En el Colegio San José estuvo presente la Hermana Guadalupe

-Habló ante un auditorio completo, con la totalidad de los alumnos escuchando

Julio Pellegrino dijo que la religiosa vino a comentar su experiencia de vida,cuando estuvo en zona de guerra y para los chicos iba a ser importante, por eso se decidió convocarla con Amílcar, el profesor de catequesis.
La Hermana Guadalupe estuvo en Siria, o sea que es un testimonio vivo de lo que han pasado los cristianos en esa situación. Ella misma estuvo en el lugar y desde catequesis es importante hacerles ver lo que han vivido o viven algunos cristianos, ante esta situación, comentaron.
“La experiencia que tengo para contarle a los chicos son estas historias maravillosas; les hace muy bien conocer estas realidades, los hace despertar, no son tan chiquitos, ya tienen edad y tienen que pensar seriamente en su vida personal y como sociedad también y darse cuenta que tienen que pensar en el bien espiritual, no sólo en lo material, que también es importante.

Pero qué poco pensamos en nuestro bien espiritual, en nuestra alma que desatendemos muchas veces y cuando queremos ver nos encontramos con la muerte. Y lamentablemente eso determina dónde vamos”.
“Siendo misionera en Medio Oriente, he llevado varios años allí, donde los cristianos somos minoría frente a la mayoría que es islámica musulmana. La relación en algunos lados como en Siria fue bastante buena, pero en muchos otros lugares hay mucha discriminación y mucha persecución; lo que pasó en este país fue una invasión de grupos fundamentalistas islámicos, el ISIS y muchos otros grupos que ingresaron al país y desataron esa guerra que duró 7 años. En Alepo la viví 4 años, luego tuve que volver por problemas familiares a Argentina, pero esos años golpearon tremendamente a ese país, principalmente en Alepo y Damasco, en los barrios cristianos. Esta gente buscaba no solo derrocar el gobierno, sino también terminar con los cristianos y así los asesinaban de las maneras más crueles; hubo cristianos crucificados, decapitados, niños enterrados vivos”.
“Ver la entereza con que llevaban adelante esta situación y que hasta sus últimos suspiros decían yo soy cristiano, que me maten pero el cielo a mí no me lo quitan, fue algo maravilloso.
En otro momento comentó: “La guerra era permanente, los atentados eran durante el día y la noche; proyectiles, tiroteos, misiles; no había lugares seguros en la ciudad de Alepo, de hecho muchas veces estuve en peligro de muerte”.

“Nuestra misión se convirtió en la asistencia y acompañamiento, además de la atención en las parroquias, la gente, ante estas situaciones se toma conciencia y fueron muchos quienes empezaron a confesarse, a ir a misa y la parroquia se llenó de gente como nunca, durante la guerra”.
Al preguntarle si tuvo miedo, dijo nunca y lo atribuyó a un privilegio que Dios le da a los mártires: mueren sonriendo, no mueren desesperados y además mueren perdonando; es ciertamente una fuerza que Dios les da en retribución a su gesto de amor.
La Hermana quien es oriunda de San Luis, agregó que lo vivido le ha dejado muchas enseñanzas, como la verdadera alegría y la verdadera libertad. “Porque esta gente a pesar de lo que vivían los cristianos perseguidos, eran alegres y se sentían alegres, porque se dieron cuenta que la alegría no la podían poner en las cosas materiales hay que ponerla en las celestiales. Y la libertad, ya que sentían que la única esclavitud que el ser humano puede vivir, es el pecado.

Que se piensa después de haber vivido eso, cuando ve la argentina socialmente tan convulsionada. “El mundo tiene una crisis de amor, todo esto es fruto del egoísmo y de pensar en uno mismo. Mientras se siga viviendo en el egoísmo y cada uno piense en sí mismo, como dice San Agustín: Caído de Dios, caerás de ti mismo”.
Para finalizar, agradeció muchísimo haber estado en Bragado, diciendo, “tenemos que animarnos a dar testimonio de lo que somos, tener una identidad clara y si somos católicos no pensar que se van a reír, se van a burlar; pero lo que soy tengo que vivirlo con plenitud; si sigo a Jesucristo lo vivo completito…”.

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