María Luisa Bemberg, la señora bien que adelantó el feminismo con su cine y su militancia

A cien años de su nacimiento, se estrenó un documental valioso y revelador en el que su colaborador y amigo, Alejandro Maci, rescata la figura de la directora de “Camila” y la potencia desde el discurso político

Bemberg y Alejandro Maci en el rodaje de «De eso no se habla». (Foto: Gentileza Patagonik).

Por Mariana Mactas.

El estreno de “María Luisa Bemberg: el eco de mi voz”, cuando se cumplen cien años del nacimiento de la directora de Camila, puede parecer un hecho lógico, el homenaje puntual. Sin embargo, para muchas espectadoras de esta época, de pañuelos verdes y Ni una Menos, ha sido una enorme sorpresa. El descubrimiento de una feminista pionera y valiente.
-Feminista de un tiempo en el que no estaba bien visto serlo, como dice la productora Lita Stantic, una de las entrevistadas en el documental.
A Stantic se suman Graciela Borges, Susú Pecoraro, Jorge Gondenberg, Chango Monti, Imanol Arias y el propio Maci, que fue asistente de dirección y estrecho colaborador de Bemberg, además de íntimo amigo. Pero Maci no quería hacer una película de entrevistas: “Sólo buscaba algunas, muy esenciales; yo quería a María Luisa”, dice en conversación con el periodista.
Su trabajo fue largo, más de tres años, cuenta, peleando con el escollo mayor que encuentra todo proyecto local que pretenda contar con materiales del pasado: La falta de archivo. Pero por esas magias de la vida, Maci encontró una caja con los casettes de las conversaciones grabadas con Bemberg en sus últimos tiempos. Entrevistas que le hizo él mismo, y que se habían perdido en alguna mudanza, emergieron como si hubieran sido convocadas en secreto para la ocasión. Ahí estaba: El eco de su voz, de una lucidez pasmosa.
María Luisa Bemberg, que nació en el seno de una de las familias más poderosas del país, se convirtió en directora de cine a los 59 años, con cuatro hijos y trece nietos. Una decisión que muchos vieron con desconfianza, como el capricho de una mujer de la alta sociedad, aburrida con su vida de comodidades.
Seis películas en doce años, con elencos internacionales, y una nominación al Oscar, demostraron que estaba lejos de ser un capricho, como dice alguno de los entrevistados. Claro que cuando entró en el cine llevaba ya una vida como militante feminista, incansable luchadora contra el lugar asignado a la mujer en clases como la suya.

Alejandro Maci, director de «María Luisa Bemberg: el eco de mi voz» (Foto: Gentileza Patagonik). Por: GEMELOSphotography

Hay una tremenda valentía en la mirada, las palabras y, sobre todo, en las acciones de Bemberg, que enfrentó prejuicios propios y ajenos. Se rebeló contra su propia condición, no sólo de señora bien, sino del mandato de cumplir el rol de madre y esposa.
Según dijo ella misma, tomó el coraje para cambiar de vida “cuando se dio cuenta de que no podía seguir viviendo esa vida chiquita”, que los hijos y nietos “no le bastaban”, y que ellos lo entendían y no se sentían ofendidos. También levanta la voz contra “los que confunden a las mujeres”, señalando a la maternidad como una obligación. Se la ve en la calle, frente al Congreso de la Nación, lamentando la poca convocatoria de una manifestación en favor de la patria potestad compartida.
Sus ideas está plasmadas en su cine, lleno de mujeres solas, que toman conciencia de las imposiciones de una sociedad machista (Crónica de una señora, escrita por Bemberg y Raúl de la Torre, y dirigida por éste), o enfrentan la infelicidad de parejas infelices (Señora de nadie), o hasta en apasionadas y prohibidas historias de amor, como la de Camila O’Gorman. Una historia que filmó cuando la dictadura militar agonizaba, sin ocultar su potencia como discurso contra la represión. Dos millones y medio de espectadores y la nominación en Hollywood permitieron que ese mensaje diera la vuelta al mundo.
Para entonces, la directora de “Momentos” ya era una figura importante y respetada del cine argentino, que se embarcaría en un proyecto con mucho de autobiográfico, en la estupenda Miss Mary, y luego en las ambiciosas Yo, la peor de todas, sobre Sor Juana Inés de la Cruz, y De eso no se habla, con Marcello Mastroianni y Luisina Brando, sobre el libro de Julio Llinás.

Maria Luisa Bemberg es un ícono del cine argentino (Facebook / Maria Luisa Bemberg).

Sobre la decisión de realizar esta película, Alejandro Maci comentó: “La idea nació cuando vi lo que estaba pasando con Ni una Menos, y luego la lucha por el aborto legal. Pensé, ¿sabrá la gente lo que ella bregó por todo esto? Sentí que era injusto que no se supiera. Ella, que hasta se puso en contra de su propia familia, que hizo un cine en el que las virtudes narrativas se daban la mano con un fuerte discurso político, con una gran carga ideológica”,
“Tenemos una patología con la memoria, con la falta de archivo y con la tendencia a olvidarlo todo. Pero yo tenía estas entrevistas, que le hice cuando ella ya estaba muy enferma. Lo único que le interesaba, en esos últimos días, era hablar de la adaptación de El Impostor, sobre el texto de Silvina Ocampo -la película que Maci terminó como director-. Grabar las entrevistas fue un invento mío, ya que su salud estaba muy deteriorada. Hasta pocas horas antes de irse, estuvo muy lúcida. La lucidez que precede a la muerte”, concluyó.

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