Caso Dagatti: el crimen del fotógrafo, el grito del que nació una ONG y un exilio obligado

– En Julio de 2003, el joven fue asesinado a quemarropa por un menor que entró a robar a un comercio en Mar del Plata. Su padre lideró el reclamo e impulsó una ONG, aunque se tuvo que ir del país.

Pablo Dagatti estaba haciendo una sesión de fotos con una pareja de recién casados en una sala contigua al local de la calle Santiago del Estero al 1800, en pleno centro de Mar del Plata, cuando dos delincuentes ingresaron con intención de cometer un robo.
Faltaban unos minutos para el cierre del comercio, ese 7 de Julio de 2003, y al frente del comercio de fotografía estaban el papá, Érico, y la mamá de Pablo. En medio de los gritos de los ladrones, ambos menores, el joven de 29 años se asomó para ver qué pasaba. Fue allí que recibió varios disparos a sangre fría que le quitaron la vida de inmediato. Fue un crimen que sacudió a la ciudad, que impulsó la creación de una ONG y por el cual sus padres debieron exiliarse del país.
Oriundos de la pequeña localidad de Providencia, en la provincia de Santa Fe, la familia Dagatti vivía en la ciudad de la costa atlántica desde hacía unos años. Tenía sueños y planes a futuro, pero esa fría tarde-noche de invierno todo cambió. El negocio cerca de la peatonal San Martín estaba por cerrar cuando los menores ingresaron y de manera violenta cometieron el robo. Uno de ellos, el que disparó, tenía 14 años y contaba con antecedentes.
El proyectil impactó de lleno en la región del tórax, tras lo cual Pablo se derrumbó en el piso. Mientras tanto, los ladrones salieron corriendo del local y emprendieron la fuga a bordo de una motocicleta. Se llevaron 50 pesos. El joven agonizó durante varios minutos frente a la desesperación de sus padres y falleció antes de que llegaran los médicos.
Gracias a la descripción de los testigos, al poco tiempo fue detenido Raúl Bustamante, por entonces de 16 años, y Matías Morales, de 14. Ambos, pese a la edad, tenían un pesado prontuario delictivo, y volvió a poner en escena la imputabilidad de los menores y las condiciones de detención.

A juicio
Recién en Noviembre de 2009 y en un juicio que no fue público, la Sala III de la Cámara Penal en lo Criminal condenó a 16 años de prisión a Bustamante, al hallarlo culpable de participar en el asesinato de Dagatti.
Pero el joven, quien en ese momento tenía 23 años, también fue condenado por dar muerte de una cuchillada a Mirta Aguilera (28), que se produjo tiempo antes de intervenir en el hecho en el cual fue asesinado el fotógrafo. Además, había protagonizado en 2002 dos robos con arma de fuego.
Tras pasar un tiempo internado como menor de edad, Bustamante llegó al juicio en libertad, ya que la Justicia decretó el cese de la prisión preventiva. Esto siempre fue criticado por la familia de la víctima, que fue amenazada en reiteradas oportunidades.
El otro individuo implicado pero que no fue juzgado en ese proceso, Morales, junto a dos cómplices, había asaltado el supermercado Disco de avenida Luro esquina Guido.
En esas circunstancias dio muerte al sargento ayudante Orlando Paganelli, pero también al tiempo fue liberado. Fue este joven el señalado como el autor del disparo en aquel invierno de 2003. Pero por ley, como era menor de 16 años, fue declarado inimputable. Quedó bajo una especia de tutela y fue enviado a un Instituto de Azul, de donde se fugó.

La lucha
Al poco tiempo del crimen, Érico brotó como referente de lucha por justicia para su hijo y las demás víctimas del delito. Y además de encabezar diferentes marchas por las calles marplatenses, impulsó la creación de una ONG llamada Familiares Víctimas del Delito de Mar del Plata, que aún sigue vigente.
Esa lucha a la que le puso el cuerpo hizo que Érico recibiera, al igual que su familia, amenazas de muerte. La ONG que presidía y las marchas en la ciudad eran convocantes y siempre incomodaban. Incluso, contó con el apoyo de Juan Carlos Blumberg, padre de Axel, el joven de 23 años secuestrado y asesinado en 2004 en la localidad bonaerense de Martínez. De hecho, el propio Blumberg estuve en 2009 en la jornada de juicio en la que el acusado escuchó la condena del tribunal.
Cansado de la inacción judicial y gubernamental, Dagatti abandonó el país. Se fue a vivir a España con su esposa y con su hija, pero siempre estuvo volviendo a Mar del Plata. Si bien mantuvo relación con la ONG hasta 2013, desde ese momento se desvinculó de forma definitiva. A partir de allí, la organización sumó además a los allegados a víctimas de siniestros viales.
“Pablo nunca será odio, rencor o sed de venganza; Pablo será símbolo de justicia, seguridad, libertad, paz, amor y esperanza, escribió tiempo atrás Érico, desde el exilio, donde desarrolla la pasión que le transmitió a su hijo, la fotografía. (DIB) FD

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