Entrevista a Gladys Issouribehere
-“Amé el trabajo que realicé en el Registro Civil… Le di mi enfoque como mujer, que es el maternal”
Gladys Issouribehere es una de esas mujeres que contribuyeron a lo largo de la historia de Bragado tanto en su ámbito social, como en lo cultural y literario. A lo largo de su vida se desempeñó durante un tiempo al frente del área de Bienestar Social durante el gobierno de Frondizi en Bragado, pero en lo estrictamente laboral, su paso por el Registro Civil, es sin duda lo que más presente tenemos los bragadenses.
Además, su aporte de anotar cada hecho social de nuestra ciudad, contribuyó sin duda al desarrollo de su aporte literario sobre nuestra ciudad; sus libros donde se desarrolla la evolución de los distintos solares que tuvo nuestra localidad, como de las familias que los habitaron, es un punto de referencia de nuestra historia social. Hoy con sus 89 años, Gladys manifiesta encontrarse retirada, aunque esto no es así, ya que actualmente se encuentra colaborando con el trabajo histórico de Bragado que realiza el Ing. Aníbal Grosso y con la corrección de un libro de cuentos, que se encuentra escribiendo Juan Carlos Rizzo.
Al consultarla sobre cómo cree que influyó su condición de mujer al trabajo que realizó, Gladys nos explicó que un hombre debería ser demasiado sensible para abocarse al detalle. “En el caso del Registro Civil, aparecen problemas que, por sus características, es más fácil que lo resuelva una mujer, porque le damos otro enfoque, el maternal. Amé el trabajo que realicé en el Registro Civil”, nos contó.
Explicó que en su trabajo nunca buscó encerrarse en su oficina y siempre prestó su oído a los problemas de las personas para tratar de solucionarlos. Siempre con un espíritu solidario, reconoce que ese fue el principal aporte que le permitió ingresar a los hogares de Bragado que, “de lo contrario, nunca hubiese ingresado”
Sobre su aporte literario a nuestra ciudad, Gladys nos explicó que esos libros surgieron de su trabajo en el Registro Civil. “La idea comenzó con las defunciones, cuando me tocaba realizar un acta, trataba de recrear toda la vida del fallecido, tratar de entender su historia. Siempre me gustó la historia social, me gustaba saber qué comían, cómo dormían, las relaciones entre unos y otros”, explicó.
Al consultarla sobre cómo ve hoy nuestra realidad y el rol de la mujer, Gladys nos explicó: “Hoy es todo muy difícil y se ha complicado todo. Noto que todo lo que se hace hoy es light, como la bebida. Hay poco sentido de la responsabilidad… No cuesta nada atender bien a la gente, brindarle una sonrisa cuando llega. La individualidad ha llegado al extremo. Los tiempos actuales y el avance tecnológico provocan que cada uno se centre en su máquina y no se preocupe por lo que le pasa al otro. Se despersonalizó todo, ya no podés enfrentarte con la persona que te atiende, hoy hay una máquina que te atiende, con vos impersonal y que no le interesa lo que tenés para decir”.
Gladys no se define como feminista, “advierto que la mujer quiere ocupar un lugar similar al del hombre y está equivocada. Los valores y las condiciones para cada sexo deben ser iguales…, pero no debemos confundirnos porque terminamos en un enfrentamiento entre el hombre y la mujer… Por mi experiencia, en época donde no existía el feminismo, donde el dominio era total del hombre, jamás tuve problemas siendo que me metí en diferentes ámbitos. Tiene que ver con la forma en la que te presentás y actúas. Perdemos las formas y a los resultados los desconocemos, aunque muchas veces tienen una agresividad espantosa”.
Sobre el mensaje que le dejaría hoy a la mujer y rol que debe desempeñarse en nuestra sociedad, Gladys reflexionó: “La mujer no tiene que ser feminista, tiene que ser femenina. Aun así los principios deben ser sostenidos. La lucha no debe abandonarse, pero hay que cambiar los términos y los caminos. Debemos luchar por obtener ventajas pero debemos cuidar los medios”.