Entrevista al nuevo párroco oriundo de nuestra ciudad: Lucas Chiappe
-El joven bragadense fue ordenado Sacerdote en el Santuario Schoenstatt, y el miércoles en la misa de la Parroquia Santa Rosa de Lima ofició su primera misa.
Actualmente tiene 32 años y comenzó fu formación a los 22. Su camino lo inició en el año 2014; la primera etapa del noviciado fue en Tuparenda a 35 km de Asunción, Paraguay. Allí se instaló por un año y medio, los otros seis meses de noviciado los transitó trabajando en Ciudad del Este en el Hospital Regional acompañando a los familiares de los enfermos, junto a dos compañeros.
Luego de esa etapa se dirigió a Chile, dos años y medio, estudiando filosofía en Santiago. Después lo trasladaron nuevamente a Paraguay, esta vez a Asunción a trabajar con grupos de jóvenes. Allí estuvo la mitad del 2018 y todo el 2019. El 2020 emigró a Alemania donde nace el Movimiento de Schoenstatt al cual pertenece. Ahí mismo transitó la pandemia, y luego en Buenos Aires también la padeció durante unos meses. Finalmente, en el 2021 y hasta mayo del 2023, se dedicó a finalizar sus estudios de Teología en Santiago de Chile.
En cuanto a su trayectoria, expresó: “fueron años de mucho crecimiento y de aprendizaje, donde fui madurando mi vocación y dejándome acompañar por Jesús y la comunidad. Realmente repleto de experiencias y aventuras, que fueron abriendo mis horizontes”.
Recordando lo que le impulsó a estudiar el sacerdocio, dijo: “La primera vez que apareció esta pregunta en mi corazón fue en el último año de colegio. Yo estaba viviendo en Buenos Aires en ese tiempo, el año 2009, y estaba buscando y pensando sobre mi profesión, pensando sobre qué me gustaría trabajar, estudiar, y me di cuenta que apareció esto como algo que me apasionaba. Ya había tenido experiencias de ir a misionar, de estar en grupos parroquiales, y me gustaba mucho la idea de servir a los demás. Entonces, ahí fue la primera vez que se me cruzó por la cabeza, pero cuatro años después me decidí, me terminé decidiendo por este camino, porque la pregunta empezó a mover mi corazón, pero después tuvieron que pasar muchas pequeñas respuestas para ir madurando y dándome cuenta que iba por ahí”. Agregó: “Fue darme cuenta que Jesús me llamaba a vivir con Él la vida, en el servicio a los demás y a la Iglesia, y descubrir que de ese modo uno puede ser instrumento del amor de Dios para las personas”.
Actualmente, Lucas Chiappe se encuentra experimentando en el Santuario de la Virgen de Luján; allí trabajará hasta mayo del 2024. Contó que luego tiene programado empezar a trabajar para el Movimiento apostólico de Schönstatt, que lo trasladarán a Asunción de Paraguay para trabajar con Juventud.
Sobre la misa del miércoles, en Santa Rosa de Lima, Lucas señaló que “estaba muy emocionado porque quería venir a celebrar junto con esta parroquia donde yo tomé la primera comunión, conocí a Jesús y así poder compartir con la comunidad de Bragado”.
Al momento de ordenarse sacerdote, el lema que eligió fue de Juan 15-9, que dice: “Permanezcan en mi amor”. Por lo que dijo: “es algo que pide Jesús antes de morir, de entregarse en la cruz por nosotros. Y esa es un poco la expectativa, el anhelo de mi vida, es permanecer cerca del amor de Jesús y poder ser fiel en este ministerio a esa misión que Él nos regala, con la Iglesia, junto a la Iglesia y desde la Iglesia, poder llevar la presencia de Jesús a todas las personas”.
En este sentido, compartió más conceptos sobre su vocación: “En la iglesia católica, lo que Jesús nos pide siempre es que vayamos acompañados, que nunca caminemos solos. Cuando Él manda a predicar a sus discípulos, los envía de dos en dos. Y por eso la vocación sacerdotal siempre es en comunión con la iglesia, siempre es junto a los obispos. Yo tuve el llamado a vivir como sacerdote en la Comunidad de los Padres de Jonestadt. Y junto a ellos hice toda mi formación, fui aprendiendo y ellos me han ido acompañando, con varios sacerdotes amigos, como también con los formadores. Y por eso nosotros nunca vivimos solos, siempre estamos en comunidad”.
También se mostró agradecido con su familia: “siempre me estuvo apoyando, acompañando. Creo que fue de las partes más difíciles de este camino, por las distancias, por lo que significa estar lejos, o vivir en otros países. Pero siempre teníamos la oportunidad de, generalmente en los veranos, en algún tiempo de vacaciones, volver al país y volver a reencontrarnos con nuestras familias, que siempre me estuvieron acompañando y apoyando”.
Para finalizar, comunicó un mensaje para la comunidad: “invito a la gente a qué se acerque a Jesús, que nos espera siempre y nos quiere regalar paz”.
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