A 10 años del homicidio de “Pipo”, el joven que fue arrojado por su suegro de un séptimo piso
Ocurrió en Pergamino el 6 de enero de 2012. El adolescente de 16 años salía con la hija del asesino, que se oponía a la relación.
“Se tiró de espaldas, como si se tirara a la pileta”, dijo ante la Justicia María de los Ángeles, la ex esposa de Norberto Fabián Núñez. La mujer hacía referencia a una tragedia que sacudió a Pergamino hace una década. Fue el 6 de enero de 2012 cuando Iván Hortiguera, de 16 años, murió tras caer desde un séptimo piso de un edificio. El adolescente estaba de novio con la hija de María y de Núñez, de 14 años, cuando el hombre llegó al departamento y enfureció al ver a la joven pareja durmiendo. “Si no te tirás, te tiro”, lo habría amenazado, y comenzó a golpearlo. Sin embargo, el testimonio de la ex esposa fue rápidamente contrarrestado por testigos del edificio, y hasta una vecina llegó a gritarle: “Lo tiraste como una bolsa de papas, hijo de puta”. ¿Cómo terminó la fatal historia? Con Núñez, de 46 años, condenado a reclusión perpetua y reconociendo ante el tribunal: que “la situación se me fue de las manos”.
El caso trascendió a la ciudad de 100 mil habitantes y que vio nacer a Atahualpa Yupanqui y a Arturo Illia para llegar a la TV de todo el país, que debatía sobre lo que había pasado. Y con el paso de las horas comenzaron a conocerse detalles del “amor prohibido” de Iván y Tamara, que llevaba unos ocho meses.
Lo que era para muchos un amor juvenil, para Núñez era un problema. Celaba a su hija en exceso y aseguraba que había empezado con inconvenientes en la escuela producto de la relación. De hecho, tiempo antes de esa mañana de Reyes el hombre que se desempeñaba de vigilador, había ido a ver al padre de Iván a su trabajo para advertirle que todo terminaría mal si seguía adelante el noviazgo de los menores. En la segunda oportunidad, incluso, llegó a advertirle que “si lo agarraba (a Iván), lo tiraba”.
En la madrugada del viernes 6, Núñez se fue a trabajar a un boliche y Tamara quedó de verse en el departamento con “Pipo”, como era conocido por sus conocidos. Y pese a que tenía en claro que debía irse a su casa del barrio “Las 512”, el sueño los venció. Cuando el padre regresó por la mañana, todo estalló. Citó al lugar a su ex esposa y, delante de ella, golpeó al joven: le fracturó la mandíbula y la nariz. “Andate de acá, te voy a matar. Si no te tirás, te tiro yo”, gritaba Núñez según declararon algunos vecinos. “¡No le pegues más, papi!”, pedía su hija.
El desenlace y el juicio
Los presentes en el lugar aseguraron que Iván se tiró ante la amenaza de Núñez. Sin embargo, vecinos que declararon en principio con identidad reservada contaron una versión diferente: que el vigilador lo tenía agarrado del cuello y acorralado contra la baranda cuando lo soltó al vacío.
Si bien el hombre estuvo demorado unas horas, recuperó su libertad por los testimonios de los que estaban dentro del departamento. Incluso la joven apoyó la teoría del padre. No obstante, dos días después y ante la aparición de otras versiones y los dichos de la familia de la víctima, Núñez quedó tras las rejas, aunque evitó declarar ante el fiscal. Fue allí que familiares y amigos se movilizaron e hicieron todo tipo de movida para que el caso no perdiera fuerza.
En el juicio condenatorio a reclusión perpetua por “homicidio agravado por alevosía” que se hizo en marzo de 2014, los jueces le dieron gran valor al testimonio de la vecina del octavo piso, el de su hijo y el de la nieta y sobrina de ambos, quienes brindaron un relato contundente y dieron detalles precisos de lo que escucharon y observaron esa mañana.
Además, el Tribunal valoró las pericias y conclusiones a las que arribaron los expertos de la Policía Científica bonaerense a cargo de elaborar la secuencia fáctica, quienes indicaron que se trató a las claras de un homicidio. También fueron clave los peritos forenses en psicología y psiquiatría que resaltaron el lazo “especial” que mantenía con su hija y que sentía celos enfermizos.
Entre abrazos terminables y lágrimas de satisfacción por la condena, padres, hermanos, familiares y amigos del adolescente consiguieron algo de alivio con el fallo, aunque reconocieron que “la herida seguirá abierta de por vida”.
En tanto, en noviembre de 2016, la Suprema Corte bonaerense sepultó toda chance para que Núñez tenga un nuevo fallo, y desestimó una apelación a la condena.
Ahora, a una década del hecho, Lucía, hermana de “Pipo”, lo recordó con un hermoso mensaje en Facebook. “Me siento egoísta porque quiero tenerte acá aunque vos ya estés en paz, y no lo puedo aceptar, porque vos querías vivir, vivías el día como si fuera el último. No puedo aceptar como terminó y me destroza el saber qué hace muchos años no te abrazo”, dice parte del texto.
Fuente: (DIB) FD