-Por Gonzalo Ciparelli

Recuerdos espontáneos me hacen entender que sin pensarlo, cometí actos llenos de empatía y que generaban buenos momentos y por ende buenos recuerdos. Dichos actos no fueron más que acciones inconscientes pertenecientes a mi esencia ya que como anticipé, los realizaba sin pensarlos, y cuando uno no piensa, actúa su esencia, tan transparente como única.
Y así escapando de la tormenta y la lluvia que tanto me fastidia, llegué a mi casa para seguir escuchando tormentas y lluvias provenientes de mi familia.
Y así, disfrutando de la lluvia que es un fenómeno natural el cual nos podemos dar el lujo de apreciar, llegué a mi casa para escuchar, a pesar de las tormentas y lluvias familiares, palabras de optimismo frente a lo que podemos y no manejar.
La extracción del aprendizaje es fundamental en cada ser humano, y está claro, si en la infancia tendríamos la capacidad para escribir profunda y correctamente, algunos sintiéndose identificados escribirían el primer párrafo. Mientras que otros, por lo mismo, escribirían el segundo.
Lo quizás verdadero, es que quizás algunos escribirían lo primero y en realidad les estaría sucediendo los segundo y viceversa; y esto tiene que ver en cómo absorbe cada uno en su infancia y frente a esto no es posible hacer nada, el inconsciente desconoce y no distingue lo bueno de lo malo, por lo tanto absorbe.
¿Acaso es azar o algo más interfiere en la elección del inconsciente?
Con el tiempo, podemos recrear situaciones de nuestra infancia si nos lo proponemos y a partir de ahí realmente profundizar en si algo lo absorbimos mal o bien. Lo primero nos hará ruido por lo tanto si es de nuestra importancia, de nuestro bienestar podremos modificarlo o mejorarlo, entendiendo que no fue nuestra elección absorberlo como tal pero puedo elegir modificarlo, mejorarlo.
Si lo absorbimos bien, hará falta quizás recordarlo pero no nos generara el mismo aprendizaje que en el primero, ya que no hay nada que modificar.

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