A nuestros Da Vinci…

Cada 15 de abril, el mundo se une para celebrar el Día Mundial del Arte, una jornada dedicada a reconocer la importancia del arte y el pensamiento creativo en la evolución de la humanidad. Desde 2012, esta fecha ha sido un recordatorio de cómo el arte, en sus diversas formas, ha moldeado nuestra historia y sigue siendo un catalizador para el cambio y la expresión. Este día que fue elegido en honor a Leonardo Da Vinci, es un momento oportuno para revalorizar a nuestros artistas locales y el rol que esta imprime en nuestra comunidad.
Propuesto por la Asociación Internacional de Artes Plásticas (AIAP) y oficializado por la UNESCO en 2019, el Día Mundial del Arte coincide con el natalicio de uno de los genios más influyentes de la historia, Leonardo Da Vinci. Este hombre del Renacimiento no solo fue un maestro en múltiples disciplinas artísticas, sino también un precursor del pensamiento interdisciplinario y la exploración creativa.

NUESTROS DA VINCI

Intentar traer en este artículo a todos aquellos vecinos que han honrado nuestra cultura, sería injusto, como también lo sería realizar una selección de ellos. Reconociendo esto buscaremos adentrarnos en una selección, que busca abordar todas las artes, sin por ello desconocer el trabajo de aquellos bragadenses que, día a día brindaron su aporte a nuestra cultura.
Comenzar esta lista sin aquel tenor que nos dejara el templo a la cultura que es nuestro Centro Cultural que hoy lleva su nombre, resultaría injusto. Si bien todos sabemos que Florencio Constantino es oriundo de Ortuella, Vizcaya, donde nació el 9 de abril de 1869, su paso por nuestra ciudad y la impronta que dejó en nuestra urbe resulta indudable. El tenor que tendría un brillo internacional, llegaría a nuestra ciudad tras cumplir con el servicio militar momento en que emigró a Argentina. La leyenda que se construye desde aquel peón de la estiba que cautivaría con su voz, para cantar en los grandes escenarios del mundo e interpretar las grandes óperas, hasta su triste desenlace en México el 19 de noviembre de 1919, es sin duda, una marca del arte y nuestra cultura.
La escritura es un arte madre, con ella podemos confeccionar libros, novelas, poemas, guiones de obras, o simplemente bocetos. En fin, las posibilidades que nos brinda la escritura son infinitas y si de escritores bragadenses hablamos, no podemos obviar a Enrique Pedro Maroni. El autor de la letra del tango más emblemático de los argentinos, “La Cumparsita”, que la hizo en colaboración con Pascual Contursi, nació en Bragado un 17 de marzo de 1887. Que decir de este escritor bragadense que se desempeñó como periodista, poeta, escritor y locutor de radio argentino. Compuso alrededor de un centenar de obras, de las cuales hay nueve tangos que grabó Carlos Gardel: La borrachera del tango, Callecita de mi barrio, Chola, Cicatrices, Compañero, La cumparsita, Micifuz, La mina del Ford y Virgencita de Pompeya.
También han sido muchas las mujeres que han construidos pilares en nuestra cultura local, pero hoy queremos traer a la memoria de los lectores a Marcelle Marcel, una vecina que fue actriz de cine, radio, teatro y televisión argentina. Marcel, que nació en nuestra localidad, se trasladó desde temprana edad junto con sus padres a la Capital Federal, donde pudo integrar el Victory Ballet de Victoria Garabato. Como diva cinematográfica, brilló durante la época dorada del cine argentino, junto con actores de la talla de Niní Marshall, Tita Merello, Pepita Muñoz, Luis Tasca, Ricardo Trigo, Nathán Pinzón, Eduardo Rudy, Margarita Corona y Ricardo Lavié, entre otros. En la filmografía Marcelle formó parte de los elencos de las películas “Santa Cándida”, “Captura recomendada”, “Buenos Aires, mi tierra querida”, “Mercado de abasto” y “Las dos culpas de Bettina”.
Aquellos que conocen de escenarios, saben que es más fácil hacer llorar al público que hacerlo reir. Si de reir hablamos, no podemos olvidarnos de nuestro vecino Eber Luis Decibe, más conocido como “Calígula”. Nació en nuestra ciudad el 28 de marzo de 1932 y falleció en Buenos Aires el 25 de marzo de 2013. «Calígula» fue un destacado humorista muy famoso entre los años 1960 y 1980 y era primo de la exministra de Educación y socióloga bragadense Susana Decibe. Éber tuvo una importante carrera tanto en teatro, como en cine y televisión, donde compartió escenarios con otros grandes humoristas de la época como Jorge Porcel, Nelly Beltrán, Julio López, Atilio Pozzobón, Juanita Martínez, Don Pelele, Gogó Andreu, Augusto Codecá, Beto Gianola, Vicente La Russa, Mario Sapag y Tristán, entre muchos otros.
La voz, es otro de esos grandes dones con los que fuimos dotados los seres humanos para hacer arte. Alguien quien ha sabido hacer uso de ella en forma brillante ha sido Héctor Larrea, quien nació en Bragado un 30 de octubre de 1938, ya sea como actor, periodista y locutor de radio y televisión de Argentina con más de medio siglo de trayectoria. Debutó en la adolescencia en los escenarios de nuestra ciudad y en cuanto terminó la secundaria viajó a Buenos Aires donde completó sus estudios en el ISER hacia 1962. Sus éxitos fueron innumerables, quizás con su programa radial Rapidísimo, que permaneció 30 años, pasando por Radio Del Plata, Continental y Rivadavia, implantaría su particular estilo de conducción en los oídos de los argentinos.
Otro de los artistas que no podemos obviar es el cartelista, diseñador gráfico, ilustrador, pintor y poeta Héctor Cattolica, quien naciera en nuestra ciudad el 31 de agosto de 1933 y falleció el 4 de julio de 1993, en Férolles-Attilly. Fundador de la revista Margen y miembro del Espace Latino-Amérique de París. Héctor reveló un verdadero talento para el dibujo a la edad de doce años y lo expresaba en historietas que glorifican a los héroes de las guerras de independencia de América del Sur y en la ilustración de poemas. Cómics que le valieron, el reconocimiento en el uso que hace de estas disciplinas para determinar el estilo de toda su obra, añadiendo muchas veces un toque de humor negro.
Si de artes plásticas hablamos no podemos omitir al mechitense Juan Doffo. Nacido el 25 de Julio de 1948, Doffo ha sabido plasmar en su trabajo el impacto en su vida que generara Mechita, nuestro pueblo ferroviario. Desde los 10 años comenzó a formarse por medio de la lectura de historietas y la creación de ilustraciones. Doffo quien ha entrado en contacto con la pintura universal, también tiene siempre presente sus raíces, fundando un museo en su ciudad natal y donando obras propias y de artistas internacionales para contribuir al patrimonio cultural de nuestra comunidad.

