Qué dice la calle… Martes 25 de Enero

La frase de hoy: “Hay combatientes para los cuales la guerra no había terminado a 30 años de la rendición…”.

EPI: Hiro Onoda con su uniforme del Ejército Imperial, el 10 de marzo de 1974, tras su rendición, en la isla filipina de Lubang (Foto: JIJI PRESS/AFP)

Los relatos se fueron sucediendo y de ese modo se supo de otros combatientes escondidos en las selvas tropicales de otras islas del Pacífico. Y dos años después se rindieron los últimos dos militares japoneses que permanecían ocultos y en batalla: el teniente Hiro Onoda y el soldado Teruo Nakamura. Aunque nunca nadie sabrá si hubo otros soldados que siguieron peleando hasta su muerte.

Epi: El general estadounidense Douglas MacArthur entrega una lapicera al general británico Arthur E. Percival, durante la firma de la rendición japonesa en el USS Missouri en la bahía de Tokio el 2 de setiembre de 1945 (Foto: AP)

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-Rendirse 29 años después del fin de la Segunda Guerra Mundial…
El gobierno entonces localizó al superior de Onoda, el comandante Yoshimi Taniguchi, que se había reconvertido en librero tras la guerra. Taniguchi viajó a Filipinas y le ordenó al teniente deponer las armas. El 9 de marzo de 1974 Onoda entregó su uniforme, su espada, su fusil aún en condiciones de disparar, 500 cartuchos y varias granadas de mano.

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Pero había un problema: en las últimas tres décadas había matado a 30 personas y participado en varios tiroteos con la policía. Debió recibir entonces un indulto presidencial para poder salir del país.
Ya en Japón, Onoda contó que había ignorado los panfletos que lanzaban desde aviones anunciando el fin de la guerra e incluso cartas de sus familiares que les tiraron desde el aire a los soldados escondidos en 1952. Creía que todo era una farsa de Estados Unidos…

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Onoda publicó su biografía titulada “Sin rendirse: Mis treinta años de guerra”. Se mudó a Brasil, donde se dedicó a la cría de ganado. Finalmente regresó a su país preocupado por los nuevos valores de los jóvenes japoneses y fundó la “Escuela de Naturaleza de Onoda”, una especie de campamento para adolescentes. Murió a los 91 años en 2014.
La Calle cree que este relato real, es mucho más que un libro o una película. Es el reflejo de muchos combatientes que nunca aceptaron la derrota…

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