Laguna: el debate que dominará la agenda de este año
En declaraciones a los medios realizadas los últimos días del año pasado, el intendente Vicente Gatica, fijó uno de los temas que sin duda marcará la agenda política, comunicacional, pero ante todo comunitaria de Bragado durante este año, el futuro de la “Reserva Histórica Natural”, de nuestro Parque Lacunario General San Martín.
Analizando el adelanto a la convocatoria, decimos adelanto porque solo fue una frase de unos treinta segundos en una entrevista con un colega que se extendió por más de diecisiete minutos, en la misma podemos entrever que desde el Departamento Ejecutivo al menos tiene un proyecto en mente y que el mismo piensa ser puesto ante la comunidad para recibir su aval.
En aquella nota el intendente Gatica afirmaba: “…la inversión en medioambiente va a ser una apuesta muy fuerte para el año que viene. Vamos a poner en debate que queremos para el Parque General San Martín y eso va a ser un debate donde va a participar la comunidad”. Estas dos oraciones parecen escuetas frente al tiempo que se le destinó en aquella nota, sin embargo, en la misma radica un profundo cuestionamiento que deberemos realizar en los días por venir.
UN DEBATE PARA NO TOMAR A LA LIGERA
Al momento de hacer mención a parque Gral. San Martín, debemos entender que hablamos del principal espacio público con el que contamos los bragadenses y el cual debemos valorar ya que pocos municipios en la provincia disponen de un predio de similares características. El parque en si supera las 650 hectáreas, de las cuales 320 hablamos de una reserva forestal importante con áreas que han sido intervenidas y otras que se mantienen naturales, mientras que su espejo de agua tiene una superficie de 350 hectáreas aproximadamente.
Su infraestructura permite múltiples actividades recreativas, deportivas y de esparcimiento, mientras que su cercanía a la ciudad, su acceso pavimentado sobre la Ruta Provincial Nº 46 y proximidad a la Ruta Nacional Nº 5, la vuelve un lugar propicio corredores microturísticos. Al mismo tiempo en sí mismo el predio se ha vuelto un ecosistema tan particular que permite la convivencia de especies que utilizan el mismo no solo como hábitat permanente, sino también como zona de paso para sus procesos migratorios.
Seguramente estos datos el lector ya los conozca, sin embargo, resulta fundamental tomar la real dimensión del impacto que tiene esto en nuestras vidas. Si transpolamos el predio completo del parque a Bragado, este ocuparía aproximadamente la mitad de la superficie urbanizada. En perspectiva la Organización Mundial de la Salud recomienda en las ciudades que el espacio público equivalga a entre 15 a 20 metros cuadrados por habitante para un buen desarrollo de estos. A modo de ejemplo y dependiendo si el dato lo aporta el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires o entidades sociales, cada porteño cuenta con entre 6 y 4 metros cuadrados. En el caso de Bragado, si tomamos solo el área forestal de la laguna (es decir no tenemos en cuenta el espejo de agua, ni plazas, plazoletas u otros espacios públicos), la laguna nos entregaría a cada uno de los bragadenses un cálculo aproximado de 76 metros cuadrados por habitante.
UN POCO DE HISTORIA…
desde que la laguna fue concebida como un espacio público para los bragadenses, siempre ha sido motivo de debate. En sus orígenes cuando en la década del 60’ inició el proceso de forestación e intervención del predio con obras tendientes a la recreación, el proyecto sufrió un importante cuestionamiento, principalmente sobre los recursos destinados al mismo y su mantenimiento.
Fue así que surgiría una comisión del parque lacunario, la cual administraría los bienes públicos, al mismo tiempo que se desarrollaban propuestas mixtas con áreas entregadas a instituciones, algunas de ellas el Club Náutico, el Club San Ramón o la Comisión de la Fiesta Provincial del Caballo. Otras tendrían características privadas como la confitería y el restaurante lindero a esta que todos conocían como el “quincho”. Sin embargo, el grueso del mantenimiento del predio, continuaba siendo realizado por el municipio de Bragado.
La ola privatizadora impuesta en la década de los 90’ en nuestro país, tuvo su efecto contagio sobre el principal pulmón de nuestra ciudad. La posibilidad de concesionar el predio a un actor privado que resolviera dos grandes problemas que afrontaba en aquel entonces el estado local. Por un lado, el achique del estado nación que terminaba generando mayor presión y responsabilidades para los estados locales, como resolver aspectos como la falta de empleos, que terminaban por afectar las partidas presupuestarias, dejando pocos recursos para el parque lacunario. Por el otro el individualismo imperante en esos años que afectó a las entidades intermedias en general y que, en el caso de la laguna, llevó a la desintegración de las comisiones que contribuían con el proyecto de conservación del espacio público.
