Qué dice la calle… Jueves 16 de Marzo
La frase del día: “Hoy estamos dedicando recuerdos a la gente de Mecha y Mechita, de antes y de ahora”.
Caminito que entonces estabas… y que llevaba desde Control hasta la estación Mechita. En ese tramo fuimos conociendo gente que, por suerte, acaban de vivir la Fiesta del Ferroviario. Fue una apuesta al futuro de la localidad nacida al costado de las vías. No se puede vivir solo de recuerdos, aunque a veces es lo único que nos queda…
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Todo el espacio existente en la zona de Playa y Control, cubierto de restos de vagones, supo tener vida propia. Hoy casi se ha olvidado que fue allí donde armaban 15 trenes por día, saliendo y llegando a estaciones distantes, por el momento dibujadas en un gran mapa, actualmente convertido en algo que casi no existe.
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En el Kilómetro 204 hay una cabina de señales, que quedó huérfana de tareas. Se ha ido cayendo lentamente, desechando –los funcionarios-, la intención de convertirla en una especie de monumento a un tiempo que fue y ahora ya no es…
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Hubo épocas que en la paya de Mecha se avistaban supuestos platos voladores. El personal sabía perseguirlos para saber un poco más de ellos. Extrañamente los OVNI se perdían en la laguna. Este es un lugar que sigue habitado por los viejos fantasmas del pasado…
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El local de las 5.30 horas saliendo de Bragado. Llevaba a quienes ocupaban cargos. Algunos trataban de dormir 10 minutos; otros cantaban para alegrar y alegrarse. Muy pocos se animaban a imaginar que la alegría del trabajo se quedaría sin combustible y sin locales.
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Los nombres de Mecha y Mechita corresponden a integrantes de la familia Quintana, donante de los terrenos que albergaron los establecimientos ferroviarios. Había mucha generosidad algo que también existe en los tiempos actuales. La diferencia es que antes se avizoraba un futuro promisorio, lejos de las tinieblas de la oscuridad que acompaña el paso actual.
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A Control Mecha se llegaba por una escalera que un día dejará de estar. En la planta baja estaban las oficinas de apuntadores y auxiliares de playa. Allí se produjeron expresiones de pesar cuando llegó el momento de dejar los cajones vacíos… A muchos de nosotros no nos quedaban lágrimas, como en aquellos chiquitos a los que le quitan sus juguetes…
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La gente joven de este tiempo, dice que Mechita es un lugar para el turismo. Hay museos valiosos como para visitar. Gente de Mecha y Mechita que se esmeró por dejar señales de su paso por esta vida.
Hubo días de alegría en Mechita. Parecidos a los de ahora, pero protagonizados por gente de otros tiempos. Muchos están en el lugar del silencio, después de haber dejado sus vidas por sueños que seguirán teniendo vigencia mientras haya un riel delineando una vía.
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La cabina del Km 204 dio entrada y salida, según el caso, a miles de trenes. Desde el tiempos de los ingleses hasta el momento del ocaso en la década de los 90. El agrimensor Jorge Grosso propuso mantener el lugar como un museo, testigo de la historia. No le hicimos caso.
Juan Doffo artista plástico mechitense. Dejó un legado de su obra en “su pueblo”.
Caminitos de las estrellas que, pese al tiempo, sigue iluminando la calle de tierra que supimos andar entre Mecha y Bragado. Alguna señal de aquel tiempo nos sobrevivirá.