“Podría ser”, un emprendimiento que comenzó en el año 2014

-Hoy les presentamos a Valeria Buffone, diseñadora en Comunicación Visual

En este día de emprendedores, queremos presentarle a Valeria Buffone. Ella es Diseñadora en Comunicación Visual y Profesora en Diseño. Estudió en la Universidad de La Plata, y si bien se recibió en 2008 y 2012, la historia de “Podría Ser”, comenzó dos años después.

“Vivía con mi perro en un depto en La Plata, trabajaba en una gráfica y en ese entonces, tenía mis tardes libres. Comencé a indagar en el mundo del papel, porque es lo que me gusta y en mi trabajo me la pasaba entre papeles”.
-Todo comenzó como un hobbie, con un primer producto que fueron las “libretas de bolsillo”, todo a base de prueba y error, con participaciones en ferias, situándose en distintos sitios.
Poco a poco fue sumando nuevos productos, listas de supermercado, blocks, organizadores imantados, cuadernos de recetas y cuadernos rayados, producía desde su casa terminaciones quedándose después de hora en su trabajo o en la gráfica de una de sus amigas.
Para el año 2015 ya se encontraba haciendo productos para vender en consignación para locales de diseño multimarca y librerías de La Plata, Capital, Bragado y 9 de Julio.
“En 2016 comencé a buscarle la vuelta a los productos para acercarme lo mejor posible a la calidad de las marcas que producen en grandes cantidades. Pero lo más importante, para mí, ese año fue que me reencontré con el collage manual mediante un taller al que concurrí. Y ahí hice un clic”.

Estaba en una situación en la que debía mudarse así que pasó por su cabeza la idea de abrir un espacio para el público, una especie de Showroom, lo cual por ese entonces estaba muy de moda en la ciudad dónde vivía. En medio de todo esto, recibió un mail de una redactora de la revista Para Ti, dándole la oportunidad de contar la historia de su emprendimiento, lo que le dio un impulso extra.
En solo dos meses, ya siendo el año 2017, tenía su showroom taller armado, había comenzado con clases de collage y también ofrecía eventualmente otros workshops con profesoras invitadas a su espacio (sólo lo hacía los fines de semana, ya que para esa altura, se encontraba trabajando doble turno para poder adquirir las máquinas).
“De a poco ese año, fue progresando, incorporando máquinas para mejorar los productos en cuanto a detalles, calidad y cantidad. Aunque, conservando lo que privilegió siempre: que “Podría Ser” sea siempre un emprendimiento que se base en lo hecho a mano, el trabajo producto por producto y el arte-diseño”.
Por eso, en ese momento, decidió rediseñar la marca PODRIA SER CUADERNOS, estando su logo inspirado en su perro.
Ahora, su emprendimiento relaciona el arte, el diseño, el papel y trabajo manufacturado artesanalmente.
“En esta etapa fui sumando mis collages a las tapas de las libretas de bolsillo y a postales, algo que en la actualidad es lo que más satisfacción y sorpresa me da, que elijan llevarse un producto que tiene impresa una obra mía”.
En 2018 decidió volver a su ciudad natal, Bragado, después de 16 años, casi la misma edad que tenía cuando se fue.

El plan era el mismo, lograr continuidad de lo que ya tenía, pero esta vez, con la diferencia de que, era de forma independiente, pura y exclusiva, los primeros meses del siguiente año pudo hacer lo que tenía planeado, pero luego llegó la pandemia. Y fue realmente, un antes y un después.
Lo presencial se había suspendido así que se abocó a hacerlo de forma virtual, desde su Instagram logró hacer un ciclo de 19 clases en vivo todos los sábados, “todos estábamos encerrados así que tuvo buena recepción y hasta me ayudó a contactarme con collagistas de Uruguay, Colombia, Chile y España. Fue un año de despegue literal, yo era nueva acá, así que la virtualidad me ayudó para llegar a más bragadenses diseñando cuadernos y agendas personalizadas para muchos emprendedores que en esos momentos surgieron y necesitaban registrar pedidos. Ese fue un año en el que, a pesar de no poder hacer muchas actividades, todos necesitaban una agenda”.
A medida que las cosas volvieron a la ”normalidad”, pudo retomar sus clases en su taller, gracias a esto, luego pudo exponer con sus alumnas y collagistas en dos oportunidades en el Centro Cultural Florencio Constantino.

Cuando le preguntamos dónde se posicionaría hoy, mencionó que, se encuentra aun creciendo, intentando ir cumpliendo metas dentro de este emprendimiento (que por ahora la tiene solo a ella al frente de las etapas de producción, ventas y difusión), participando de eventos importantes dando a conocer lo que hace y vendiendo tanto sus obras como sus cuadernos, tratando de no separar ambas cosas que para ella son UNA, porque todos los productos que ha fabricado hasta hoy tienen como motivo el poder organizarse y bajar a papel, anotar, manifestar, organizar prioridades, desocupar la cabeza y alejarnos de los dispositivos electrónicos, y también atesorar.
Porque de eso se trata para ella, «apreciar un cuaderno como un objeto o pieza de diseño que puede durar toda la vida”, tal como sucedía antes con los recetarios de las abuelas, que se van heredando, o los álbumes con fotos reveladas, “verdaderas reliquias”.
Y como mencionó para finalizar, el collage como técnica artística tiene mucho de todo esto, de crear trabajando con lo inconsciente, con manifestar aquello que uno quiere, reflejar lo que uno vive; “es como contar cortando y pegando en lugar de hacerlo escribiendo”.
Pueden encontrar su arte en su página de Instagram @podriasercuadernos.

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