Hoy salgo a pasear tranquila
de la mano de mis nietos
son tan dulces, tan ingenuos
que les brindo protección.
Ellos miran asombrados
todo lo que nos rodea,
es una diaria tarea
contra la inseguridad.
Los niños corren y juegan,
tan fantástico es su mundo
y qué sentimiento profundo
me nace del corazón,
queriendo volver a la niñez
a jugar como ellos lo hacen,
a esperar que el tiempo pase
entre rondas y pelotas,
globos que lanzan al aire,
sube y baja, tobogán,
tomar un helado al paso
tiene un sabor especial,
y en el pasar de la tarde
yo voy a hacer un balance:
está bien que yo descanse
después de un día ajetreado
pero mis nietos son lo más
y mi corazón se ha conformado.

Delia E. Garcia de Macías

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