Qué dice la calle… Sábado 16 de Abril
La frase de hoy: “Los días Jueves y Viernes Santo tienen motivos para ser evocados”.
En el primero de ellos Jesús, en la última cena, instituyó la Eucaristía a través del pan y el vino, diciendo “hagan esto en nombre mío”. En cada templo se recuerda aquella circunstancia donde, el hijo de Dios lavó los pies a sus discípulos, en señal de servicio y humildad, sabiendo que uno de ellos (Judas) lo había traicionado.
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Cada Viernes Santo se reedita el camino a la cruz que hizo Jesús, a través de las 14 estaciones del Vía Crucis. Cada capítulo tiene sus reflexiones y enseñanzas que perduran a través del paso del tiempo. Hay quienes subestiman estas fechas, considerando que son días para fomentar el turismo. Ambas cosas pueden ocurrir al mismo tiempo, porque la fe es algo necesario para transitar el camino de la vida.
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El jueves por la tarde… Aprovechando el hermoso día, según comprobó La Calle, muchas personas de todas las edades se congregaron en la plaza del monumento al general San Martín, cercana al escenario del Espacio Joven. Hizo bien la salida. Uno se va acostumbrando al encierro, lo cual nos mete en un círculo vicioso. En todo caso, la Semana Santa es válida para comprobar que el peso de “nuestra cruz”, no tiene semejanza con la que sufrió Jesús.
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La Calle, como todos los argentinos, asiste al desencuentro que existe en el gobierno nacional. El peronismo, en su versión de estos tiempos, tiene antecedentes en ese rubro. Algunos obligados, como la muerte de Hortensio Quijano, lo que determinó su sucesión por Alberto Teiseire. Éste, elegido con Perón en 1952 para la fórmula, no le fue leal al General cuando se produjo el golpe de estado en 1955.
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Hay más desencuentros que marca la historia y rescata la memoria. Hubo enfrentamientos cuando volvió del exilio Perón en 1972. El gobierno de Héctor Cámpora, referente del peronismo, duró apenas 49 días… Fue una dura defraudación para quien había vuelto para “unir al pueblo”. El obligado recambio fue una profunda grieta.
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Con su salud quebrantada, debió asumir la candidatura presidencial por tercera vez. El mandato popular no lo pudo terminar por su fallecimiento en 1974. Unos dos años antes se había producido el alejamiento de los jóvenes que pedían “otro Perón…”.
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En 1946 Perón había sido elegido por el 52 por ciento de los votos y seis años más tarde alcanzó el 63 por ciento. En los largos años de su obligada permanencia fuera del país, habían ido surgiendo grupos que, cada cual en su momento, decían “contar” con el apoyo del líder. Llegó el momento de las definiciones y allí aparecieron las diferencias. Cualquier parecido con la actualidad es pura coincidencia histórica.
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Reflexión final: Lo que pasó antes no obliga a repetirlo. Hay que sacar experiencias y capitalizar las consecuencias de los viejos desencuentros nacionales. Los padecimientos que viven muchos argentinos, exigen unidad para buscar las soluciones. Un mensaje que se hace más visible si estamos en Semana Santa, esperando la resurrección de nuestro Señor.