Amor desde y para la inclusión

Juan Fernández, psicólogo recientemente graduado junto al profesor de educación física, Javier Peracca, trabajan juntos en un proyecto.
Lo llevan a cabo en la Escuela de Atletismo y Fútbol Inclusivo, allí entrenan tres días por semana, lunes, miércoles y viernes, a las 15 hs, con el objetivo de formar a los jóvenes en esas disciplinas y prepararlos para las competencias de olimpiadas nacionales en la ciudad de Junín y los torneos bonaerenses.
Todo esto surgió post pandemia, luego que los chicos se quedarán sin profesor, el cual los había acompañado por un largo tiempo. Juan, cómo hermano de uno de los alumnos y desde su profesión, se animó a como el mencionó; “agarrar el timón y hacer algo con y para los chicos”.
Desde la Municipalidad de Bragado lo apoyaron, y sumaron al equipo a Javier, quien junto con el profesional de la salud y padres que colaboran con acompañamiento, esto ya es llevado a cabo hace más de un año.
“Desde nuestro espacio queremos focalizar tanto en lo deportivo como en lo social, lo vincular, en el espacio que se le pueda dar a los chicos para que puedan tener un lugar para socializar y para que ellos mismos puedan crearse un sentido de pertenencia, y formar un lindo grupo”.
Plasmar todo lo que aprendieron tanto en sus profesiones como en la vida misma es parte de su objetivo.
“Mi vínculo con la discapacidad viene desde hace mucho tiempo, precisamente hace 28 años cuando nació mi hermano, Juan Andrés, con síndrome de down.
Convivir con personas con discapacidad, interactuar e intercambiar experiencias evidentemente me ha formado con una mirada más simple y sana de la vida. De ahí nace mi vocación por ayudar a cambiar la realidad de muchas personas que hoy, se siguen encontrando con todas las barreras que la sociedad les impone” mencionó Fernández, mientras que Peracca agregó que su interés por el deporte comenzó desde muy chico, teniendo formación en Bragado Club, predio que aún sigue habitando, “el club me dio herramientas tanto como jugador de fútbol y como persona. Es por eso que siempre sentí un interés especial por la educación física y el deporte y también por trasladar a los chicos, un poco de todo lo que aprendí “.

