Mirar-Observar

-Por Gonzalo Ciparelli

Por dónde andará la inspiración me pregunto en ocasiones, algo ansioso de sentirla llegar. Por momentos entiendo que si esta aparecería todo el tiempo sería agobiante y no la sentiría como bienestar, sino más bien como invasión.
Entendamos que todo ser humano en menor o mayor grado desea lograr lo imposible, que en este caso particular me refiero a tener todo bajo control, motivo por el cual se deduce que actúa con cierto capricho que debe aprender a controlar.
Inspiración que apareces cuando menos me lo espero y que el hecho que seas espontánea, y me tome el tiempo para escucharte, me acerca a la efímera felicidad. Inspiración te disfruto, te analizo y también te agradezco porque cuando te haces presente cierto placer transita en mí.

Mirar es la capacidad que nos brinda el sistema ocular para permitirnos ver. Observar es ir mucho más allá.
Mirar una montaña, el cielo, la luna, un paisaje natural es la capacidad antes mencionada, y así poder diferenciar colores, relieves y formas.
Observar un paisaje natural, una montaña, la luna, el cielo; es profundizar. Apreciar, a partir claro de la capacidad del sistema ocular, lo que se está viendo.
Cuantos miles de años hace que esa luna gira alrededor de la tierra, cuantos choques de meteoritos tiene y sin embargo sigue brillando gracias al sol.
Cuanto tardó esa montaña en formarse, quienes la habrán caminado. Cuanta nieve han recibido sus picos, y como la erosión del viento a través del tiempo, este último que lleva todo en su andar lerdo, va cambiando su forma y la va desgastando.
Como se esparcen en todas las direcciones los rayos solares cuando ingresan a la atmósfera que nos permiten ver ese cielo celeste que en conjunto con las nubes en ocasiones forman nuestra hermosa bandera argentina.

Observar para admirar

Observar es el arte de profundizar y lo asocio directamente con el placer, con el bienestar personal.
Observar a la persona que uno ama nos acerca a la admiración y nos hace valorarla aún más.
Mirar para durar en la vida.
Y observar para vivir la vida, y que esta última tenga algún sentido.