La Pampa tiene el ombú y el ombú su héroe colectivo

El ombú, un emblema histórico y cultural de los bragadenses, nos interpela directamente como actores de nuestra comunidad y con sus últimas fuerzas, ahora que lucha por su vida, quizás nos dé la oportunidad de entender que, como ciudadanos, somos parte de su estado actual, pero también tenemos la posibilidad de convertirnos en el héroe colectivo que lo rescate.

LA CONSTRUCCIÓN DEL HEROE COLECTIVO
La participación ciudadana tiene que ver con involucrarse en los asuntos públicos, es decir traspasar el mundo de lo privado, el mundo de lo individual, para poder involucrarse en los destinos de una comunidad. Sin embargo, a lo largo de nuestra historia, las expectativas de participación democrática se han ido ampliando y el sistema institucional se ha mantenido restrictivo, con lo cual hay un punto de enorme tensión que uno puede ver hoy y que genera este extendido sentimiento de desencanto hacia la democracia. Esta tención que se da entre capitalismo y democracia, donde tenemos una idea de igualdad, una idea de participación igualitaria por parte de los ciudadanos, pero que se da en el marco de un sistema económico que es estrictamente desigual.
En este contexto a la ciudadanía se le dejó en la democracia moderna un papel mucho más estrecho del que se había imaginado en un principio, en donde se pensaba que hubiera muchos puentes de conexión entre ciudadanos y representantes. Esos puentes, de un modo u otro se fueron rompiendo metafóricamente y quedó básicamente la ciudanía con un solo gran instrumento para ejercer el poder que es el voto. Pero es un instrumento muy débil y que desprovisto de la ayuda de todos los otros mecanismos de participación, queda con demasiada responsabilidad sobre sus espaldas. Normalmente por eso nos desencantamos con el voto, porque es muy poco lo que podemos hacer para influir del mundo que queremos.
Una democracia fuerte y sana aún hoy, depende mucho de que los ciudadanos, no en términos individuales sino en términos colectivos en el espacio público, pueda canalizar esas demandas en favor de transformaciones desde las políticas públicas y las leyes que nos gobiernan, para ampliar esos horizontes de igualdad. Cuando estas posibilidades se brindan, cuando la necesidad social activa los mecanismos de asociación entre los individuos para actuar en un objetivo común, hablamos que nace la participación ciudadana, hablamos que nace un héroe colectivo.
Hitos en la democracia de este héroe colectivo han sido la ley de los glaciares, el matrimonio igualitario, la despenalización del aborto. Son propuestas que han sido llevadas a las puertas del parlamento por organizaciones que reclaman por un derecho que no se garantiza. Después viene lo que hay que respetar, que es la deliberación parlamentaria. Por eso la importancia del acto electoral, por eso la importancia después también de tener una participación ciudadana en el cotidiano.

CUANDO EL HEROE COLECTIVO NO ES ESCUCHADO
La situación crítica por la que atraviesa el ombú, activo los resortes de participación ciudadana. Frente a la caída de los gajos que sufrió el ejemplar en diciembre, quedó al desnudo la falta de seguimiento en materia de arbolado por parte del Municipio, ya no de cualquier árbol, hablamos que no hay un control de la salud de los emblemas de nuestra ciudad. Si no somos capaces de ver que una “hierva” del tamaño de una casa está enferma, bien podríamos preguntarnos cuál fue la última revisión que se le hizo al Álamo Carolina de Haroldo Conti durante la sequía.
No obstante, cuando hay un derecho que no es observado por el estado, la participación ciudadana se activa como anticuerpo de la democracia. Así vecinos del barrio Fátima junto al Observatorio Ambiental Yolanda Ortiz, generaron una serie de acciones tendientes al rescate del ejemplar. Lo interesante es que su iniciativa fue apostar por más democracia. En este sentido mantuvieron reuniones, escucharon ideas, las canalizaron en una propuesta y así, juntaron las firmas necesarias para presentar el tema en el Concejo Deliberante. En marzo la Comisión de Calidad de Vida del Concejo Deliberante generó un expediente y convoca a exponer sobre el tema al Observatorio Ambiental Yolanda Ortiz y al director de Medio Ambiente de la Municipalidad Pablo Zuleta.
Sin embargo, este héroe colectivo que es la participación ciudadana, como todo héroe tiene un punto débil. El mismo radica en la no escucha por parte de las autoridades que los representa y que fueron elegidos por el voto popular. Ya en enero los vecinos del barrio Fátima y los integrantes del Observatorio Yolanda Ortiz, entre las recomendaciones que realizaban se encontraba la urgente necesidad de podar el ejemplar para que, al ser enero y febrero los meses de brote, le permitirían al Ombú darle una oportunidad de recuperarse antes que llegue el invierno. Lamentablemente, esta propuesta no fue escuchada por las autoridades del departamento ejecutivo a tiempo y en estos días pudimos escuchar en una entrevista la resignación del Director de Medio Ambiente Pablo Zuleta de reconocer que ya no estábamos en época de podarlo y que ahora solo nos quedaba esperar.

LLEGAREMOS A TIEMPO
Desde que llegamos al mundo comenzamos a dejar huella y empezamos un camino donde nuestra voz busca expresarse. A medida que crecemos esa huella sigue transformando el mundo y comenzamos a participar en nuestra sociedad. Llega un momento donde el camino nos interpela a cada uno con una bifurcación clara. Por un lado, uno de los caminos, hace que esa huella empiece a perder fuerza, o mejor dicho dejamos de participar de involucrarnos, terminando por caer en las quejas y críticas a todo, sin hacer nada para cambiar la realidad. Nos volvemos un individuo indiferente y quejoso, demandando de los demás las soluciones a los problemas de nuestra ciudad.
Sin embargo, el otro camino, cada uno de nosotros asume su derecho a participar. Ahí un ciudadano contribuye, incluye, elige, opina y acciona en pos de un propósito común. Como todo camino trabajoso, a veces desanima, pero el colectivo, el conjunto de personas involucradas en el propósito permite generar lugares de participación para transformar la realidad. El resultado construye ciudadanos que transforman esta ciudad, que aportan, que sueñan que colaboran, que protegen, honran y valoran la vida. Nuestra esencia como seres humanos, es la misma humanidad. Reconocernos, nos hará parte de las soluciones y quizás solo quizás así el héroe colectivo obtenga el poder de ser escuchado, o hacer tronar su escarmiento en la próxima elección. La pregunta es si llegaremos a tiempo para salvar a nuestro Ombú.

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