Nueva pastelería en Bragado

Tuvimos el placer de dialogar con una gran pastelera de nuestra ciudad, para quienes no la conocen, ella es Agustina Vives, la creadora de “Siempre al límite”.
La misma, nos comentó como fueron sus inicios. Todo comenzó en la cocina de su casa, cómo también, en la casa de su abuela, veranos dónde se la pasaba horas aprendiendo de sus “grandes maestras”.
Aparte de esto, miraba todos los programas de “la hermana Bernarda”, su gran referente en la cocina.
Cuando finalizó el colegio secundario, se formó en la cocina del “Gato Dumas”, dónde se recibió de tres carreras, pastelera y panadera profesional, organización de eventos y administración de restaurantes.
Mientras la misma estudiaba, hizo una pasantía en el Hotel Alvear. Cuando finalizó sus estudios, renunció.
A sus 25 años, con su gran esfuerzo y el apoyo de su familia, puso una pastelería en Recoleta, Capital Federal, haciendo allí, enfoque en cupcakes.
Dos años después, se casó y cerró el local, “para seguir creciendo profesionalmente, está vez, puse un restaurante de comida saludable en Miami, Florida”.
En el año 2016, nació Emilia, su primera hija.
“Vivir lejos de mi familia se me hacía muy difícil, asique debe todo y me volví a vivir a Bragado, también me separé”.
Sin trabajo estable y con una hija de dos años, es donde le dio inicio a toda la locura que hoy lleva el nombre de “pastelería siempre al límite”.
Como una especie de juego y curiosidad, empezó a filmar y a mostrar sus recetas mediante la red social Instagram, lo cual le permitió hacer crecer su comunidad. Agustina, hoy en día, cuenta con 132.000 seguidores, de todo el mundo.
“Llevo tiempo, pero valió la pena, aprendí mucho y comencé a ver qué pide el público, hasta me llamaron para cocinarle el postre del programa a Mirtha Legrand”.
Considera que este fue su gran salto profesional, cómo también en lo personal. Ya que allí conoció a Santiago, su novio, con quien más adelante tuvo su segunda hija, Justina, “una pandemial”.
Tanto a ella como a él, les interesaba tener un emprendimiento, algo relacionado a lo dulce. En un comienzo, cocinaban en su casa y vendían alfajores desde las redes, y en poco menos de 1 año, ya habían hecho más de 50.000 alfajores, trabajando así con grandes marcas y lo más importante, creando su propia marca.
“Realmente fue impensado crecer así en tan poco tiempo, una locura. Nos dimos cuenta que nos apasionaba lo que estábamos creando y no queríamos frenar ahí”.
Cuando decidieron dar el siguiente paso en esta historia, su propia fábrica de alfajores, llegó la pandemia, el covid.
“No podíamos hacer nada”.
Como todos sabemos, Bragado y el mundo, estuvieron afectados por el virus y todo estuvo cerrado durante meses.
“Nuestros planes profesionales quedaban aplazados pero no así los personales, ya que en agosto de 2021 nacía Justina, toda una pandemial. Asique nos centramos en la familia, y a la par, seguí creciendo en las redes, sumando seguidores y marcas que me apoyaban en mi feed”.
Hoy en día, con la pandemia más “relajada” y con su bebé con ya 8 meses, sintieron que era el momento de dar el paso, y sacando el mayor provecho de esta esquina, dónde no solo dicidieron poner la fábrica de alfajores, si no que también, una pastelería.
“En Vöna vuelco todos mis conocimientos de la cocina adquiridos durante estos años, una pastelería que combina lo casero con lo excéntrico”. Donde ofrecen clásicos como alfajores, tortas de todo tipo, budines, chipa (infaltables en su vida, una taurina que le hace honor a su signo) cómo también productos fuera de lo común, macarrons, croissants, pan de chocolate, roll de manzana y cookies.
“A futuro, vamos a seguir sumando variedad, esto recién empieza”.
Los esperan en su gran inauguración, este día viernes. En General Paz y España, Bragado.

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