Salvó vidas en la pandemia y murió en un choque brutal: “Salir a la ruta 5 es una ruleta rusa”
(Fuente diario Clarín )
El neumonólogo Pablo Fescina (44) chocó de frente con un camión cuando viajaba de Bragado a Buenos Aires en una Volkswagen Amarok.
Papá de tres chicos varones, trabajaba en el hospital de su ciudad y también para Swiss Medical, de martes a jueves, en CABA.
La increíble manera en que se enteró su familia. Tras otra tragedia, los vecinos volvieron con un viejo reclamo: la construcción de una autovía. Pasó un mes de su muerte y la familia del médico neumonólogo Pablo Martín Fescina (44) sigue recibiendo cartas y mensajes de sus pacientes. «Me salvó la vida» es lo que más se repite por su incansable labor en plena pandemia de COVID-19.
«El Colo» dejó a tres chicos varones de 14, 12 y 6 años, a sus papás, a sus tres hermanos y a su amada abuela «Yaya», a quien llevó a Europa para celebrar sus 85 años y la hizo conocer París, su gran sueño. Ahora será el gran ausente en sus 90.
Pablo era de Bragado. Se había separado de la mamá de sus hijos hacía un par de años. Estuvo un largo tiempo a cargo de la guardia en la clínica Suizo Argentina, en Barrio Norte. Hace poco lo habían ascendido a un puesto nuevo: coordinador de telemedicina de Swiss Medical. Trabajaba de manera presencial de martes a jueves.
Los lunes a la noche salía en su Volkswagen Amarok para recorrer los 220 kilómetros de distancia, la mayoría por la ruta nacional 5, por la cual los vecinos piden con urgencia que se convierta en autovía.
«Salir a la ruta 5 es una ruleta rusa», alertan. El sábado pasado se juntaron en el acceso a la ciudad para insistir en el reclamo a las autoridades. Es la misma carretera en la que protagonizó una tragedia Michael Díaz (38).
El 14 de marzo de 2023, el hijo de Ramón Díaz, el ex DT de River, iba en su camioneta Dodge RAM cuando chocó de frente con una Kangoo blanca.
Murieron su esposa, Bárbara Oliver (32), y el conductor del otro vehículo, el bombero voluntario Aldo Flaqué (67). Fue en el kilómetro 256, entre Bragado y 9 de Julio.
En la movilización del sábado estuvo la familia de Pablo, entre ellos su papá, también reconocido neumonólogo, que trabajó durante tres décadas en el Hospital Municipal San Luis y atiende en un consultorio en su casa, al igual que lo hacía su hijo, en Bragado.
Eduardo Fescina (69) les inculcó a sus herederos la pasión por la medicina. Tres de ellos se dedicaron a la salud. Pablo, el mayor, abrazaba la misma especialidad que su papá. Guadalupe (41) es pediatra. Juan Pedro (29), el menor, es cardiólogo. Carolina (37) eligió otro camino: es contadora pública.
La familia se enteró de la peor manera. Guadalupe estaba de guardia y la noticia la subió un medio de Chivilcoy. Nadie de la Policía los llamó y filtró la información sin un mínimo respeto por ellos. Las enfermeras leyeron que el fallecido era Pablo y le avisaron al director del hospital.
«Guada, me parece que Pablo tuvo un accidente», le dijo.
«No puede ser, ya debe haber llegado a Buenos Aires», respondió ella. No quería creer lo que escuchaba. Lamentablemente era cierto.
El llamado al 911 se registró a las 23.42 del lunes 9 de septiembre por un «accidente» en el kilómetro 145,500 de la ruta 5, cerca de Gorostiaga, partido de Chivilcoy.
El choque frontal fue tremendo: la Amarok conducida por Fescina quedó incrustada debajo de la trompa del camión jaula con acoplado, marca Iveco 440, que se dirigía desde Mercedes, vacío, a cargar hacienda en Laguna Alsina, partido de Guaminí, para ir hasta el Mercado Agroganadero de Cañuelas.
Según la Policía Vial de Chivilcoy, el chofer, Jonatan Daniel Viola (35), estaba en shock, pero ileso. Dijo que la camioneta se lanzó a pasar a otro vehículo y, como suele suceder en estas tragedias, ambos se tiraron a la banquina y el impacto fue inevitable, con un resultado fatal para el médico. Una versión que debe ser corroborada en la Justicia, ya que todavía no lo citó a declarar.
«Pablo llevaba 15 años haciendo esta ruta, la conocía bien. Queremos saber qué pasó. No hay testigos», se lamentó Carolina, quien remarcó que la autopsia determinó que su hermano no había consumido alcohol ni drogas. Los resultados del camionero aún están en trámite.
Su papá quiso ver el cuerpo, pero le recomendaron que no porque el impacto había sido brutal y las consecuencias, también. Pablo murió en el acto. La cabina se convirtió en un montón de hierros retorcidos. Apenas quedó un hueco en el asiento del acompañante trasero derecho.
La causa, por «homicidio culposo», está a cargo de la ayudantía fiscal de Chivilcoy, que conduce Bárbara Leranoz.