El Ferrocarril en Jaque: Incertidumbre en Bragado y el aumento de pasajes

• La declaración de emergencia pública en materia ferroviaria y las reformas para la privatización del sistema ferroviario argentino plantean interrogantes
• A este escenario y en un contexto de crisis económica, el aumento de los pasajes y la función social crucial del ferrocarril están en el centro del debate

El Gobierno Nacional, a través del Decreto 525/2024, ha declarado la emergencia pública en el sistema ferroviario, comprometiéndose a asignar un presupuesto adicional de 1.293.780.000.000 pesos para fortalecer la seguridad y mejorar la infraestructura. Sin embargo, esta medida, vinculada a un proyecto de privatización de los ferrocarriles, despierta preocupaciones sobre el futuro del transporte en localidades como la nuestra.
El presidente Javier Milei y su gabinete han establecido un plazo de 24 meses para esta emergencia, que podría extenderse otros dos años si es necesario. Con la aprobación de la ley Base y el antecedente del proceso privatizador de los 90’ que deterioró aún más el sistema ferroviario del país, son más las dudas que genera el actual proyecto que impulsa el gobierno nacional. La situación actual del servicio, marcada por el deterioro de la infraestructura, pone en riesgo no solo la calidad del servicio sino también las fuentes de trabajo y las condiciones laborales.

FUNCIÓN SOCIAL: LA CONEXIÓN VITAL PARA EL INTERIOR Y EL GOLPE AL BOLSILLO

El ferrocarril ha sido históricamente un pilar en la conexión de las localidades del interior del país, incluyendo Bragado. Es el medio de transporte público más económico y accesible para muchos residentes, especialmente en un contexto de crisis económica donde cada peso cuenta. El reciente anuncio de Trenes Argentinos sobre la venta de tickets de larga distancia para las vacaciones de invierno destaca la importancia del servicio. Con precios de 12.000 pesos en primera y $14.295 en pullman para el trayecto Buenos Aires-Bragado, el tren sigue siendo una opción relativamente accesible para los viajeros.
El aumento de los pasajes de tren, aunque significativo, aún no alcanza los valores de los pasajes en colectivo, que también han visto incrementos notables. Un viaje en colectivo de Bragado a Buenos Aires con la empresa Chevallier cuesta 12.500 pesos en coche semicama y $18.500 en coche cama. Mientras tanto, la empresa Pullman ofrece tarifas de 11.500 pesos en coche semicama y $16.500 en coche cama.
Aunque las frecuencias de los colectivos son mayores y pueden ofrecer una alternativa más flexible, el costo sigue siendo un factor decisivo para muchos usuarios. En este contexto, el tren, a pesar de sus limitaciones y desafíos, continúa siendo una opción vital para muchos residentes de Bragado. No obstante, con los últimos incrementos, que aproximan mucho los valores de ambos transportes públicos, el incentivo para mantener el apoyo al servicio ferroviario comienza a ser menor por parte de los usuarios.

EL IMPACTO EN LOS USUARIOS: NECESIDAD DE SOLUCIONES EFICIENTES

La incertidumbre sobre el futuro del ferrocarril y el aumento de los pasajes afecta directamente a los usuarios, quienes ven sus opciones de transporte limitadas y más costosas. En ese marco, el compromiso del gobierno de mejorar la seguridad y la infraestructura ferroviaria siempre es un paso positivo, no obstante, no debemos ser ingenuos, estas inversiones no están pensadas en incrementar el servicio, simplemente para mejorar el paquete de licitación de la próxima intentona privatizadora de los ferrocarriles. La posibilidad de privatización plantea dudas sobre la accesibilidad y la equidad del servicio en el futuro para los bragadenses que frecuentemente recurren a este transporte, principalmente estudiantes y vecinos cuyas economías son más ajustadas.
Mientras Bragado y otras localidades del interior observamos con preocupación las reformas en el sistema ferroviario, es crucial que las autoridades garanticen que cualquier cambio preserve la función social del ferrocarril y mejore realmente la calidad del servicio, sin cargar el costo a los usuarios ya golpeados por la crisis económica; algo que muchas veces se contradice con la lógica del mercado de optimizar las ganancias con la menor inversión posible. “No hay plata…” dijo el presidente en su discurso inaugural, pero que esa frase no condene a nuestra comunidad a la pérdida de un transporte público eficiente y accesible para todos.

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