¿La exposición a las pantallas en las infancias, es contraproducente?
En el día de ayer se publicó un artículo sobre el mal uso de las pantallas digitales por la noche en adolescentes, adultos y personas mayores de edad, marcando las consecuencias que genera esta actividad. En el día de hoy se va a tratar el uso de los mismos dispositivos y las consecuencias que generan, pero en la niñez.
Hace dos años la Organización Mundial de la Salud (O.M.S) publicó un informe sobre recomendaciones para el sedentarismo, la salud física y el sueño en menores de 6 años y por primera vez resultó sumamente rigurosa respecto al uso de dispositivos electrónicos.
Recomendó anular cualquier exposición a celulares, tablets, televisores o computadores en menores de 2 años y después de esta edad, sugirió adentrar a los niños y niñas poco a poco en el universo digital.
Se sabe que los automóviles no son malos, pero a nadie se le ocurre entregarle las llaves a un hijo para que fuera solo al jardín, primaria o secundaria. Con la tecnología sucede algo muy parecido: En función del uso que se le da logra ser mejor, neutra o incluso puede tener efectos negativos en nuestras vidas.
Muchos padres tienen la duda de qué hacer con las pantallas y sus hijos, dudar en dárselas o no. La recomendación general que da la Academia Americana de Pediatría (A.A.P), acompañada por el apoyo de la mayoría de sociedades médicas del planeta, es clara: Por debajo de los dos años, los niños y niñas no deberían ver nada de televisión, ni utilizar las pantallas. Recomiendan impedir lo que se conoce como “exposición a pantallas”.
-A partir de los 2 años de edad está exposición debe ser limitada, no debería ser superior a las 2 horas diarias y se debe controlar que los contenidos sean adecuados a la edad o un momento del desarrollo del niño o de la niña.
La gran mayoría de los participantes de la A.A.P. coinciden en lo mismo: Un exceso de exposición a televisión o una exposición temprana a la televisión y otras pantallas tiene efectos negativos en el desarrollo de los niños, fundamentalmente en el lenguaje y en la atención.
La mayor parte de los efectos negativos vienen por lo que se conoce como “coste de oportunidad”, esto es que mientras se esté utilizando las pantallas, se pierde la oportunidad de hacer actividades que sí han demostrado tener un efecto positivo en el desarrollo infantil como, por ejemplo: La interacción con pares, hablar con los padres, jugar en plazas o hacer deporte al aire libre.
¿Qué se puede hacer luego de los 2 años de edad para mantener dentro de límites razonables la exposición a estos medios digitales?
La primera recomendación sería que los niños no tuvieran televisión en su dormitorio, más allá del poco control que pueden tener los padres sobre cuándo o qué ven en la televisión, existen diversos estudios que han asociado este simple hecho, tener televisión en el cuarto, con un mayor riesgo de desarrollar déficit de atención. Esto mismo se puede aplicar también a las computadoras, se recomienda tenerlas en una zona común o en todo caso supervisar su uso padre.
La segunda recomendación indica que, a la hora de cargar la batería de cualquier dispositivo, se realice en un espacio común del hogar, ya sea la cocina o el comedor, pero nunca en las piezas, porque de esta manera se pierde el control que se hace sobre estos dispositivos. Resulta alarmante saber la cantidad de niños y niñas que se acuestan a altas horas de la madrugada por usar el celular.
-Una maniobra positiva es restringir las horas de uso de las pantallas. Esto implica que a partir de una hora determinada no se utiliza ningún artefacto tecnológico, sino que simplemente se disfruta en familia. Cabe destacar que esta regla debe respetarla toda la familia.
En cuarto lugar, se recomienda esforzarse en no tener la televisión prendida de fondo si no hay nadie que la esté viendo. Estudios han encontrado una asociación entre este hecho con algunos retrasos en el desarrollo del lenguaje. Del mismo modo se sugiere evitar que durante los horarios de las comidas esté la televisión encendida, porque consciente o inconscientemente se desvía la atención.
Otro punto que muchas veces no se tiene en cuenta y resulta importante es el de respetar siempre la edad recomendada para videojuegos y programas de televisión. No todo es adecuado para todas las edades, por lo tanto, se debe prestar atención a las etiquetas de edades sugeridas, no simplemente por el control en sí, sino simplemente por poder compartir ese tiempo con los niños, por jugar juntos a videojuegos o poder comentar lo que estáis viendo en la televisión. De ese modo se evita utilizar la tecnología como una niñera digital que es lo que verdaderamente tiene un efecto sumamente negativo.
La tecnología no es mala, ni es mala la televisión, ni los celulares, ni las tablets, son cosas sumamente útiles, pero cada uno de estos dispositivos requieren de una cierta edad para ser utilizados, por lo que es necesario reflexionar acerca del uso que los niños y niñas hacen de estos medios digitales.
Es probable que tras no poder usar las pantallas el tiempo deseado, los niños se aburran, pero como mencionamos semanas atrás en otro artículo, el aburrimiento también resulta un factor crucial en cada individuo. En caso no conocerlo, su nombre es, “Busquemos el aburrimiento para mejorar como individuos y sociedad” y se puede leer en lavozdebragado.com.ar
Los jóvenes son el futuro, pero también son el presente y si se busca formar una sociedad más eficiente, respetuosa, inteligente y consciente, la educación y el acompañamiento en las infancias resulta un pilar fundamental para llegar a dicho objetivo.