Publicación Pedida Educación: ni ineficiencia ni exclusión, inversión
Por el Prof. Jorge Castillo
Cuando se trata de encuadrar la educación de nuestros chicos con las reglas de mercado equivocando, además, el eje donde centrar el financiamiento, subsidiando la demanda en lugar de invertir en la oferta, se muestra, inicialmente, un claro desconocimiento de nuestro sistema educativo y de nuestro marco constitucional.
La propuesta de vouchers en educación, idea del economista Milton Friedman, originada en la década del ‘50 del siglo pasado que propone “subsidiar” a los padres en vez de invertir en educación, hace competir a las escuelas entre sí para ofrecer un mejor servicio . Además de considerar como nuevo algo viejo, surge la inevitable comparación de los desastrosos resultados observados en Chile, por ejemplo, cuando el dictador Augusto Pinochet, y Hernán Büchi Büch, su ministro de Economía ultraliberal, consagró la desigualdad y la exclusión y llevó al sistema educativo del vecino país a la necesidad de un cambio absoluto de rumbo que se dio recientemente con marchas del pueblo bajo el lema: “No son 30 pesos …son 30 años”.
Surgen muchas dudas sobre el anuncio de la implementación de este “nuevo (viejo) sistema de voucher” y ha despertado mucha inquietud, las que se basan, principalmente, en las particularidades de nuestro sistema educativo:
-Primeramente, este “nuevo” formato de administración deja afuera, de forma INCONSTITUCIONAL, al ESTADO como responsable principal de la EDUCACIÓN (que dejaría de ser PÚBLICA y GRATUITA como establece nuestra CONSTITUCIÓN), pasando a estar gestionada por un sistema que no ha dado muestras de su eficacia en diferentes partes del mundo.
-Seguidamente, se muestra un peligroso desconocimiento del funcionamiento de nuestro sistema educativo nacional y sus 24 jurisdicciones, con características particulares de autonomía. ¿Cómo se implementaría en un país en donde las instituciones educativas son administradas por las provincias y la Ciudad Autónoma de Buenos Aires?, ¿se modificaría, entonces, el Régimen de Coparticipación?, ¿o lo que realmente esconde la “nueva “propuesta es cambiar la CONSTITUCIÓN e ir a un régimen unitario y autoritario?
-Los vouchers serían un subsidio más a las familias y no una inversión en la educación. Las escuelas pasarán a ser PYMES que competirán en el mercado escribiendo una nueva página de exclusión y abandono a los más vulnerables. En el mercado la competencia entre la oferta y la demanda funciona de manera excelente y aceitada para muchas cosas, pero la educación es una cuestión de INVERSION no de GASTOS. Los vouchers serán montos fijos que las escuelas deberán administrar para cubrir el funcionamiento durante el tiempo que el alumno concurre a clases, esto significará que los docentes, el personal auxiliar y los directivos y supervisores tendrán contratos entre Marzo y Diciembre, ¿o los mismos incluirán los pagos de Enero y Febrero?
-¿En las escuelas donde fuera necesaria la implementación de equipos de asistentes sociales (que atiendan necesidades de convivencia intra o extra escolar) o pedagógicos de orientación escolar (que den respuestas a problemas de aprendizaje), está contemplado con el monto asignado del vouchers la conformación de los mismos?, ¿las escuelas podrán “elegir” a los alumnos que demanden menos recursos por su nivel y excluirán a los que necesiten de más acompañamiento en su trayectoria de aprendizaje ?
-¿Qué pasará con las escuelas chicas o rurales y de islas? Las mismas, generalmente, contienen a alumnos de zonas alejadas de los centros urbanos y al no disponer de suficientes alumnos no tendrían los ingresos para disponer de todas las asignaturas; por consiguiente la ecuación es sencilla: MENOS ALUMNOS, MENOS PERSONAL, MENOS CALIDAD EDUCATIVA = ¡MÁS DESIGUALDAD!
Si los motivos de proponer este cambio se basan en el deterioro de la calidad educativa de los últimos años, la respuesta no debe buscarse en planteos mesiánicos o anuncios rutilantes vacíos de contenido y fuera de contexto que sólo promueven más exclusión, desigualdad y falsos paradigmas, sino en el debate y análisis de estos tiempos con especialistas que diagramen los pasos a seguir según las diferentes realidades de nuestro país, incluyendo y no excluyendo .
La educación gestionada por el actual oficialismo encabezado por Kicillof es sólo la decadencia que vivimos los bonaerenses, víctimas del sistema secuestrado por Baradel. Hay un camino para comenzar a reconstruir desde la devastación: emprenderlo con los votos, primero, cambiando el signo de la conducción de la Provincia, también con los miles de docentes que quieren trabajar, y con los padres y madres de los alumnos que, como nosotros, creen que la Educación debe ser declarada, por ley, como servicio esencial. Esa es nuestra absoluta convicción, la que expresan Néstor Grindetti y Miguel Fernández. Y hay una pregunta que la sociedad debe hacerse frente a propuestas viejas y fracasadas que quieren presentarse como nuevas, como esta de las escuelas vouchers. ¿Será la Constitución bonaerense o por sobre ella –como en lógica kirchnerista – será «Sulei», Milei?
Comisión de Educación, Cultura y Deporte
U.C.R- Bragado