Vuelve La Leyenda, una banda icónica de los años ’80: «Lo que más nos motiva es el reencuentro generacional»
Luis Terpolile, Pablo Pecorelli, Gastón Demichelis y Patricio Sozzi se presentan el sábado 22 en el Teatro Constantino para revivir la música de una década que marcó a fuego la cultura del último siglo. Mauro Temperato en teclados, y Raúl Rogel, en saxo, serán músicos invitados
¿Qué hubiese sido de la Argentina y toda su iconografía si no hubiese existido el año 1986? El gobierno alfonsinista vivía una primavera económica, La Historia Oficial ganaba un Oscar y la Selección de Maradona y compañía regalaba la última gran alegría. Casi a la par, aparecían los discos Oktubre, de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y Signos, de Soda Stéreo, en tiempos en que todavía se rebobinaban los casettes de cinta con una lapicera Bic. El vértigo cultural nacido luego de la dictadura seguía flotando en el aire y en cada rincón, en cada plaza, en cada pibe con una guitarra había alguna canción. Y en Bragado, comenzaba a tomar forma La Leyenda, una banda de pibes estudiantes de secundaria que atestiguó el tiempo, supo leer ese presente (el presente y nada más, diría Ricardo Soulé, el fundador de Vox Dei) y haciendo propias canciones de Pastoral, de Luis Alberto Spinetta o de Charly García, fue ganando un lugar y se quedó para siempre en el corazón y la memoria de una generación. La noticia es que La Leyenda se volvió a juntar, y el sábado en el Teatro Constantino subirá a un escenario. Claro, en el medio de aquellos ochenta y este 2022 que retoma una suerte de normalidad post pandemia, aparece el brillo que provocó la noche del 19 de octubre de 2019, en el mismo escenario -algo así como un monumento histórico de Bragado-, cuando La Leyenda vivió una noche para el recuerdo, con la formación original y la energía intacta.
Es jueves a la noche y La Leyenda ensaya en MCR Records, un estudio de grabación del barrio porteño de Villa Ortuzar, por cuyas salas han pasado Eruca Sativa, David Lebón, Pedro Aznar, Soledad y muchos más. Llegan a la cita Luis Terpolile (guitarra y voces), Pablo Pecorelli (guitarra y voces), Gastón Demichelis (bajo y voces), fundadores de La Leyenda junto a Paulo Fatiga Dacal (batería). Esta vez, el baterista será Patricio Sozzi, en lugar de Fatiga. Pato es un muy experimentado artista, nacido en Bragado y criado musicalmente en La Plata, donde integró innumerables formaciones y está a días de partir en gira a Chile con Virus y los hermanos Moura. En la charla aparecen los recuerdos, el repaso a las juntadas en Bragado, donde la compañía y la sapiencia de Jorge Mónaco fue clave; el reconocimiento a Horacio Marano, Roberto Bueno, dos músicos (y amigos) que partieron pronto pero dejaron la mejor marca; las noches de música en la emblemática Sala del Encuentro, el rincón de pertenencia cultural creado por Víctor Giannoni por donde pasaron voces, grupos de teatro, periodistas; los conciertos en los cines Racing y Odeón, la apertura de un Constantino que estaba en remodelación, para que La Leyenda sonara al mango; el impacto que provocó la llegada a Bragado del sacerdote Christian Von Wernich, ex capellán de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, condenado años después a cadena perpetua por su participación en la época más trágica del país y toda la revuelta cultural que movilizó el rechazo a su figura.
Vuelve La Leyenda. Mauro Temperato y Raúl Rogel serán músicos invitados en una noche que busca quedar en el recuerdo. La idea del regreso comenzó a gestarse a mediados de año y desde entonces, cada semana los ensayos le fueron dando forma concreta a la propuesta. Clásicos de siempre, sorpresas que van a hacer crecer la nostalgia, el respaldo de las empresas locales Fontanero y Le Utthe para concretar el concierto en el lugar más simbólico de la cultura bragadense, el mismo escenario donde alguna vez cantó Carlos Gardel. Vuelve La Leyenda y será una juntada de amigos, el reencuentro con un tiempo que fue veloz, aunque la vida fue esencial. Vamos a brillar, que la gran bestia pop está de regreso; no hay un modo, no hay un punto exacto; el sábado hay cita con la música. Se aceptan raros peinados nuevos, anteojos negros de carey, un Levi’s gastado y zapatillas verdes; un ejemplar de la revista Toco y Canto bajo el brazo y un poster ilustrado por Rocambole. ¿Qué hubiese sido, acaso, de este país sin los años ’80, cuando el mundo giraba al revés y todos creíamos estar cerca de la revolución?
(Gustavo Grosso, para diario “La Voz”)