Lo que buscaba, lo estaba buscando
Hoy, solo decimos hasta luego, porque quienes nos acompañaron, hoy y siempre, estarán siempre en nuestros corazones.
El título más valioso que se puede conseguir en la vida es el de buena persona.
No lo conceden las universidades, sólo lo otorgan los valores, los gestos compasivos, humanitarios y las buenas actitudes.
Y de eso se trataba su vida. Plagada de buenos ejemplos. Innumerables actos de generosidad, de la que su familia debe estar muy orgullosa.
Porque es su herencia, es todo lo que les va a dejar.
Siempre en la búsqueda de… algo que lo estaba buscando….
Todos los días tenía una serie de problemas a resolver, de los no tan fáciles, ya que abarcaba todos los rubros: una cuenta de luz que no se llegaba a pagar, un medicamento que faltaba, un pasaje para ir a ver un preso, mercaderías varias, problemas y más. Nunca una fácil.
Una mini sucursal de Desarrollo Social. Porque con los años sabía con precisión, qué familia estaba en problemas, cuál estaría pasando un mal momento, etc., etc…. y allá salía a su búsqueda.
Si alguien lo venía a buscar a la redacción, por atrás o por los tapiales, él salía ya con la mano en el bolsillo, generoso, daba lo que tenía y más. Porque si alguien le pedía, “seguro que lo necesita, decía”…
Seguro que sí, pero también estaban los vivos, ésos que él quería cambiar, creyendo que dándole todo lo que tenía a su alcance, les iba a cambiar su mundo.
Y en esa búsqueda estaba todos los días. Siempre cordial, caritativo. Eso era. De una bondad infinita, casi… inentendible.
Porque en la luz de su alma y en la nobleza de su corazón estaba, esa característica de la buena persona que siempre fue.
Las despedidas son siempre difíciles y por lo tanto, estará en nuestros corazones como un hombre comprometido con su tiempo e historia. Un hombre honesto, de palabras encendidas ante la defensa de algún desprotegido.
Lo extrañaremos mucho y rogamos por el eterno descanso de su alma y una cristiana resignación a su familia.