Con un profundo dolor, nos toca dar la noticia que jamás imaginábamos dar, ha fallecido Roberto Dematteis, el “Flaco” como su familia y la mayoría de la comuna lo conocía en Bragado, “Rober” como se lo conoce en nuestra redacción. Disculpe el atrevimiento señor lector, pero nos permitimos una licencia periodística, en nuestro medio hablaremos siempre en presente de Roberto, porque quien en vida se ganó el derecho de ser “el alma de este diario”, seguirá siempre junto a nosotros. Ahora sí, intentaremos continuar.
En la mañana del día de ayer, a sus 87 años, el reconocido hombre de bien y periodista Roberto Dematteis dio su paso a la inmortalidad dejando su condición humana, para convertirse en leyenda del periodismo local. No buscamos exagerar en esta despedida, simplemente reflejar a un hombre que, en su larga trayectoria en este oficio de informar, jamás dejó de lado su compromiso y humanidad con nuestra realidad diaria.
La reseña necrológica dirá que fue velado en la casa Blanco Servicios desde las 13:00hs. y que sus restos fueron inhumados en el cementerio local a las 16:00hs., lo que no podrá nunca será reflejar el sentido dolor y acompañamiento de una comunidad que supo tener a uno de los baluartes del compromiso con la letra local sin jamás traicionar su solidaridad y valores.

-SU HISTORIA…

Mucho se puede decir de Roberto, su paso y vocación como ferroviario supo marcarlo mucho en su vida y fue en ese lugar, donde comenzó a mostrar su vocación solidaria. Al frente de la administración del hoy demolido Policlínico Ferroviario, donde actualmente se alza el edificio Adventus, Roberto solía redactar en pequeños papeles, las solicitudes que hacía llegar a las farmacias para autorizar la entrega de medicamentos a personas que no podían pagarlo, responsabilizándose él mismo por responder frente a esos compromisos.
Su vocación de servicio y solidaridad lo llevó a desempeñarse como Secretario de Desarrollo Social en la gestión municipal de Osvaldo Oliveros y en el año 1983 fue precandidato a intendente municipal. No hay duda que Roberto siempre mostró su compromiso con la comunidad desde la parte que, en estos tiempos tan acelerados, quizás más estemos careciendo, el humano.

-SU VOCACION PERIODISTICA Y SOCIAL

La vocación periodística de Roberto se construyó con ese fuego y pasión que marca a quienes trascienden en este oficio. Desde que sacara su primera foto para el diario La Voz de Bragado un 25 de mayo de 1966, Dematteis entró en este medio al que llenó con su corazón no solo cada letra publicada, sino también en cada espacio en blanco de la página de este medio. Humilde, decía no saber nada del oficio periodístico, sin embargo, al mismo tiempo supo tener esa humildad y generosidad que tienen los grandes maestros, dar cátedra buscando que cada uno de los periodistas a los que formó, pudiesen sacar de ellos su mejor versión. Grandes del periodismo nacional como Sergio Elguezabal, Cristian Grosso o Gustavo Grosso, tuvieron el placer de formarse en su cátedra diaria que era la redacción de La Voz de Bragado.
Sencillo en cada acto, no corregía, el simplemente sugería. Sencillo para estar en cada acontecimiento público con la intención de reflejar la realidad local, siempre llegando en bicicleta o a pie, sin grabador pues su prodigiosa memoria le permitía recordar cada palabra de una entrevista y con su lapicera y cuaderno para anotar aquel dato especial que no era dicho en el trascurso de la misma, pero que a él le permitía volcar su magia en el tabloide. Especialista en cada tema, supo cubrir actividades políticas, culturales, sociales y deportivas, con una alta neutralidad valorativa, pero sin por eso dejar de marcar sus críticas o alentar los hechos positivos de cada vecino de la ciudad.
Supo llevar su compromiso periodístico más allá de la misma responsabilidad de la tarea. Puso su ojo de atención en las desigualdades de nuestra ciudad, haciendo hincapié en los niños. Pocos lo saben, pero Roberto fue para muchos niños del Hogar Migñaquy su padrino y quizás la única imagen masculina de contención y ejemplo a seguir. Quizás aquella debilidad que sentía por los chicos del hogar, naciera cuando estuvo en el Policlínico Ferroviario, lindero al mismo. Pero no se quedó allí, todo chico con necesidades en Bragado, sabía que podía acercarse al edificio de La Voz en Suarez y gritar a la ventana del primer piso “Roberto”, que la ayuda llegaría.
En silencio, Roberto supo gestionar con su amigo Héctor Larrea más de una ayuda silenciosa para algún vecino con extrema necesidad o problema de salud. Supo colaborar en la edificación de alguna casa de nuestra ciudad para que, algún niño, pudiese tener un techo donde descansar.

