Actos Oficiales por El Día de la Independencia
El sábado 9 de julio por la mañana, la Municipalidad organizó diversas actividades, para celebrar los 206 años del Día de la Independencia.
El inicio fue a las 9:30 de la mañana en la plaza 25 de Mayo, donde izaron el Pabellón Nacional, a cargo del intendente Vicente Gatica y jóvenes del Club Argentino de Servicio e Interact Club.
El acto continuó en la Sala principal del Centro Cultural Florencio Constantino, donde fueron recibidas y aplaudidas las banderas de ceremonias de cada establecimiento educativo de Bragado. La presentación estuvo a cargo del periodista y locutor Marcelo Méndez, quien comenzó: “Reafirmamos el ideal de libertad y rendimos tributo a nuestra Nación entonando las estrofas del Himno Nacional.”
En el lugar, también estuvieron presentes el Intendente Municipal, funcionarios del Ejecutivo, representantes del Concejo Deliberante, representaste del Consejo Escolar de Bragado, Instituciones y público en general.
El docente Mauricio Cervino expresó unas palabras en alusión a la fecha: “mientras pensaba cómo armar el discurso y estas palabras en homenaje a aquellos patriotas que se animaron, ese día soleado del martes 9 de julio de 1816 a las dos de la tarde, estos Diputados del Congreso de Tucumán, comenzaron a sesionar para tratar el Proyecto de Liberación sobre la libertad e independencia del país. Bajo la presidencia de Narciso de Laprida, el Secretario Juan José Paso preguntó a los comensales presentes, si querían que las provincias de la unión fueran una nación libre de los reyes de España y su metrópolis. Todos los Diputados aprobaban con aclamación la propuesta de Paso, es así como los Diputados, uno a uno, fueron firmando el acta de la Independencia.”
Prosiguió: “Lograron ser inolvidables porque marcaron nuestra historia y definieron nuestra Patria”.
A continuación, brindó un discurso el secretario de Gobierno de la Municipalidad de Bragado, Mauricio Tomasino: “Uno busca siempre una manera original de empezar un discurso en el día de la independencia. No se preocupen: no encontré nada distinto. Si tenés la tarea y el privilegio de hablar un día como hoy delante de tus vecinos, delante de tus hijos, creo que no hay nada más original que hablar de la libertad y de la independencia.
Son como el aire: están, pero ni lo vemos ni lo valoramos, hasta que lo perdemos.
Ahora bien, ¿Qué es libertad y qué es independencia? ¿Qué es ser independiente y qué es ser libre? ¿Por qué creo que es tan importante reflexionar sobre esto en esta fecha y en estas circunstancias?
Probablemente, junto a las preguntas retóricas sobre la felicidad o la muerte, preguntarnos por la libertad o para qué la queremos es de las preguntas más frecuentes que se hace la humanidad.
Obviamente fui a los libros y me encontré con las definiciones que ya conocemos: ‘Facultad y derecho de las personas para elegir de manera responsable su propia forma de actuar’, o ‘condición de la persona que es libre, que no está sometida a la voluntad de otro’, o ‘no estar bajo el mandato de alguien’.
Y también cuando repasaba los libros, llegué a una definición que no conocía (en realidad una acepción de “libertad” en griego) y es la que más me gusta: ‘amo de tu camino’.
Entonces, ser libre, ser independiente, es ser amo de tu destino y de tu camino. Estamos en un momento que nos pide esta reflexión. Estamos llenos de incertidumbres. ¿Hacia dónde vamos y hacia dónde queremos ir? Como país, como comunidad, como personas.
Hay un contexto político y económico complejo que nos genera suma preocupación; ni siquiera terminamos el luto por la pandemia de Covid y el mundo se metió en una guerra…hay inflación en todo el mundo, hay problemas energéticos… son hechos que nos impactan y al final nos llevan a la pregunta: “¿somos realmente amos de nuestro camino?
Y, en definitiva, ¿Cuál es el camino que queremos?
Hace ya más de 200 años los padres de esta Patria no se hicieron esa pregunta, directamente la respondieron: queremos elegir nuestro destino. Había un plan, un objetivo, un sueño.
Despedirse de la Corona, abrazar la independencia bajo una forma republicana y democrática. Desde la misma colonización americana, el deseo de los pueblos originarios, y más tarde, de los mismos nativos de esta tierra fue luchar para liberarse de las cadenas de la dominación, la sumisión y la opresión.
Tenían sueños muy concretos: la declaración de la independencia de Estados Unidos y la Revolución Francesa, habían marcado un camino de “libertad” y, como sería escrito más tarde en nuestra canción patria, de “noble igualdad”.
Buscaban libertad para elegir sus propias autoridades, libertad de expresión y opinión, libertad de culto y religiosa, libertad de vientres, libertad de educación, de asociación, de prensa, ese era el camino para lograr prosperidad, crecimiento económico, social, cultural. Para forjar lo que, finalmente, produjo ese proceso emancipador… moldear la propia identidad.
La historia de nuestros próceres es una historia de acción y de trabajo. Tenemos que ser herederos de esa voluntad de actuar y trabajar.
