El parque de la laguna es corazón y pulmón de la fiesta

Una recorrida por el lugar en el atardecer del sábado permitió comprobar, como siempre, que el álbum de nuestra fiesta tiene allí lugar para esperar el desfile y a cada paso se halla un gigantesco retazo de lo que desfila al día siguiente. Allí está la ceremonia que es el asado de las vaquillonas, a cargo de gente que viene de lejos…
Las tropillas como descansando para la mañana siguiente, pastaban el verde a ras del suelo, en tanto se vio a algunos caballos afortunados que se alimentaban con fardos de alfalfa.
Camiones que han traído a protagonistas de la jineteada estacionados junto a micros convertidos para pasar la noche.
El predio del club de Pesca San Ramón queda aprisionado en medio de tanta manifestación, sin que falten los que confían en salvar la cena con el producido de lo que puedan sacar del muelle que está un poco más allá.
Mezclados entre los autos y camionetas de la gente de Bragado que naturalmente visitan el lugar, aparecen los jinetes locales que tienen buenos caballos, aunque los recados son muchas veces improvisados. Parece que está de moda que los caballos luzcan sus colas muy cortas… La mayoría de los jinetes son chicos o jovencitos, documento que asegura futuro.
Bragado tiene su fiesta ya conocida en muchos puntos del país. Además, la fortuna de contar con el parque a orillas de la laguna, donde la gente se siente como en su casa y se las ingenia con el tiempo que suele jugar en contra y se conforma con recibir, en el desfile, el aplauso de la gente.

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