Entrevista a la Hermana Seema
Seema D’souza fue Hermana de nuestra comunidad por muchos años y actualmente se encuentra en Formosa. Durante las fechas festivas estuvo en Bragado y compartió su experiencia desde que tomó sus hábitos; además, destacó su historia al formar parte del Colegio San José.
Seema D’souza es oriunda de la India, actualmente se encuentra en Formosa, siendo pastora mientras brinda catequesis a los niños en las Iglesias, visitando familias y dando comuniones. Tiene 37 años, y en la edad de 27 llegó a Argentina con mandato de misionera, así que ya se encuentra cumpliendo diez años aprendiendo el idioma, la cultura y conociendo a la gente.
La hermana Seema estuvo en Bragado por seis años (2012-2018). Y destacó: “es un gusto regresar a Bragado, mi querido pueblo, nunca había pensado que lo iba a visitar por casualidad. Un Hermano de la comunidad me pidió reemplazarlo por pocos días en el Colegio San José, y allí tuve la oportunidad para estar aquí”.
La historia de Seema con respecto a sus hábitos comenzó de muy joven. Así inició todo: “cuando tenía quince años tuve el deseo de ser religiosa, a esa edad lo decidí, pero el deseo lo tuve desde muy pequeña porque se debió a las hermanas que dedicaban su servicio en nuestro barrio y nuestra parroquia y su trabajo, su servicio y su entrega me atraían, quería ser una de ellas, pero no sabía cuánto tenía que estudiar, pero inmediatamente me decidí a empezar porque después me podría distraer. Cuanto les contaba a mis compañeros todos se burlaban, pero algunos de ellos también entraron y ahora son dos sacerdotes, y siempre tenemos contacto; en el año 2018 cuando fui, tuvimos un encuentro con mis compañeros. En la edad de quince años ingresé, luego fui aspirante noviciado y al mismo tiempo continué estudiando en la universidad y también los estudios de congregación. Cuando tenía veinte años hice mi primer voto y en la edad de veintiséis hice el voto perpetuo, así que tuve seis años estudiando otra vez, -lo que la define como Religiosa de Santa Ana- y en el 2010 ingresé como miembro de la congregación. En esos seis años hasta llegar al voto perpetuo, uno era libre de hacer lo que quiera, pero al mismo tiempo estudiamos, trabajamos y estamos en comunidad”.
En el año 2011, en su edad de veintiséis años, la destinaron a Argentina. Y explicó: “cuando yo estaba en noviciado, en el 2004, nosotras estábamos rezando por todos los continentes, y aparente o mágicamente agarré el de Argentina y yo justo estaba rezando por las hermanas que trabajan aquí. Después, me di cuenta que esas seis hermanas eran personas mayores, y dije que ‘yo también me quiero dedicar a esto para trabajar’, y de ahí este espíritu es de Argentina. Luego de estudiar por años, por fin en 2011 me destinaron aquí, y recuero que en el avión pensaba ‘cuando llego a Argentina’”.
En el marco del comienzo de sus hábitos y su ‘llamado iluminador’, Seema compartió su experiencia: “un día cuando estaba en el noviciado, una chica no vidente me dijo “Seema, adelante, Jesús te elige”, yo estoy elegida para predicar pero no estoy elegida para tocar su cuerpo. Antes de eso, yo dudaba sobre mis hábitos, pero desde ese momento, antes de tomar mis hábitos en el 2003, esa chica no vidente que no me conocía, me dijo eso y me impactó, desde allí nunca miré para atrás”.
-Respecto a la familia, Seema mencionó que: “mi mamá no estaba de acuerdo, mi papá había fallecido cuando yo era pequeña y ella no estaba de acuerdo porque quedaba sola, soy la hija mayor, y ella nunca quería pero luego, con las experiencias que ella tuvo, dijo que se quería ser una religiosa que lo sea y que vaya a Argentina, así que ella me ayudó pero yo creo que por dentro ella se sentía mal porque estaba muy lejos. Otra de las razones que ella no me dejaba era porque nosotros teníamos que traer agua de muy lejos y nosotros vivimos en el cerro, y como yo soy muy activa, fuerte y rápida siempre iba yo a buscar agua, y cuando entré a congregación quien la iría a ayudar pensaba ella. Pero luego me ayudó, me escribía cada semana, y cada tanto yo llamaba, y ella nunca se quejó ni me pidió que vuelva, yo tampoco le dejaba ninguna queja y le contaba las cosas buenas. Mi mamá falleció dos meses antes del casamiento de mi hermano, en el año 2018, entonces yo al estar en Bragado, me fui en el mes de octubre para despedir a mi mamá, pero no la pude ver; en el año 2014 fue la última vez que la vi cara a cara”.
En cuanto a sus años dedicados en Bragado, la Hermana Seema destaca: “primero agradezco a Dios por la oportunidad que me dio a estar en Bragado, un pueblo tan chiquito, acogido y bondadoso. Una cosa que me enseñó Carmenci del Colegio San José, fue que aprendiera apellidos, porque los nombres se repiten, este es el secreto de Bragado, eso me quedó en mi cabeza, aprenderme todos los apellidos que escuche y quien se encuentra en mi camino. Cuando hablo con los niños por su apellido, yo siento pertenencia al pueblo por el cariño que tuve. También, me llena de felicidad; una vez habían dicho que los catequistas de la ciudad dedican mucho amor y voluntad a pesar de tantas cosas: me enseñaron todo por ser muy generosos, con entrega para que yo dedique más tiempo a Dios y a los pueblos”.
Durante la pandemia, la Hermana explicó que “muchas personas han perdido su trabajo en Formosa, pero nosotras continuamos con catequesis a través de Zoom. Yo creo que este tiempo que nos quedamos encerrados, se despertó nuestra inteligencia y nuestra creatividad para hacer algo diferente; todo el tiempo estamos haciendo algo y vivimos acelerados, esta vez, pudimos descansar bien, pudimos dedicar tiempo en la familia, y despertó nuestra creatividad. No lo tomo como algo negativo, porque si lo tomo como negativo todo será difícil, y si lo tomamos en positivo podemos seguir adelante. Igualmente, de la pandemia agradezco cambiar un poco la rutina, porque nos levantábamos a las cuatro y media de la mañana, íbamos a la misa a las seis, a veces no teníamos auto así que íbamos caminando, después hacíamos el trabajo de las compras, visitábamos familias, hacíamos comuniones, después por la tarde, allá en Formosa teníamos catequesis a partir de las ocho de la noche porque hacía mucho calor”.
Actualmente, Seema se encuentra viviendo en el Barrio Fátima, ayer fue su último día en el Colegio San José y en la próxima semana va a asistir a un retiro espiritual para compartir un momento íntimo con Jesús, meditando y viviendo en silencio. El retiro lo dedicará durante seis días en Santa Rosa, La Pampa, en la Casa Nazaret. Luego, estará durante siete días dedicándose al estudio de su congregación. Hasta fin de mes estará junto a las Hermanas de La Pampa. Después, en el mes de febrero tiene planificado visitar a su familia de la India; y en su regreso irá a Formosa, donde reside.
Para finalizar su entrevista, compartió un mensaje para Bragado: “antes de ayer, cuando celebramos los Reyes Magos, muchas personas donaron muchas cosas y participaron de las ceremonias, así que les agradezco a ellos. Las personas de aquí fueron magos en mí vida, trayendo regalos, sus cariños y sobre todo buena onda y la oración para mí. Y para toda la comunidad les digo que busquemos la fe de San José, la esperanza de María y el amor para al niñito Jesús; esto debemos hacer cada día para vivir en alegría”.