La cara detrás de “Cocinando con Amor”

En este miércoles de emprendedores, presentamos a Celestina Contreras, una joven bragadense de 20 años.

Nos cuenta sobre cómo se sumergió en el mundo de la pastelería. Todo comenzó en el año 2018, cuando junto a su mamá necesitaban encontrar algún recurso que las ayude a juntar dinero para que ella pudiera hacer su viaje de egresados a Bariloche. Y fue ahí cuando Verónica le sugirió cocinar pastafrolas y venderlas (con su ayuda).
“Vendimos unas cuentas, mayormente a conocidos, que tiempo después seguían escribiendo para hacer encargues”.
En un momento, tuvo que hacer una pausa, ya que tuvo que operarse ambas piernas, lo que le llevo dos años de su vida de recuperación. Pero no todo terminó ahí, en febrero del 2020, decidió retomar con la cocina para seguir generando ingresos.

Esta vez lo hizo en la casa de su abuela, dónde tenía mayor comodidad. Pasaron dos meses desde la vuelta, “en abril mi mamá me propone agregar más cosas para vender, y es acá donde incorporamos tortas materas, budines y alfajores de maicena”. Y es ahí donde también, decidió crear una página de Instagram, con el nombre, Cocinando con Amor.
-“Las ventas aumentaban cada vez más y el horno de la casa de mi abuela ya empezaba a quedar chico”. Entonces compró un horno industrial pastelero, para poder cocinar varias cosas al mismo tiempo.
“Todo esto claramente sola no lo podría haber logrado, mis abuelos me prestaron la totalidad del dinero para el horno, y yo se los devolví en dos veces, ya que a mí se me hacía imposible pagar todo de una sola vez”.
Esto facilitó su trabajo, porque podía hacerlo con mayor comodidad. Pero ya todo era chico. Ya su comunidad del amor había crecido mucho. Necesitaba una moto, para poder acercarle a sus clientes sus pedidos. Y así es como la obtuvo, trabajando día a día, compro su primera moto.
Pero las ventas seguían superando sus expectativas y la gente seguía pidiendo cosas nuevas; “así que incorporamos por encargue desayunos, pan dulces, roscas con crema pastelera, tartas frutales, tartas toffi, torta de manzana invertida, tortas de cumpleaños, pan y budín integral, entre otras cosas”.
Detrás de este emprendimiento, no solo se encuentra Celestina. Mucha gente le da una mano.
Su hermana Florencia con marketing en redes, su mamá Verónica, siempre firme para lo que ella necesite, su abuela Mimi (dueña de la casa donde cocina), siempre atenta a ayudarla a pisar dulces o para acompañarla con mates. Sus abuelos Vidal y Graciela, dándole una mano económica las veces que lo necesitó. Como también lo hacía quien era su pareja en su momento, quien colaboraba con la elaboración de masas, para ahorrarle tiempo y cansancio.
Actualmente, desde que día tras día, se normaliza más la vida después de lo que fue la pandemia, Verónica retomó su trabajo de cocinera en la Escuela N°6, lo que hizo que tenga que encargarse está joven de absolutamente todo; compra de insumos, cocina y reparto de productos por la tarde (trabaja de martes a viernes, los días sábados por encargue únicamente).
-Le preguntamos sobre el nombre de su emprendimiento gastronómico, y respondió que se le ocurrió Cocinando con Amor, “por el hecho de que me considero una persona súper familiera y que las cosas que cocino, lo hago centrándome en el disfrute, no solo en la economía”.
-Por último, quiere agradecer a todos los que hacen posible este emprendimiento. Pero principalmente a su familia y amigos que la acompañan, ayudándola desde el momento uno.
-“Deseo que todos mis clientes me sigan acompañando en este camino mucho tiempo más y que crezcamos a la par”.
Felicitamos a Celestina por su arduo trabajo, ya que además de trabajar, estudia y nunca se rinde, siempre va por más. Y los invitamos a que prueben las deliciosas cosas que elabora.

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