Presentación del libro “Chicas que escuchaban radioteatros”

El día viernes a las 19 hs, María Cristina Alonso estará presentando su último libro “Chicas que escuchaban radioteatros”, en el Microcine del Centro Cultural Florencio Constantino.

Cristina nació en Bragado en 1955. Es profesora en Letras por la Universidad de La Plata y autora de las novelas “Tías de infancia” (Club de Estudio, 1995); “Aventuras en borrador” (Colihue, 1998), -con la que ganó el primer premio del concurso Colihue- La Movida-, “Último foco” (Colihue, 2005), “Pasaje a la frontera” (Comunicarte, 2008), “El hombre del gabán”, (Ediciones del CCC, 2012), el libro de cuentos para niños “Historias de inmigrantes”, (Homo Sapiens, 2005 en colaboración con Marta Pasut), el libro de artículos sobre la lectura “Tierra de lectores” y la biografía “Cattolica pero anarquisto” (De Los Cuatro Vientos, 2007).
Ha recibido premios y distinciones por sus relatos y su novela “Aventuras en borrador” y fue destacada por Alija (Asociación de literatura infantil y juvenil) en 1999.
En 2018 recibió el Premio Nacional y Latinoamericano de Literatura Infantil y Juvenil “Hormiguita viajera” de la Biblioteca Virrey del Pino, La Matanza.
Actualmente dicta las cátedras Literatura española e hispanoamericana y Literatura Argentina en el ISFD 78 de Bragado.

Sobre “Chicas que escuchaban radioteatros” María Cristina Alonso escribe: Una prima me regaló unas fotografías de mi madre y sus hermanas cuando eran muy jóvenes. Fotos que se sacaron, calculé, una tarde de primavera de la década del 30. Entre varias tomas: caminando con unos muchachos amigos, sentadas en sillones de mimbre, posando junto a un Ford A, mi preferida fue la que muestra a las cinco hermanas junto a una bicicleta. Hay viento. Detrás de ellas se ve la llanura enigmática. Están vestidas con ropas sencillas y alegres, las que se podían permitir muchachas que trabajaban sin sueldo en la economía rural. Telas compradas en el almacén de ramos generales y modelos confeccionados por sus propias manos.
A la foto uní los relatos de mi madre sobre la pasión que la familia tenía por escuchar radioteatros en aquellos tiempos sin otros bienes culturales. Vivían esas historias, se desesperaban por escuchar el próximo capítulo. Si no podían, porque estaban cosechando o dándole de comer a los animales, alguien se los contaba. Como en las ventas cuando los analfabetos escuchaban con deleite las aventuras del Quijote, como en las pulperías cuando los gauchos se reunían en torno a un lector que desgranaba las coplas de Martín Fierro, la gente de la campaña llenaba su cuota de ficción escuchando radioteatros.
A la hora de ilustrar -texto e imágenes fueron surgiendo en forma conjunta- utilicé nogalina para que los personajes se vieran como la fotografías, el color sepia de principios del siglo XX, pero las recorté sobre fondos fulgurantes de témperas.
Toda fotografía es una botella lanzada al mar. Como algunas de ellas, a veces se hunden o desaparecen. Otras, muy pocas, son salvadas de las aguas del olvido y siguen hablando. Este libro, que pone un pie en la poesía y otro en la narrativa, intenta retener el fugaz instante en que unas chicas del siglo pasado fueron retratadas felices y sonrieron para la cámara. De las fotos saltaron a la ilustración con acuarelas y nogalina. Llegaron a este libro con sus animales, sus flores y vestidos.

Recordamos que la actividad es libre y gratuita, el día viernes 27 de mayo a las 19hs en el Microcine del Centro Cultural Florencio Constantino.

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