La historia detrás de Agropecuario, el club “sojero” que en Carlos Casares une al campo con el fútbol

Fue fundado en 2011 por el empresario agrícola Bernardo Grobocopatel, En menos de 6 años, logró llegar a la B Nacional y en los últimos días quedó en el centro de la escena tras enfrentarse a Boca Juniors en la Copa Argentina.

Agropecuario es el equipo que más rápido llegó a la B Nacional en la historia del fútbol argentino.
El club Deportivo Agropecuario ocupó el centro de la escena del fútbol argentino al jugar contra Boca Juniors por los octavos de final de la Copa Argentina en Salta, donde fue derrotado por un ajustado 1 a 0, el miércoles 10. Incluso, hubo gran repercusión debido a la grave lesión que en ese partido sufrió el boquense Exequiel Zeballos, y que derivó en una inusual “suspensión provisoria” para Milton Leyendeker, el otro protagonista de la jugada.
El rudo defensor de camiseta verde fue disculpado por el juvenil xeneize, que tuvo que ser operado y estará varios meses fuera de las canchas. Ese indeseado hecho deportivo, le dio una repentina fama al “sojero”, tal como se lo conoce a este club de la localidad bonaerense de Carlos Casares. Pero su historia, que entrelaza al campo con el fútbol, tiene ribetes quizás menos rutilantes pero muy singulares.
Corría el 2011 cuando el empresario Bernardo Grobocopatel, quien en ese entonces tenía 39 años, decidió fundar su propio club de fútbol tras rechazar ofrecimientos para gerenciar otras instituciones deportivas.

Bernardo Grobocopatel, el empresario que fundó y preside el club Agropecuario de Carlos Casares, es primo y ahijado de Gustavo Grobocopatel, conocido como “rey de la soja”, quien es hincha de Argentinos Juniors y asistió sólo un par de ocasiones a ver partidos de Agropecuario, particularmente cuando ha jugado contra “El Bicho” de La Paternal.
De hecho, las producciones agrícolas de Bernardo se enfocan en el trigo y el maíz. Pero el masivo renombre de Gustavo terminó impulsando el apodo de “sojero” al equipo de su primo.
Para su iniciativa deportiva, Bernardo se apoyó en otros pocos familiares, los empleados administrativos y algunos productores amigos. A tal punto que le puso el nombre de su abuela, Ofelia Rosenzuaig, al estadio construido donde hasta hace muy pocos años sólo había un terreno. Hoy tiene una capacidad para 12 mil personas, más de la mitad que la ciudad de 20 mil habitantes.

Un ascenso vertiginoso a la B Nacional
Con apenas 6 años de historia, Agropecuario se convirtió en el club más joven en llegar a la Primera Nacional (por entonces, denominado Nacional B), tras militar en los torneos federales B y A. Fue en mayo de 2017, cuando se quedó con el pentagonal final, que logró el ascenso histórico a la segunda división del fútbol argentino.
Incluso, “el sojero” ha estado cerca de llegar a la máxima categoría. De hecho, en su primera temporada en la B Nacional llegó a las semifinales del reducido. El año pasado finalizó en el quinto puesto y fue así que logró acceder a la Copa Argentina, donde a principios de junio eliminó a Racing Club de Avellaneda tras imponerse por 2 a 1.

Agropecuario eliminó a Racing de la Copa Argentina. Disputó el partido con la leyenda «Gracias papá por hacerme de Racing», en homenaje al padre del empresario y presidente de la institución.
“El primer gol no lo grité y en el segundo moví los puños un poquito para abajo, se me escapó nomás. Pero enseguida dije ‘no, no puedo faltarle el respeto a Racing’”, aseguró Bernardo, que es hincha de la Academia desde la cuna. A los cuatro años fue por primera vez al Cilindro de Avellaneda junto a su padre, Jorge, que fue quien le inculcó el amor por este deporte y la persona que más lo apoyó en los primeros años de vida de Agropecuario.
En 2014, Jorge sufrió un ACV y quedó internado en estado de coma. En una de sus visitas al hospital, Bernardo le prometió que algún día su club se enfrentaría a Racing. Su padre murió ese mismo año y no pudo ver este encuentro soñado. Sin embargo, él se dio el gusto de homenajearlo con esa camiseta con una leyenda muy especial.

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