-Por Gonzalo Ciparelli

Sentimientos encontrados. Una recurrente frase que repetimos cada vez que algo nos recuerda de algún modo a una persona que queremos y por la cual sentimos afecto, vinculo.
Sin embargo, existe algo más profundo a mí entender y son las emociones encontradas, ya que estas últimas provienen de lo más inconsciente de nuestra infancia. Las emociones que vivimos en la infancia no se reprimen, sino que, al no tener la capacidad de canalizarlas, quedan archivadas como «pendientes», donde luego, por el hecho irrefutable de ir transitando la vida, ésta nos va enseñando, y a medida que las enseñanzas aparecen, también aparecen el nombre de esas emociones encontradas, que estuvieron latentes y se manifiestan; y aunque su base esté en la infancia, el presente es quién les da un nombre.
Emociones que estuvieron pendientes entonces, sobrevivieron a todas nuestras etapas y no pueden ser enterradas y olvidadas. Sí quizás es cierto que una parte de nuestra consciencia las reprime, sin embargo, donde se encuentran profundamente y retornan en forma de manifestaciones y nos demuestran que están latentes, es en el inconsciente, y este último en su concepto no posee la palabra olvido.

Las emociones en la infancia se disfrazan pero nunca se pierden, sino que retornan con más fuerza para poder ser codificadas y así, encontrar la base de quiénes somos y porqué adquirimos y absorbimos de una forma u otra lo que nos transmitieron nuestros padres mayormente, y luego toda persona que estaba en contacto constante con nosotros.
Puedo mencionar con cierta eficacia, que me gusta emocionarme, esto remueve en mí, los sentimientos más profundos. Al igual que un remolino submarino barre el fondo donde no llega la luz solar y direcciona el agua hacia la superficie. Hacia la vida. Emocionarme es saber que estoy vivo.
El amor y la cerveza en su justa medida, han sido ingredientes particulares que han colaborado en la profundización de mis emociones; y si hoy tengo que elegir a uno, me remito a dos frases del gran Charles Bukowsky: «He besado más botellas que mujeres, y sinceramente una resaca duele menos que un desamor.»
«En defensa del alcohol, debo admitir que he tomado peores decisiones estando sobrio.»

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