-Por Gonzalo Ciparelli

Me he preguntado y repreguntado que es la moral y de forma espontánea se me presento una frase, y así como entiendo la conexión de las cosas, la intente profundizar, ya que como dice otra frase: las cosas pasan por algo. Y siguiendo con esta temática de las frases, la que primeramente se me presento es una conocida que confiesa: El que esté libre de pecado que lance la primera piedra. Mi mente, que tanto conoce de imaginación gracias a su desarrollo en la infancia en la cual adquirió experiencia con los años ya que nunca la reprimí, pudo situarse, haciendo de máquina del tiempo, en el pasado, y recrear el momento, hipotéticamente hablando, cuando surgió dicha frase.
Ahora bien, imaginemos a un ser humano amarrado a un poste, sin posibilidad de moverse ni mucho menos de desatarse, luego de haber incumplido una ley, que en ese entonces (siglo XVII) podía ser justifica o no (ya que sin ir más lejos Galileo Galilei recordemos fue sentenciado a prisión domiciliaria por el resto de sus días por el hecho de mencionar que La tierra no era el centro de la vía láctea y si lo era el Sol, y que La tierra giraba alrededor de este y no al revés como estúpida y dogmáticamente mencionaba la iglesia) Sin embargo, los miembros de la iglesia murieron libres y él, encerrado.

Prosiguiendo con el amarrado, este ser humano ha cometido un pecado, el cual se ha declarado como mortal, y su sentencia es morir apedreado por los ciudadanos que pertenecen a ese pueblo, a esa ciudad. Todos eufóricos, con ganas de hacer justicia, influenciados por quien dictaminó la sentencia desean lanzar su piedra. Sin embargo, dentro suyo cada uno sabe inconscientemente que también ha cometido pecados, por lo tanto, matando a ese ser humano, también está aceptando su propia muerte. Y aún más, quizás también inconscientemente cada cual que lanzaba una piedra, en realidad se la está lanzando a sí mismo, porque justamente, nadie está libre de pecados. Entonces ¿quién es uno para juzgar al otro sin antes “mirarse” dentro suyo? Quien esté libre de pecados que lance la primer piedra, pero sepa que quien mata a un ser humano por pecar, también se está matando a sí mismo, y se debe recordar que cuando se señala con un dedo, hay tres que nos están señalando a nosotros. La moral muchas veces posee dos significados, según convenga, claro. Lo mío es minimizado y lo del otro, por el contrario, se maximiza. Yo lo hago sin querer, el otro lo hizo queriendo. Este defecto viene de tiempos inmemorables y aún no ha hecho efecto la evolución, el ser humano juzga, pero pocas veces contra sí mismo, porque esto conlleva a aceptar sus debilidades y errores, algo que le cuesta el orgullo y el ego. La naturaleza es sabia, por eso los animales carecen de orgullo, ego, avaricia, envidia, rencor y venganza. El ser humano es ignorante, por eso aun los conserva. Recuerda que todos tenemos algo que ocultar o callar, por lo que no debemos criticar a los demás por algo que quizá hemos hecho nosotros también. En todo caso, se debe ayudar.

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