-BUEN HOMBRE DE FAMILIA Y VECINO

Quizás algún lector desprevenido puede llegar a pensar que, tanta actividad pública lo llevó a descuidar su vida privada, pues no es así. Fue un gran marido que acompañó a su esposa a quien perdió durante la pandemia del COVID. Todos sus hijos son grandes vecinos de nuestra comunidad, gente de bien que aporta cada uno desde su actividad al bien de la comuna. Fue ese abuelo que supo estar en cada acontecimiento de sus nietos, acompañándolos y ayudándolos en su crecimiento.
Rober fue un excelente vecino. Muestra de ello fueron los reconocimientos que recibió: en el año 1980 fue Vecino Distinguido por los Amigos de la Calle Belgrano, en el 2022 recibió del Honorable Concejo Deliberante la distinción de Ciudadano Ilustre del Partido de Bragado, a pesar que siempre “rezongaba” de los halagos hacia su persona. Pero no hace falta un título para saber quién era el “Flaco”, quienes trabajamos con él, sabemos la gran cantidad de personas adultas que, en los últimos años, se acercaban a la redacción para agradecerle toda la ayuda que les había brindado cuando niños. Quienes nos acercamos ayer a despedirlo, vimos en su funeral a simples vecinos de nuestra ciudad que se acercaban a brindar consuelo a su familia y a agradecer.

-HOY LA CALLE LLORA

Mucho es el legado que Roberto deja al periodismo de Bragado, de hecho nos atrevemos a decir o bien que la mayoría de los periodistas de Bragado trabajaron con él y se nutrieron de su sapiencia, o bien que compartieron experiencias periodísticas que los marcaron. En nuestro medio, desde la columna “La Calle” reflejaba a diario el quehacer y ánimo de la comunidad, marcando a la misma con su especial oído social que volcaba en cada párrafo.
El diario, que nos atrevemos a decir fue su casa, su alma, su pasión y al que vino hasta el último día, hasta que se descompensó y debió ser internado, guardará su escritorio, sus apuntes y esa taza de café que disfrutaba junto a sus galletitas. Hoy “La Calle” llora la partida de su mentor, de la leyenda viva que transitó nuestra redacción.
Sin embargo, hay algo que no nos podemos permitir, como miembros de este medio “La Calle” debe seguir hablando, debe seguir reflejando ese compromiso social. Hoy nos toca a cada uno de los bragadenses que fuimos atravesados en la vida por este hermoso ser que es Dematteis, continuar con ese compromiso. Rememorarlo, honrando relatando su ejemplo, las anécdotas vividas junto al Flaco, convertirnos cada uno de nosotros en “La Calle” diaria, que nos brinde ese aire humano de Roberto en un tiempo donde todo se despersonaliza.
Perdón Roberto por no estar en estas letras, a la altura de reflejar todo lo que eres. Gracias Maestro de la vida, intentaremos honrar y continuar el legado que nos has dejado. Descansa en paz amigo Roberto.

Sus compañeros de “La Voz”

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