Científicos nacionales logran desarrollar papas resistentes a la sequía

La investigación de la UBA y el Conicet logra un 17% más de rendimientos de las plantas de papas en condiciones de estrés. Los resultados realizados en un invernadero, sientan bases para aumentar los rendimientos de papa en condiciones de recursos limitantes, como la disponibilidad de agua en el suelo.

Científicos de la Universidad de Buenos Aires y el Conicet lograron, mediante modificaciones genéticas, desarrollar plantas de papa tolerantes a condiciones de sequía que logran un 17% más de rendimientos en situaciones de estrés hídrico.
Según el biólogo Javier Botto, líder del estudio e integrante del Instituto de Investigaciones Fisiológicas y Ecológicas Vinculadas a la Agricultura (IFEVA) de la UBA y del CONICET, “los resultados realizados en un invernadero, sientan bases para aumentar los rendimientos de papa en condiciones de recursos limitantes, como la disponibilidad de agua en el suelo“.
El líder de la investigación señaló a Infocampo que una de las claves del estudio es la proteína BBX21, ya que comprobaron “que la expresión de más proteína BBX21 mejora el comportamiento de las plantas al estrés reduciendo los síntomas de deshidratación en las hojas basales, produce más clorofila y tiene más fotosíntesis que le confiere mejor uso del agua transpirada por unidad de hidrato de carbono sintetizado”.
El trabajo ya fue publicado en “The Plant Journal” y la Agencia CyTA del Instituto Leloir, y para Botto, el trabajo tiene una gran importancia social.
“Una de las consecuencias del cambio climático global es la intensificación de las sequias con incrementos de la temperatura y la radiación que pueden limitar el crecimiento y los rendimientos de las plantas. Nuestro trabajo demuestra que estrategias de manipulación genética pueden ayudar a resolver los problemas de limitación de alimentos en ambientes limitantes de recursos como el agua en el suelo“.

Fuente: (InfoGEI) Mg

El trabajo ya fue publicado en “The Plant Journal” y la Agencia CyTA del Instituto Leloir. Foto Infocampo/InfoGEI.

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