Continúa el Campus de Verano de Facundo Alvanezzi

-Por Redacción 0223

Estamos vivenciando el primer mes del incipiente proyecto, con la evolución minuciosa y articulada en los detalles imperceptibles que están cultivando a los jóvenes valores. Los futbolistas llevan adelante una labor de extrema sensibilidad pasando por todas las variables posibles de cara a sus futuros muy prometedores.
El Campus está siendo evaluado cómo una obra artesanal en franca ejecución. Focalizamos la atención en la mejora técnica, amplificada en todos los aspectos con brillantes resultados.
Hago mención de lo promisorio del campus de verano en un período acotado (dos meses), porque interactuamos inteligentemente la técnica global, los manejos al piso, la diferenciación entre un rondo, un rombo, un triángulo, un diamante, los diversos juegos de posesión y conservación, la comprensión de los pases intermedios con la pausa orientada a los pases subsiguientes, y todo un bagaje de incorporación excepcional de posturas acordes al juego moderno.
Intento como orfebre universal, seducirlos de entrenar artesanalmente «todo» con la pelota, los espacios, las conducciones (todas en diferentes distancias) y la inmensa gama de juegos qué ejecutan cotidianamente.

Es por lo mencionado qué en el gran número de participantes, la globalidad no es afín a un mismo pensamiento y actuar por la sencilla razón, de la disparidad de edades y evoluciones sociales y culturales.
Motivo por el cuál mi experiencia me orienta y me ofrece respuestas intelectuales para estar a la altura de dicho Campus con mucha responsabilidad y profesionalidad.
Está resultando una prueba fascinante donde me estoy reencontrando a mí mismo, con mis valores tradicionales entre el potrero y el fútbol de élite.
Sueño con un juego mejorado donde las gambetas, los pases y los controles sean de crecimiento incipiente en mérito a la evolución.
La calidad del mensaje progresivo es el vértice dónde nos apoyamos cotidianamente. Desde allí, están los futbolistas qué entienden el significado de aprender con libertad, y la contrariedad de aquellos otros de no saber qué hacer con la libertad…
Sustento mi enseñanza en grandes Maestros del fútbol mundial; ellos son por citar algunos: César Menotti, Jorge Valdano, Francisco Maturana, Arrigo Sacchi, Pep Guardiola, Johan Cruyyf, Guillermo Amor, Pablo Blanco y un largo etcétera.
Debo mencionar al staff de formadores con gran satisfacción por la labor que desempeñan. Ellos son: Damián Marcos, generador de ilusiones tangibles y un valor irremplazable en la constitución del campus. Sin su empuje esto no hubiese sido factible. Pablo Campodónico, notable formador de personas y arqueros que está dejando una huella hermosa por su calidad humana y profesional.
Tomás Pocorena, facilitador multifacético en dónde le toque actuar en mérito, gran formador de prometedor futuro y vital apoyo dónde descansa mi enseñanza. Su experiencia profesional es loable. Hernán Herrera, última incorporación del Campus con gran manejo de grupo y calidad para desenvolverse en las diferentes áreas. Luciano Tricerri y Santiago Salinas, dos jóvenes creativos desarrollando sus primeras armas en la formación. Lía Balbi, nuestra gran fotógrafa que refleja a través de su lente, una visión magnífica de cada detalle. Gran calidad humana para interactuar con todos.
Mi definición aproximativa, es qué él Campus superó mis expectativas deportivas dejando las puertas abiertas para continuar. Son muy interesantes las requisitorias para que sigamos, en ese camino estamos para avalar y satisfacer un deseo manifiesto de muchos y anhelado por nosotros.
El Campus es el producto de sueños compartidos entre jugadores, formadores y padres en general, que hicieron posible tamaño logro.

MENSAJE FINAL
«Acunemos la esperanza de una enseñanza depurada y virtuosa donde la paciencia sea el vértice más brillante».

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