Por esta razón en el año 1997, el entonces intendente Orlando Costa impulsó la privatización del Parque Lacunario, en lo que fue presentado como “la solución” a pesar de las múltiples voces que se levantaron en contra del proyecto. Comenzaba así la etapa más perjudicial de nuestro principal espacio público.
LA MAL LOGRADA PRIVATIZACIÓN DEL PARQUE LACUNARIO…
SOLYDA S.A. fue la empresa que había ganado la concesión del predio lacunario por un plazo de 15 años, tomando posesión del mismo en el año 1.997. Como contrapartida del usufructo por la totalidad del predio lacunario y su infraestructura, la cual en ese momento contemplaba hasta una confitería bailable, la empresa debía garantizar el cuidado de los bienes, el mantenimiento del predio y realizar una serie de obras programadas en el pliego de concesión. Además, debía abonar un canon mensual, del que hablaremos más adelante.
La firma así cobraba el ingreso al parque, el alquiler de las parrillas y mesas, la bajada de lanchas, la zona de acampe, entre otros servicios como alquiler de embarcaciones. Tenía también el monopolio del supermercado y la venta de comestibles y bebidas en todo el predio. Pero además poseía la confitería bailable, la cual durante gran parte que tuvo su usufructúo se vio favorecida por la ordenanza impulsada por el Intendente Orlando Costa que impedía la habilitación de lugares bailables en otra parte de la ciudad, por lo que se volvió el polo de la nocturnidad.
El pliego establecía el pago de canon por un valor de $1.000 por mes, sin medida de reajuste de este monto estipulado, que en el año 1.997 equivalía a U$S1.000. Es cierto que nadie pudo prever en ese momento el fin de la convertibilidad, pero lo cierto es que las sucesivas devaluaciones beneficiaron a SOLYDA S.A. y perjudicaron las arcas municipales. De esa manera, a 10 años de la concesión SOLYDA S.A. seguía abonando $1.000 o el equivalente en ese tiempo a U$S 322 y de haber continuado hasta el final de la concesión el pago en dólares en 2012 hubiese equivalido a U$S 210, una pérdida real de ingresos para el municipio del 79%.
Pero a esto debemos contemplar cuanto era el impacto real de adquisición de bienes para el Municipio. Solo para ofrecer un ejemplo, el litro de leche en 1.997 valía $0.49 (según el Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca) es decir el Municipio adquiría unos 2.040 litros de leche. Diez años más tarde, por ese monto compraba 925 litros ($1.08) y al finalizar la concesión en 2012 hubiese comprado 384 litros ($2.60). La pérdida para la adquisición de bienes alcanzaba el 83%. Ahora ponga en perspectiva el volumen de leche que compra el Municipio por mes si tenemos en cuenta todas las guarderías, hogares infantiles, hospital, entre otras.
Aún en estas condiciones de maximización de recursos y monopolio de la administración, al 2008 cuando se le revocó la concesión a SOLYDA, la infraestructura se había deteriorado, los bienes se habían perdido y el mantenimiento del predio lo continuaba realizando el Municipio. Tan absurda llegaba la situación que el consumo de electricidad en el predio lo pagaba el Municipio, si incluso el consumo en sectores como el de la confitería, y SOLYDA presentaba demora en el pago del canon a octubre del 2007, cuando ante la derrota electoral de Costa llevó a la firma a ponerse al día para cumplir antes que asumiera el gobierno del Intendente San Pedro.
DE LA ADMINISTRACIÓN POR EL MERCADO A LA RESERVA…
De aquella mala experiencia de dejar un bien público bajo custodia del mercado, no siendo este la única experiencia en nuestro país, los bragadenses recuperamos el control del predio por parte del estado local. En aquellos años se le volvió a dar una serie de impulsos necesarios e inversiones al predio. La reconstrucción del vertedero, la ampliación y mejora del camping municipal donde se construyeron nuevas parrillas mesas y quinchos, se recuperaron los baños existentes y se construyeron nuevos, la construcción de piletas en el sector de balneario (las cuales hoy no están en uso), la colocación de nuevos juegos y ejercitadores, como la apertura de nuevos senderos e infraestructura nueva como el centro de interpretación al ingreso a la laguna, las oficinas de turismo o la finalización del restaurante, fueron parte de un proceso donde los bragadenses comenzamos a poner nuevamente en valor nuestra laguna tras años de desidia.
