Las despedidas no siempre son pura tristeza…
-Reflexiones por Don Rumbeando
Anunciar el cese de actividades de un diario valga como ejemplo. Leer la nota sobre el último día de la Nueva Era de Tandil, es capaz de conmover. Sin embargo, no se trata de una puerta que se cierra y quedan sombras. A lo largo de cada día, se han ido sembrando noticias, comentarios, pensamientos, palabras de gente que dejó de ser anónima…
-En ese caso puntual, son más de 100 años dedicados a la tarea periodística, sin más interés que aportar inquietudes positivas a la comunidad; sin vanaglorias y con todo el sentimiento.
-Viajando por la ruta, la ciudad de Tandil aparece como un círculo de luces que ilumina el camino. Una de esas luminarias ha sido hasta ahora, Nueva Era. No es cierto que se apagó; cuando se ha sido faro, nada se pierde totalmente.
-No hay redacciones que queden en silencio; hay voces que seguirán escuchándose; hay pasos que marcaron derroteros y sueñan con seguir la marcha desde los tiempos vividos que guarda la historia de cada pueblo…
La tristeza de las despedidas se mitiga con la nostalgia de lo que ha sido; de los sueños cumplidos y los que quedan por concretar.