Qué dice la calle… Viernes 05 de Agosto

La frase de hoy: “Siempre habrá un pañuelito despidiendo a los viajeros, desde un andén”.

Imaginemos por un rato, que estamos avanzando por distintas estaciones, especie de la marcha de cada uno por los caminos de vida. Siempre habrá una partida y, después del recorrido, un punto de llegada.

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Hay que empezar por el recuerdo al campo. Al trabajo que cada día imponía el ordeñar, donde los padres hacían un gran esfuerzo, superando frío, lluvia y vientos. Esa familia tenía hijos. Alguna vez lloraron porque se llevaban al ternero que se había quedado sin mamá…

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Un espacio para la escuela. La entrada estaba ocupada por casuarinas que prolongaban cada lluvia, acopiando agua en sus ramas que luego administraban con cuidado. En la escuela de aquellos tiempos, se empezaba por los palotes y se terminaba descifrando la magia de lectura. Fue una etapa inolvidable, igual que el aporte de la radio…

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Aquellos tiempos terminaron y hubo que encontrar un nuevo lugar de alojamiento y el sustento para cada día. El andar exige todo el tiempo nuevos desafíos. Con ganas de trabajar que dignifica, todo se hizo llevadero; el tren pudo arrancar hacia la nueva estación.

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Allí hubo que conocer formas de trabajo diferentes, junto a la necesidad de superar complejos y vencer la timidez. Todo se pudo, con perseverancia, pensando que se estaba recorriendo un camino diseñado desde algún sitio remoto.

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En algún momento, muchas familias debieron tomar un tren que los dejara lejos de lo conocido. Fue una época en que hubo que arriesgar, sin pensar en los reveses.

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Las vías seguían pero no hubo arrepentimiento por la decisión. En el nuevo espacio abrieron las puertas sin lugar para los reproches por nada. La gente, en general, es buena. La familia se quedó allí; los chicos llegaron; la familia se agrandó y esa sensación, amiga de la felicidad, acompañó con fidelidad.

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Hay veces que cada uno de nosotros debe hacer un balance de lo transitado. Con ilusiones no siempre alcanzadas en plenitud, pero con la conciencia de haber hecho lo posible. Las casas se construyen ladrillo a ladrillo.

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Los trenes se hicieron escasos; las estaciones se abandonaron; los rieles fueron cubiertos por el yuyal. Es bueno que alguna vez la historia cambie, porque se necesita un medio de traslado que no esté lejos de las posibilidades económicas.

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Igualdad… Es el gran sueño de muchos países, algunos muy poderosos. Sin embargo, no todos los habitantes tienen lo elemental. Por lo injusta que son las diferencias, lleguemos a la estación del SOL que sale para todos.

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