Esos esfuerzos fueron complementados en el año 2014 con la aprobación de la nueva ordenanza Nº 4612/14, iniciativa del entonces edil Gerardo Cabail. La misma declara al Parque General San Martín, como Reserva Histórica Natural, Laguna de Bragado. El espíritu de esta ordenanza radicaba en darle un nuevo enfoque a la totalidad del predio, donde se buscaba que el mismo fuese un espacio de aporte para la educación, la investigación, la recreación y el turismo, al tiempo que ponía en valor su carácter ecológico y cultural, con el propósito de conservar el hábitat de especies y proteger lugares históricos y de valor comunitario. Resumiendo sus ideas, establecía un área de no intervención para la conservación de sus características naturales, la denominada zona norte, mientras que permitía en la denominada zona sur el uso intensivo o de mayor afluencia de público.
MIRANDO A LOS VECINOS…
Entre las críticas que se han escuchado a esta ordenanza, radica el hecho que la misma limita bastante las posibilidades de intervenir el predio lacunario, desalentando inversiones y propuestas turísticas. Quienes se paran en esta tesitura muestran como la ordenanza ha sido utilizada recientemente como argumento para cuestionar la realización del Rally Federal, el cual tiene fecha programada para los primeros días de abril y que tendría como punto neurálgico el predio lacunario. Lo cierto es que, como vimos más arriba, el espíritu de la ordenanza busca evitar los desequilibrios que impacten en el ecosistema.
Salvando las diferencias, ya sea por dimensiones de los predios, infraestructuras, intervenciones humanas, entre otras; resulta interesante ver que ocurrió en el último mes en la laguna de Junín. Durante el mes de enero la denominada Laguna de Gómez obtuvo una afluencia turística con pocos precedentes, se estima que durante todo el mes de enero hubo alrededor de 45.000 turistas y el hecho emblemático lo dio el último fin de semana de este mes se estima que ingresaron más de 15.000 turistas, según la información brindada por la propia Dirección de Turismo de esa localidad.
El impacto turístico fue tal que los números indicaron que durante los fines de semana la ocupación hotelera se encontraba al 100% mientras que durante la semana hubo entre un 70% y un 80%. De hecho, se esperaba que las perspectivas para el mes de febrero resultasen igual o mejor de favorables, permitiéndole a Junín cerrar la temporada de vacaciones de manera positiva. Es decir, hablamos que durante todo el mes de enero la población completa del partido de Bragado habría vacacionado en Junín y de haberse repetido estos números en febrero, la ciudad completa de Junín habría pasado en dos meses por la Laguna de Gómez.
Sin embargo, las perspectivas se truncaron a principios de este mes, cuando desde la Subsecretaría de Recursos Hídricos del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires se informó que la laguna de Gómez presentaba una floración de cianobacterias recomendando no tener contacto, no tomar agua, no llevar mascotas y no comer peces que estén en esa zona. Si bien existen factores climáticos que provocaron el estancamiento del agua, la bajante de caudal y el clima cálido; también otros factores como desechos cloacales, industriales y la utilización de fertilizantes y pesticidas, favorecen la aparición de las mismas.
Lo que demuestra esta situación es que incluso una propuesta pensada en términos netamente económicos y turísticos, como es el caso de la laguna de Junín, un desequilibrio en el ecosistema impacta en las perspectivas de desarrollo de la misma. Retomando la idea que planteábamos al hablar de la ordenanza de nuestra laguna, no se trata de impedir propuestas de actividades o eventos recreativos, se trata de generar un equilibrio donde un ecosistema mucho más chico como el de nuestra laguna y por ende más susceptible a las alteraciones, no se vea afectado.
PREPARANDONOS PARA EL DEBATE DE NUESTRA LAGUNA
El intendente Vicente Gatica ha expresado su voluntad de presentar su proyecto y someterlo al debate de la comunidad. Recordar los antecedentes de nuestra Reserva Histórica Cultural, entender el impacto de las alteraciones en un ecosistema sensible como el de nuestra laguna, evaluar la factibilidad de nuevas propuestas que contribuyan al desarrollo de micro turismo manteniendo el espíritu de equilibrio que establece nuestra ordenanza, deberán ser los puntos sobre los que debemos centrarnos. Como ciudadanos debemos asumir nuestro compromiso frente a la convocatoria realizada por el Intendente, asumiendo que está en juego el futuro de nuestro principal pulmón urbano y el de las futuras generaciones de bragadenses.