Cómo acompañar a niñas y niños celíacos
En el Día Internacional de la Celiaquía, el Colegio de Nutricionistas bonaerense promueve el involucramiento de familiares y amigos en la educación alimentaria de niñas y niños celíacos.
El diagnóstico de celiaquía implica un cambio sustancial en la vida de una persona, pero aún más si ocurre durante la niñez, porque obliga a modificar completamente su alimentación y supone un impacto en el día a día: desde el almuerzo escolar hasta los cumpleaños infantiles y las salidas con amigas y amigos.
La enfermedad celíaca es una intolerancia permanente al gluten, un conjunto de proteínas que se encuentra en el trigo, avena, cebada y centeno (TACC), que afecta la mucosa del intestino delgado de las personas con predisposición genética y disminuye la capacidad de absorber nutrientes. La celiaquía puede aparecer en cualquier momento de la vida: desde primera infancia, cuando se incorpora el gluten a la alimentación, hasta la adultez avanzada.
“La recomendación médica y nutricional es una dieta estricta libre de gluten. Siempre. No conviene hacer un ‘permitido’ de la dieta”, sostiene Erica Bianquet, licenciada en Nutrición (MP 1282), matriculada en el Colegio de Nutricionistas de la Provincia de Buenos Aires. Y agregó: “Comer sin gluten debe ser para toda la vida por eso es muy importante que niños y niñas entiendan y sean, en la medida de lo posible, protagonistas de su tratamiento y conozcan sobre su condición”.
Según datos y estimaciones oficiales, se calcula que una de cada 100 personas es celíaca. Sin embargo, el 80% de ellos no saben que tienen esta patología. Esto es así, en parte porque los síntomas son muy diversos y muchas veces poco específicos. Cefaleas, estreñimiento, constipación, irritabilidad, dolor abdominal, retraso del creciente en niños y niñas, pérdida de peso y talla baja aun comiendo bien, anemia, infertilidad y abortos espontáneos, son algunos de los síntomas más comunes.
Para controlar la no ingesta de gluten es fundamental revisar las etiquetas porque está presente en muchos productos alimentarios. Cualquier producto libre de gluten debe tener el sello correspondiente que así lo indique. En Argentina, la ANMAT es el organismo encargado de otorgar las certificaciones de los productos sin TACC.
Asimismo, para evitar la contaminación cruzada, el proceso por el cual los alimentos sin TACC entran en contacto con otros no apto para celíacos, el Colegio de Nutricionistas bonaerense recomienda:
- Elaborar las comidas sin gluten antes que el resto.
- Guardar los alimentos sin gluten en recipientes con tapa, separados de aquellos que sí lo contienen. En la heladera ubicarlos, preferentemente, en la parte superior para evitar la contaminación por derramamiento.
- Destinar un lugar de la cocina exclusivamente para harinas o productos aptos para celíacos. La volatilidad de las harinas hace que los productos que se encuentran cerca puedan contaminarse muy fácilmente.
- Utilizar utensilios que estén perfectamente limpios y que sean exclusivos para cocinar y manipular alimentos sin gluten y así evitar el riesgo de que queden restos de comida que puedan contaminar.
- Cocinar, en el microondas, los alimentos sin gluten tapados.
- Tener en cuenta que algunos elementos como trapos rejilla, repasadores, delantal de cocina, también pueden almacenar restos de comidas que pueden contaminar un alimento sin gluten.
La adherencia a una dieta libre de gluten es un enorme desafío para las y los celíacos ya que es estricta, sin transgresiones y de por vida. No cumplirla podría ocasionar complicaciones en el organismo. Por todo ello es fundamental que no solo los niños y niñas celíacos conozcan sobre su condición sino también que sus padres y madres involucren en la educación alimentaria a su entorno de familiares y amigos.
En ese sentido, Bianquet sugiere, “hablar con otros papás y mamás para explicar la situación y pedir apoyo especialmente en eventos como cumples, donde podrían sentirse excluidos en el caso que no haya alimentos sin TACC”. Por su parte, la licenciada en Nutrición (MP3442) Julia Belén Muñoz complementa: “Es muy importante enseñar en jardines y escuelas sobre los cuidados que hay que tener al compartir la merienda porque ahí puede producirse contaminación cruzada”.
El acompañamiento de familiares y amigos es una de las estrategias fundamentales para lograr la adherencia al tratamiento, por eso es necesario que todos ellos estén bien informados.
(Colegio de Nutricionistas PBA)