Crean un programa de Realidad virtual para la detección temprana del Alzheimer
Investigadores del CONICET, de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN) y del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), desarrollaron un programa de realidad virtual inmersiva para evaluar, en humanos, la memoria espacial. Los resultados podrían ayudar en el diagnóstico precoz de enfermedades neurodegenerativas.
Investigadores del CONICET, de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires (UNICEN) y del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) desarrollaron un software que permite estudiar la detección temprana de Alzheimer. “Se trata de un programa de realidad virtual inmersiva, lo que permite realizar estudios en humanos para evaluar su memoria espacial. Es un proyecto importante porque, en los humanos, es muy difícil experimentar. Con este tipo de simuladores, con el entorno y con las variables controladas es más fácil llegar a resultados precisos”, detalla Florencia Rodríguez, becaria del CONICET e integrante de la iniciativa.
La clave del proyecto radica en la evaluación de la memoria espacial, cuyo deterioro, sostienen los especialistas, es uno de los primeros síntomas de algunas patologías neurodegenerativas. Para llevar adelante los estudios, los científicos utilizaron un simulador de realidad virtual inmersiva llamado “Cave”. Ubicada en la UNICEN, se trata de una sala donde se proyectan imágenes generadas por computadora en paredes y piso, con la posibilidad de recrear distintos tipos de escenarios.
“La ‘Cave’ constituye el hardware. Sobre esa base, construimos un software para hacer este experimento en particular. Como el estudio es sobre la memoria espacial, debía ser un escenario de entorno abierto. Proyectamos la escena de una cantera abandonada, donde los participantes tenían que moverse y recolectar una banderita, que estaba en un lugar determinado”, relata Rodríguez, ingeniera en sistemas.
El resultado fue que las personas que utilizaron claves espaciales pudieron resolver mejor la tarea y pudieron orientarse mejor en el entorno. El estudio, además, permitió conocer nuevas pistas en torno a cómo funciona el cerebro y generar nuevos conocimientos para entender funciones básicas.
«Con este tipo de simuladores, con el entorno y con las variables controladas es más fácil llegar a resultados precisos”, detalla Florencia Rodríguez, becaria del CONICET e integrante de la iniciativa.
El proyecto está integrado por el MediaLab del Instituto Pladema -perteneciente a la Comisión de Investigaciones Científicas de la Provincia de Buenos Aires y a la UNICEN-, que ya trabajaba con simuladores de realidad virtual. También participaron profesionales del ITBA, expertos en neurociencia que buscaron aprovechar las ventajas de este tipo de tecnologías para realizar las mismas pruebas que les hacían a los animales en los laboratorios, pero, esta vez, en humanos.
Fuente: (InfoGEI)Jd