Qué dice la calle… Jueves 01 de Junio

La frase de hoy: “El mundo se encarga de hermanar historias parecidas”

-Edmundo Da Amicis, autor italiano que supo anticipar un sentimiento dado a conocer muchos años después, aunque las comparaciones no sean adecuadas.

-El papá de Isaías conmovió a los medios y hará que la situación familiar se modifique para bien.

La última de ellas netamente nacional tuvo lugar en estos días , cuando un chico argentino de solo doce años en una reacción casi increíble fue capaz de recorrer cuatrocientos cincuenta kilómetros en auto, desde el sur de nuestro país hasta General Villegas, en camino a Rosario donde estaba su mamá. Fue una demostración de amor filial que tiene antecedentes vertidos en el libro de origen italiano.

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Título del libro “De los Apeninos a los Andes”, fue escrito por Edmundo Da Amicis. Leído por la calle hace más de sesenta años y que fue revivido por el caso de Isaías.
Isaías con Ayrton otro pibe de doce años manejó el auto de su papá durante cuatrocientos cincuenta kilómetros, sin que nadie advirtiera lo inusual de la conducción del auto.
En este caso la decisión estuvo motivada por la necesidad de encontrar a la madre, tanto el caso de Isaías como de Marco (el pibe italiano) dan margen para una novela.

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La mamá de Marco estaba viviendo en Buenos Aires, lejos de su familia cuando las distancias y los medios eran menores a los de la actualidad. En cuanto a la mamá del chico argentino se encuentra viviendo en Rosario.

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Con un poco de razones afectivas y de posibilidades laborales, las distancias fueron enormes para la ansiedad de su hijo, que decidió ir a la montaña cuando la montaña no venía a El.
Las declaraciones del papá no se ajustan en todo a las versiones de amigos y allegados, aunque reconociendo las dificultades que la familia vivía agigantadas por la distancia.

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La odisea del viaje que tuvo repercusión por la carencia de accidentes en tantos kilómetros recorridos, se destacó por la inexperiencia de Isaías pese a que su deseo, mezcla de amor y riesgo pudo haber terminado mal, no fue así y tanto esta historia como el libro “desde los Apeninos…” tuvieron feliz final, semejante a la distancia que los separaba.

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Ambos casos rescatan el valor de los sentimientos superando la cuota de travesura que ambos relatos tienen entre sí. “El bien siempre gana y los sentimientos hacia la madre, figura familiar esencial mantiene plena vigencia”.