A NUESTROS ARTISTAS:

Resulta injusto acotar esta lista, como también resulta injusto los pocos espacios que en estos tiempos dedicamos a reconocer a aquellos que contribuyen a nuestra cultura en estos tiempos. El arte no solo embellece nuestras vidas, sino que también despierta la sensibilidad, fomenta la concentración y nutre la creatividad individual y colectiva, algo que suele faltar en las sociedades en momentos de crisis como los que atravesamos los argentinos.
Desde una edad temprana, participar en actividades artísticas promueve el desarrollo de estructuras de pensamiento complejas y fortalece la confianza en uno mismo, quizás allí encontremos el camino para dotar a nuestros niños y adolescentes de las herramientas necesarias en la vida y dejar de etiquetarlos como “generación de cristal”.
En un mundo cada vez más complejo y diverso, el arte también juega un papel crucial en la promoción de la tolerancia y el entendimiento entre culturas. Es un lenguaje universal que trasciende barreras lingüísticas y culturales, permitiendo la expresión de ideas, emociones y experiencias compartidas. Quizás sea el arte capaz de tender aquellos puentes entre la mal denominada “grieta”.
En este Día Mundial del Arte, celebremos la diversidad de expresiones creativas que enriquecen nuestras vidas y nos unen como seres humanos. Reconozcamos el arte como un puente que conecta corazones y mentes, inspirando un mundo más inclusivo y compasivo. Hoy saludemos a nuestros artistas, aquellos que nos cruzamos como vecinos, que vivimos a diario, pero que desde sus lugares enriquecen nuestras vidas.