera.Según el plano catastral, los terrenos dependientes de la Estación del Parque, con la firma de Felipe J. Arana, habían pertenecido a Teresa y Petrona Arquibel (sic), Cayetano Cardoso, Mariano, Juan, Escolástica y Marcos Cuestas, Mauricia Abaca de Troncoso y Manuel Linch (sic) y estaban comprendidos entre las calles: Cerrito, Tucumán, Libertad, Viamonte (hoy Teatro Colón).
Según el primer proyecto de trazado las vías partirían de la Estación Central proseguirían por la calle del Temple hasta Junín y de ahí en una curva suave irían hacia la Estación Once de Septiembre, en la entonces Centro América (Av. Pueyrredón) y Corrientes, para continuar luego con dirección oeste.
El trazado definitivo partía de la Estación del Parque, cruzaba la plaza homónima ante la queja de los vecinos que alegaban la invasión a sus calles y plazas.
Hoy celebramos una fecha en la que fueron naciendo muchos pueblos al costado de las vías. Los trenes marchan despacio pero lo bueno es estar recuperando un bien nacional preciado.