Qué dice la calle… Martes 19 de Septiembre

La frase de hoy: “Cuando se habla de recordar es necesario tener el corazón abierto”

Horacio Yaffaldano, Pampa Reyes, Arsenio Sauco, Carlos Olivera (boxeador visitante frecuente del Diario), Roberto Zamora y Miguel Piñero.

JORGE OMAR ALFARO
Pedimos permiso para hablar de quien nos dejó el 18 de Septiembre de 1974, aunque sigue vigente en cada edición de La Voz. Su partida se produjo cuando era joven, compañero y amigo de Héctor Larrea (nacido en 1938). Dejo el legado de su amor por el periodismo y su coraje por escribir las cosas que le dictaba el corazón. Jorge Omar Alfaro, conocido por “El Gordo”, por mucha gente, se fue casi sin darse cuenta, preocupado por dejar a su familia y decidido a ayudar desde el lugar que pudiera.
Alfaro fue además hincha del ciclismo y compañero de camino de Rogelio Scaramella, en aquellos históricos recorridos del Gran Premio de Turismo Mejorado.
Amante de la política, admiró al Doctor Arturo Frondizi y fue uno de los visitantes que tuvo el expresidente derrocado, en la Isla Martín García.
En cada aniversario se ha dicho todo lo que se lo extraña, pudiendo decir que el vacío de su ausencia no afectó su amor como esposo y padre.
Era famoso por tripular un Citroën color verde, con el cual era frecuente que se animara a viajar a Buenos Aires sin documentación, sin credenciales y, naturalmente sin un peso en el bolsillo.
Fue referente de Héctor Larrea, quien lo presentó a La Voz cuando estaba en Radio El Mundo y la calidad del presentador fue capaz de elaborar una amistad permanente.
Alfaro era habitante de las noches, tal vez recordando su tiempo de empleado telefónico. Fue el gran amigo de Pampa Reyes y padrino de casamiento de Oscar Zamora. Más de una vez se animó a hacer transmisiones desde Bragado a las radios de Buenos Aires en aquellos míticos grandes premios.
El año que viene se han de cumplir 50 años de su ausencia, superada y renacida en cada edición de La Voz de Bragado, saliendo a la calle…tal vez con su ayuda.

HUGO OSCAR SOTO
Fue el editor responsable de La Voz de Bragado hasta que en un medio día, del 20 de Septiembre de 2009, decidió que era tiempo de descansar. Se fue dejando un legado de realizaciones personales y un camino señalado para el Diario.
Ligado a la docencia colaboró en distintos establecimientos, hasta llegar al Instituto Privado del Oeste que pasó a constituirse en su segunda casa.
Amigo de sus amigos, habitante de la noche y sus refugios, tuvo en su familia el amor de toda la vida. El mejor ejemplo es comprobar la dirección que tiene el diario en estos tiempos.
Tuvo capacidad para ser dirigente del Automóvil Club Bragado, organizador de aquellos Triángulos del Oeste en la década del ’60. Estuvo entre los entusiastas pioneros de la agencia noticiosa Diarios Bonaerenses, una suma de esfuerzos que permitió a los sufridos diarios del interior seguir estando al servicio de sus comunidades.
Hay otros casos así, pero con Hugo Soto se empezó a ver lo que había hecho en su vida a la hora de despedirlo aunque nunca se ha ido del todo.

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