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Unas de las postales más agradables que dejó la 13° Edición de la Feria del Libro, fue ver el continuo peregrinar de alumnos de diferentes establecimientos en el Centro Cultural Florencio Constantino. Es que en tiempos donde un libro, una charla o un espectáculo, son fáciles de reemplazar por un dispositivo tecnológico, la propuesta de la feria reconcilia a las generaciones más chicas con el papel.

La diversidad de propuestas, provocaban filas de alumnos de diferentes establecimientos que se cruzaban entre los que ingresaban y los que retornaban. Todo en perfecto orden, con puntualidad y coordinación precisa como pocas veces suele verse en nuestro país, lo que enaltece el trabajo de los organizadores de este evento.

No hay en Bragado evento cultural alguno que genere tanto movimiento educativo y que a la vez despierte tanta curiosidad por el aprendizaje en los niños. Es esta la principal razón, aunque no la única, el hecho de construir el nexo entre el libro y los pequeños de esta ciudad, que la feria del libro tiene bien ganado su lugar en el corazón de los bragadenses.

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