Bragado debe prepararse para la maratón laboral que enfrentará a las ciudades de la región

Por Horacio García

Hace un tiempo publicábamos en este medio un artículo sobre como muchos puestos de trabajo se encontraban amenazados en relación a los avances tecnológicos. En él discerníamos sobre las experiencias de la utilización de inteligencia Artificial en los países nórdicos para la implementación de justicia, lo que permitía por ejemplo ahorrar tiempos judiciales y personales, incluso jueces. Si bien esta experiencia se encuentra en desarrollo, no es la única donde un sistema tecnológico puede reemplazar al ser humano en tareas tales como administración, razón por la cual, puestos laborales que antes eran seguros, hoy se ven amenazados, como empleados públicos, banqueros o contadores.
En ese mismo artículo explicábamos que aun así, se generarían nuevas posibilidades o que viejos oficios serán necesarios y se revalorizarían. Estas oportunidades estaban dadas por las posibilidades que no pueden ser cubiertas aún por la tecnología, y las cuales están vinculadas a la condición humana. Así trabajos tales como los artísticos, donde la creatividad aún puede superponerse a los mejores ordenadores, los empáticos como aquellos vinculados a la salud donde los pacientes requieren del acompañamiento de un humano, u oficios vinculados al mantenimiento, como fontanero o electricistas donde las máquinas no pueden adaptarse a cada condición que se les presenta; el ser humano conserva la delantera.
Sin embargo, estos trabajos que ofrecerían la seguridad laboral en los próximos años y que, a priori, no podrían ser reemplazados por una máquina, son los más difíciles de cubrir, o al menos de encontrar personas capacitadas a tales fines. Precisamente en el día de ayer, el diario de Junín, Democracia, publica un importante artículo donde analiza la situación de los empresarios de toda la región a la hora de cubrir puestos de trabajo. Bajo el título “Oficios y sistemas, los puestos laborales más difíciles de cubrir en Junín y la Región”, el medio detalla “el faltante de mano de obra calificada”, como así también el hecho que la situación inflacionaria, perjudica la relación entre empleador y empleado.
En esa nota, además de analizar la situación de su ciudad de origen, también evalúa lo que ocurre en Lincoln, Chacabuco y Bragado. Al momento de evaluar la realidad de nuestra localidad, entrevista al empresario Sergio Barenghi, titular de la firma Espuma. Del análisis que efectúa el medio, se desprende que, si una empresa PYMES expande su producción se encuentra con el desafío de no encontrar mano de obra calificada para las nuevas tecnologías. De hecho la frase que emite en la entrevista lo reafirma “hay determinados puestos en los que no se consigue personal, porque nadie de la ciudad se puede haber capacitado para el manejo de herramientas de producción que hasta el momento aquí no existían”, afirma el empresario.
Barenghi también explica que “En nuestro caso, somos la única empresa local que cuenta con estos recursos y cuando tenemos que resolver problemas técnicos, tenemos que contratar a profesionales que vienen de Capital Federal o Rosario” a lo que agrega más tarde “a pesar de ser una ciudad de perfil industrial, Bragado no se caracteriza por ser receptora de gente que llega para instalarse desde los principales centros urbanos. Entonces, cuando tenemos que contratar personal, lo primero que plantean es que no encuentran lugar para ubicar a los chicos en el colegio”.

LOS DESAFIOS SOBRE LA GENERACION DE PUESTOS DE TRABAJO

Que el mundo laboral se encuentra en procesos de transformación constante no es una novedad. La pregunta radica en una ciudad como Bragado, con recursos menores a otras localidades de la región, puede optimizar los mismos para obtener una mejor posición estratégica en el mediano plazo.
Siempre se plantea la necesidad de educar, formar y capacitar a las futuras generaciones de trabajadores. De hecho, días atrás publicábamos en este medio la nueva oferta educativa del CRUB, en una nota realizada a su coordinadora y sobre cómo se abría la preinscripción a cuatro tecnicaturas claves con los puestos de trabajo capacitados que se buscan en Bragado y la región. Esas cuatro ofertas educativas surgieron de la escucha activa surgida entre la mesa de la COPRET, la comisión entre educación y producción que fija un algún aspecto la política pública en materia educativa.
Existen otras iniciativas como puede ser la escuela de emprendedores que desarrolla la Municipalidad de Bragado, o el mismo Centro de Formación Profesional, el cual brinda capacitaciones claves para recuperar los oficios. Fortalecer estas herramientas y potenciarlas con nuevos convenios y una mirada donde la educación y empleo se combinen resulta fundamental.
Sin embargo, existen otros factores que no se puede resolver desde este enfoque, el cultural o el económico son algunos de ellos. Preguntarnos sobre cómo revertir la puja entre empleadores y empleados por el salario en un contexto inflacionario, es un debate para darnos. En este escenario, si bien es cierto que el Municipio no puede generar políticas que frenen los procesos inflacionarios del país, no es menos cierto también que puede generar acciones que le permitan a las empresas resolver desde problemas logísticos hasta administrativos que, al menos en teoría, le permitan a las empresas a reorientar recursos que antes se destinaban a resolver estas cuestiones hacia la mejora de los salarios, permitiéndoles a las mismas mejorar por lo menos sus posibilidades de conservar un empleado al que le han dedicado tiempo y recursos en formarlo.
En cuanto a lo cultural el desafío es mucho más grande. El cambio cultural de la lógica del mercado que impuso el neoliberalismo en los 90’ destruyó la educación productiva, reemplazándola por la de servicios. Así formar técnicos en procesos de producción dejó de ser una posibilidad económica y perdimos mucha mano de obra calificada en la materia, los cuales se fueron hacia formaciones tales como administración de empresas, marketing, etc. Evaluar la forma de recuperar esas potencialidades y así también de generar oportunidades para que, un trabajador capacitado decida radicarse nuevamente en nuestra comunidad, debería ser la agenda prioritaria en los próximos meses, al menos para no perder mano de obra calificada frente a otras posibilidades que ofrecen las ciudades de la región, las cuales ya empezaron a competir por esta.
Será quizás momento de empezar a volver a escuchar actores que, al menos por la vorágine del día a día, se pierden en el bullicio cotidiano. La Agencia de Desarrollo es uno de estos actores que debe volver a cobrar centro de nuestra actividad. Esta mesa que nuclea a los actores de la comunidad que piensan y analizan el porvenir de la misma, sin perder un carácter plural y participativo, debería empezar a ser nuestro eje, al menos si queremos seguir compitiendo con el resto de oportunidades que se presentan en la región.

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