Hay cuestiones que sin auxilio de la imaginación no se pueden concretar. Por eso siguiendo las andanzas de Paula Bernini algo se puede conseguir. Hay habitantes que en el pequeño poblado de Iruya (Salta) que deben escalar 54 escalones para llegar a San Isidro, territorio de pueblos originarios. Los pocos habitantes viven sembrando la tierra y criando animales, no hay pobreza y son autosuficientes. En la imaginación callejera aparecieron habitantes de otros lugares que ya no están.

Vvvvv

Después del cansancio lógico de andar el camino de montaña, los habitantes actuales de San Isidro, se encargan de regar con emoción, cosas del pasado. Es su forma de vivir. Sin ellos sería una página hecha de piedra. El paso de los años ayuda a encontrar paisajes lejanos como en una butaca de cine. Los habitantes del pasado se pueden imaginar, siguen estando allí…

Paula Bernini en su tarea de todos los días, sigue recopilando datos como para perdurarlos en el tiempo.

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