Del relativismo al encuentro: Una mirada sobre la nueva función del periodismo en la sociedad

El 07 de Junio de 1810, Mariano Moreno publicaba el primer ejemplar de La Gaceta de Buenos Aires, el primer periódico patrio que buscaba transmitir las ideas de la Revolución de Mayo, fijando así esta fecha como el día del periodista en nuestro país. Hoy en 2023, en un contexto social relativizado, donde impera la pos verdad a tal punto de justificar cualquier creencia, como sucede con los terraplanistas que hablan de una conspiración para ocultar la condición plana del planeta tierra, queda por preguntarnos a quienes trabajamos en los medios de comunicación ¿Cuál debería ser hoy nuestra función de comunicar?
Un tema realmente muy importante para nuestra vida y también para la vida actual de la sociedad, del cual llevamos años hablando, es la libertad de expresión. Hoy resignificada en un contexto donde se cumplen 40 años de democracia y donde la sociedad, producto de las redes sociales ha resignificado el acceso a este derecho.
Estamos en un contexto en el que se da por hecho, y no debemos olvidarnos que los manipuladores son siempre los que dan todo por hecho, que la libertad de expresión es absoluta. Sin embargo, al igual que cualquier otro, el mismo se encuentra acotado en el marco del respeto a otros derechos, o dicho de otra manera, que por ejercer el derecho de la libre expresión no se terminen por vulnerar otros derechos.
Pues bien, el derecho de libertad de expresión no es absoluto y esto pareciera descalificarnos a quienes trabajamos en la comunicación, más aún en un contexto donde la palabra democracia se convirtió en una especie de comodín que pareciera admitir cualquier argumento sin restricción. Sin embargo, cuando intentamos despojarnos de toda subjetividad a la hora de realizar un análisis crítico de la realidad, como medios de comunicación, debemos estar dispuestos a las críticas, defendiendo la verdad y dando razón de por qué se la defiende.

EL COMPROMISO DE LA COMUNICACIÓN PARA EL ENCUENTRO

Como seres humanos tenemos un privilegio fantástico, único en el planeta, que es poder elegir, un don primario que tenemos que respetarlo siempre, porque es lo que nos diferencia de cualquier otro ser vivo. Ahora bien, una persona consciente tiene que saber diferenciar, matizar cada elección que realiza, por ejemplo, dirigida a nuestra profesión me pregunto, ¿es lo mismo escribir un artículo alabando o denostando?
La respuesta es depende cada contexto, pero también es cierto que deberíamos exigir buscar un criterio básico que nos permitiera establecer algún grado de criterio de redacción sin caer en el relativismo. Quizás en la búsqueda de ese criterio debamos llegar a nuestra condición primaria, la humana. Una gran parte de las ciencias sociales, está coincidiendo hoy, desde distintas corrientes, que el ser humano es un ser de encuentros.

Ahora, que quiere decir que el hombre es un ser de encuentro, básicamente que venimos del encuentro amoroso de nuestros padres y estamos llamados a crecer mediante el encuentro, a perfeccionarnos como personas, a ser felices mediante el encuentro. Cuando hablamos del encuentro, hablamos de todo tipo de encuentros, personales, culturales, de valores, con el medio ambiente, con el pueblo que habitamos. El ser humano no se desarrolla solo, se desarrolla comunitariamente y una de sus tareas principales sería desde niño, vivir la experiencia de la vida en comunidad, en el encuentro. Esta idea no es nueva en realidad, Aristóteles ya nos definía como “seres sociales por naturaleza”, el ser humano solo se desarrolla naturalmente en la sociedad, en el encuentro.

LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN EN FUNCIÓN DEL ENCUENTRO

Regresando a la noción que desarrollábamos sobre la libertad de expresión y de elegir, quizás sea una buena oportunidad, fijarnos como vara a la hora de escribir o pronunciar cada palabra, no solo en un artículo periodístico, sino también en las redes sociales y la vida en sociedad, plantearnos como límite ético, escribir o pronunciar aquello que, en nuestra creencia, contribuya al encuentro, a nuestra condición humana. Escribir en favor del encuentro no anula la crítica, por el contrario, deja en claro que la crítica aparecerá en todo aquello que no ayude al encuentro.
Elegir defender el derecho a la libertad de expresión hoy, debería ser sinónimo de elegir defender el encuentro, la concordia, el buen entendimiento, lo comunitario. Este derecho, debe brotar en nosotros cuando tenemos que promover el bien de la comunidad. Lo que no hay derecho es a destruir a una persona socialmente, a lincharla moralmente justificándonos detrás del derecho a la libertad de expresión, porque eso tiende al desencuentro.
En un contexto donde los avances tecnológicos se han prestado a confundir nuestros derechos, en una época donde la pos verdad se presenta como justificativo del más absurdo relativismo, quienes trabajamos en los medios de comunicación debemos anclarnos en una creencia, buscar y reflejar la verdad en pos del encuentro en comunidad.

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