Hay que tener un objetivo así de claro, una motivación así de poderosa para que mujeres y hombres como Belgrano, San Martin, Macacha Güemes, Juana Azurduy, Brown, Mariano Moreno, convivieran con las dificultades, lucharan en las guerras como lo hicieron y no perdieran nunca un valor más que esencial en esta historia: la esperanza.
La independencia (o la libertad) es una motivación poderosa para la esperanza. O, dicho de otra forma, ‘elegir tu camino es la mayor motivación para luchar, para trabajar, para gestionar, para crecer’.
Como mis bisabuelos Pedro Tomasino y Carmelo Mazzarella, que dejaron su Italia natal hace más de un siglo, como muchos de ustedes que están acá o sus antepasados, dejaron sus países pobres, en guerra o sin libertades, para tener la posibilidad de un futuro mejor en nuestra tierra, un territorio lleno de oportunidades, un suelo próspero y hermoso, LIBRE, asumiendo –a cambio- el desarraigo y el sacrificio que suponía.
Cuantos nombres de argentinos tenemos en la memoria que quisieron ser libres en este sentido, que buscaron su camino, lo caminaron a pesar de dificultades, de adversidades o incluso de persecuciones, que los llevaron al exilio o hasta la propia muerte, mujeres y hombres de la política, de las ciencias o de las artes, Saavedra Lamas, María Elena Walsh, Cecilia Grierson, Borges, Favaloro, Milstein o Alfonsín. Hay una línea de continuidad desde aquellos próceres que nos hicieron independientes y las generaciones posteriores de inmigrantes que llegaron para ser libres acá: todos ellos tenían una esperanza, un sueño firme de construir un camino mejor para sus vidas. Pero no una mera esperanza que anhela: una esperanza que trabaja, que es acción.
La libertad, como el amor a nuestros seres queridos, como el amor a nuestra tarea, a nuestros valores y a nuestros emblemas, necesita ser conquistada cada día, conquistada y trabajada: no es algo que compres en un mercado o te la lleven a tu casa; crece en tu jardín si la regás poco a poco, cada día.
Estos dos años han sido muy duros. Todos lo sabemos. Tuvimos pérdidas y tuvimos miedo. Y creo de verdad que estuvimos a la altura. Pudimos tener errores, pero pusimos todo el foco en la salud y en frenar la pandemia, minimizar sus efectos. Trabajamos para mejorar la infraestructura sanitaria de la ciudad. Cuando vimos, poco después, los efectos económicos que la cuarentena generó nos pusimos rápidamente al lado de quienes peor lo estaban pasando.
Y en estos últimos meses, un poco más tranquilos tras la marea del Covid, nos pusimos a trabajar con urgencia en seguir generando mejores condiciones de vida para nuestros vecinos. En medio de esta profunda crisis que atravesamos como país, en el Gobierno local hicimos lo que teníamos que hacer: trabajar para generar empleo, trabajar para que las empresas inviertan, trabajar para que los estudiantes tengan sus escuelas en óptimas condiciones, que tengan futuro y empleo acá en Bragado.
La pandemia también nos sirvió para entender que hay una agenda política nueva que no podemos ignorar.
Los derechos que a veces peligraron durante la pandemia; la desigualdad y la violencia de género, que es un problema grave en nuestro país; la crisis ambiental a la que tenemos que hacer frente; las nuevas formas de vivir la identidad y la sexualidad.
Son prioridades nuevas en la gestión que tenemos que atender porque son demandas cada vez más importantes en la comunidad.
Desde el lugar que me toca ocupar hoy, desde mi recorrido personal, desde mi formación en las leyes, desde mi orgullo de ser argentino, necesito decirles a mis hijos y a todos los niños y jóvenes presentes…. que se mantengan firmes en el camino de la búsqueda de la libertad y que mantengan viva su esperanza.
Los más grandes debemos sentir la obligación, pero también la honra de acompañarlos.
No son tiempos fáciles los que vivimos. Muchas veces vamos a estar confundidos. Se pueden sentir tristes o llegar a pensar que no hay futuro en este país. Pero lo más fuerte que van a tener para salir de ese sentimiento, será levantarse cada día con la voluntad de encontrar el camino propio: crecer, estudiar, trabajar, ejercer el diálogo y la comprensión, la tolerancia y el respeto, construir consensos, ser buenos ciudadanos y buenas personas. Ser felices. Y siempre, siempre, tener la ilusión de que un país mejor es posible.”
Las palabras de Tomasino dieron por finalizado el acto, siguiendo las actividades en la Iglesia Santa Rosa de Lima, para participar del tradicional Tedeum. Además del Padre Tomás Wargock, otros integrantes de la Iglesia expresaron sus palabras, también hicieron referencia a la actual crisis argentina, a la falta de verdad en los políticos, al debate sobre el lenguaje inclusivo y a la legalización del aborto.
Luego llegó la verdadera fiesta: el baile de las distintas peñas folclóricas de la ciudad y la zona frente a la Municipalidad y el desfile institucional. También recitó el pequeño payador Tobías Díaz.
La cantidad de personas presentes fue sorprendente, confirmando la necesidad de volver a las calles, luego de dos años de pandemia.