Esta escuela, de fútbol y atletismo inclusivo, no fue formada por los jóvenes, Juan por su lado, llegó a este “hermoso grupo” hace 5 años, como hermano y como estudiante (ya que aún no había obtenido su título) pero aportaba su granito de arena, su visión para con los chicos y el profesor a cargo de aquel entonces, Jorge Rosales, a quien le estará siempre agradecido por el espacio que le brindó, “desde que tengo uso de razón, sostengo la decisión de trabajar en los derechos de las personas con discapacidad, y poder integrar este grupo fue un medio muy valioso para ir insertándome.
Mi rol en ese entonces era el de ayudante, colaboraba con los chicos en lo que ellos me necesitaban, y a su vez me brindaba a un intercambio con Jorge y el grupo de padres que conformaba la institución. Fui escuchando a cada uno de los chicos, lo que me permitió poder conocer sus pensamientos y formas de actuar. Y desde mi lugar, fui aportando desde lo más genuino.
Con la pandemia las actividades se vieron obligadas a paralizarse. Fue un año y medio de distancia, incertidumbre… y pérdidas. En agosto de 2021 cuando se comenzó a permitir la actividad al aire libre, decidimos volver a entrenar. Ya sin profesor, nos encontramos solo el grupo de jugadores/atletas y algunos padres que pedían poder continuar”, fue así que tomo la decisión de convocar a los presentes y comenzar nuevamente con los entrenamientos, ya que, no podían dejar de sostener un espacio que, a ellos, les hacía tan bien, “no nos podíamos quedar de brazos cruzados. La excusa era el fútbol y el atletismo, pero había mucho que hablar y expresar, después de mucho tiempo aislados. Y el lugar se fue rearmando, para todos”.
De a poco, paso a paso, la situación fue tomando forma, las cosas volvían a la normalidad, la Municipalidad mostraba iniciativa, ya sea desde la Dirección de Discapacidad a cargo de Silvina Flores, como así también la Dirección de Deportes de aquel entonces dirigida por Juan Pablo Cassani. Y ahí llego el momento de Javier, “yo ingrese al grupo de fútbol y atletismo Inclusivo a principio del 2022 para poder trabajar la parte física de los atletas. Me encontré con un grupo muy lindo y predispuesto a trabajar. Si bien creo que es fundamental mantener una forma de entrenamiento, la cual se fue encontrando con el correr de los meses, nuestro objetivo no se desvía. A la par se trabaja lo social y lo grupal, tratamos de formar un grupo de trabajo sano y que los chicos puedan llevarse algo distinto para poder afrontar la vida y cualquier ámbito que atraviesen. Si bien es importante la competencia, el día a día en los entrenamientos y en la intensidad que se realizan, sabemos que cada persona con discapacidad que integra el grupo tiene sus tiempos y sus formas. Eso nos lleva a trabajar de diferentes maneras según el grupo de chicos, pero siempre con la misma seriedad y concentración a la hora de llevar a cabo un ejercicio. Intentamos también brindar el lugar para lo recreativo, y que cada atleta pueda disfrutar el deporte que elija.”.
Los chicos con el correr de los días se fueron encontrando con actividades un poco más específicas, con un espacio más sano y valioso para cada uno de ellos, ya sea desde lo deportivo, lo físico, sumado a lo social.
“Quien quisiera estaba habilitado a contar por lo que estaba atravesando, y así entre todos pensábamos la forma de ayudar, por más pequeña que sea la ayuda. A veces estamos limitados en la forma de intervenir, pero no por eso dejamos de escuchar. Muchas veces un consejo, o una mirada diferente de la situación bastaba para lograr un efecto positivo”.
Y así fue como llegaron las competencias deportivas, los viajes a Junín, siendo los mismos una vez por mes, para participar de las olimpiadas inclusivas de fútbol, llegando como etapa final a los tradicionales Torneos Bonaerenses.
“La esencia de nuestro trabajo, junto al profe Javi y madres que nos acompañan, va más allá de un puesto, o una medalla en una competencia. Al fin y al cabo, cualquier trofeo luego de unos años queda en un costado de una repisa juntando tierra, y pasa a ser un remoto recuerdo. Nuestra tarea apunta a que cada persona que se encuentre con este espacio, tenga la posibilidad de habitarla en su total libertad, desde lo más profundo de su ser. Enseñanza que aspiramos, lleven de por vida.
Sabemos, quienes estamos cerca, que las personas con discapacidad se encuentran con diversas barreras en nuestra sociedad. La falta de oportunidades. La falta de una escucha, de una palabra. La falta de un trabajo digno. Y en muchos casos, la falta de familiares que contengan. La falta de una estabilidad económica. La necesidad de poder compartir con pares. Todas estas problemáticas, y aseguró que hay más, se presentan cotidianamente, y nosotros desde nuestro lugar, luchamos para poder, al menos, abrir un nuevo espacio de reflexión. Porque, al fin y al cabo, siempre estamos en constante vínculo con otro, otro que nos aloja y que nos hace sentir que no estamos solos, que podemos tener una oportunidad, que podemos ser reconocidos y que podemos, entre todos, derribar muchas de las barreras que se nos presenten.
Hay algo que siempre les digo a los chicos al momento de la competencia: Respeten al rival, al árbitro y a sus propios compañeros. Es preferible una derrota con valores y reconociendo que hay un rival que nos superó, lo que nos obliga a reconocer nuestros errores y a trabajar duro para la próxima competencia, a obtener una victoria en medio de peleas y discusiones entre propios y ajenos” menciono el licenciado.

La crítica constructiva es lo que nos llevamos, lo que nos aporta, nos suma, ya que, “los valores hacen al deporte y de esa forma es más fácil de entender y disfrutarlo, y si lo forjan dentro de la cancha, es más fácil de llevarlos a la vida”.
Desde este espacio, donde intentan que la vida de estos jóvenes sea más llevadera, frente a una sociedad que oprime, que señala con un dedo, que no sale de la zona de confort, invitan a que quien quiera sumarse a este proyecto tan hermoso e inclusivo, sano, a conocerlos, lo haga.
“Esperamos un 2023 lleno de encuentros, de momentos de unión, y por sobre todo por mas construcción de vínculos sanos”.
Su deseo para el año entrante es trabajar bajo un nuevo proyecto que ya fue presentado ante las autoridades correspondientes.
“Queremos que se sumen más atletas, de todas las edades y disciplinas y así poder darle un encuadre más profesional. Invitamos a las personas que tengan el CUD a practicar deporte y socializar con pares”.
Aquel interesado o interesada en formar parte, el único requisito con el que cuentan, es tener al día Certificado Único de Discapacidad. Solo deben contactarse con alguno de ellos. También invitan a profesionales de distintas áreas que deseen aportar una mirada constructiva, “este espacio lo construimos entre todos y es abierto a toda la comunidad que aspire a trabajar para las personas con discapacidad”.
Para finalizar, quieren agradecer a todos los chicos, chicas, a sus familias, por la confianza depositada y el constante trabajo en equipo, y también por la confianza de las direcciones de deportes y discapacidad.
Y dar, un saludo especial a Joaquín Rosiano, quien ha viajado a Mar del Plata, un logro inmenso para él, cuando, a pesar de atravesar situaciones personales de gran complejidad en los últimos tiempos, nunca dejó de lado los entrenamientos y nunca bajo los brazos, algo que fue también un logro del grupo, que lo contuvo y lo ayudo día a día.

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